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PP: una política de altura

Cuando Miguel Tellado dijo al anunciar su propio nombramiento: “Es hora de la política de altura”, saludándose a sí mismo y a la portavoz Ester Muñoz, no aclaró a qué altura se refería porque se puede estar al nivel del betún y también de las altas cumbres de la excelencia o de la podredumbre. El Congreso del PP da una pista de esa altura. “El que primero lo huele, debajo del culo lo tiene. De toda la vida, Rufián. Los rancios, cobardes, ilegales, sinvergüenzas y sin corazón, sois vosotros”. Este elegante tuit forma parte del historial de exabruptos agresivos e incluso soeces de la nueva portavoz del PP Ester Muñoz. El experto en redes Marcelino Madrigal anda recogiendo las perlas de esta señora que ha ido borrando a toda prisa. Este otro usuario, guionista de programas de éxito, también ha hecho una buena recopilación. Y es que la trayectoria de Ester Muñoz deja marcas, dado que ha basado su ascenso trepando a través de una exhibición completa de su ideología y de una notable agresividad con sus oponentes. La derecha mediática está entusiasmada con ella y la comparan a Ronald Reagan, sí, a Ronald Reagan. Su tuit más famoso fue aquel en el que anunció que votaría a Israel en Eurovisión y otra vez sin oír siquiera su canción. Este mismo miércoles les dijo a los socios de Sánchez que estaban apoyando “a un gobierno de puteros y corruptos”. Claro que los insultos al presidente del PNV -dictador- o a Rufián y ERC como hemos visto -rancios, cobardes, ilegales, sinvergüenzas y sin corazón- no se quedan atrás. Un breve resumen nos refiere que Ester Muñoz presume de ser de derechas, porque ha leído a Marx, dice. Adula a los cabezas del partido mientras duran en el puesto, se queja del dispendio en buscar a los muertos en las cunetas como alguno de ellos, insultante con catalanes y vascos (no solo independentistas), ha acogido con fruición todo el negacionista de extrema derecha que incluye un supuesto golpe de estado socialista en 1934 que justificaría el franquismo en toda su extensión, golpe de Estado, guerra y larga dictadura. Cree que la pobreza es por culpa de los pobres que no se esfuerzan y que eso es algo que promueve el socialismo: la “cultura de la mediocracia”. Es otra de las que se apunta a criticar los viajes en Falcon de todo presidente que no sea del PP. Y esto no ha hecho más que empezar. Su biografía -que recoge aquí elDiario.es- nos habla también de que Ester Muñoz es una brillante oradora, que “deslumbró con 24 años a Abascal, ha trabajado para diferentes cargos orgánicos del PP y ha tenido responsabilidades de gestión”. Desde luego es osada, faltona, bulera y lenguaraz; en la línea de Ayuso, más inteligente parece que la presidenta de Madrid. Cuando Miguel Tellado, el nuevo hombre fuerte de Feijóo como número 2 del PP, dijo al anunciar su propio nombramiento: “Es hora de la política de altura”, saludándose a sí mismo, a Ester Muñoz y otros nombramientos, no aclaró a qué altura se refería porque, algo tan medible, suele tener a la vez un valor relativo. Se puede estar al nivel del betún o del césped y también de las altas cumbres de la excelencia o de la podredumbre. Tellado ya ha hecho una ronda de contactos con los partidos que apoyan a Sánchez y le han dicho de entrada que no se pasan a Feijóo. El día anterior el nuevo secretario general del PP había calificado públicamente de nuevo al PNV de partido aprovechategui, ese insulto tan “original”, y Muñoz rechaza hasta el euskera. Andan también explorando más a fondo a Puigdmont. Las encuestas vuelven a hablar de una caída del PSOE en votos por los episodios de corrupción conocidos y un ascenso leve del PP -a pesar de los suyos- y mucho mayor de Vox, sobre todo entre los jóvenes. Esos a quienes en el colegio no se les enseñó el golpe de Estado franquista y la guerra. Crecidos entre algodones en particular en las familias de esa ideología. Este nuevo equipo del PP podría hacerle la competencia a Vox en agresividad y delirios ideológicos, porque el PP no tendrá más remedio que pactar con ellos si quiere gobernar; nadie más les quiere. Y ya nos contó Esther Palomera que Abascal pondrá un alto precio a su apoyo. Por cierto, para atacar a la emigración y a los pensionistas, la sanidad pública y el Estado del Bienestar. Pero el PP ya anda en ello también hace tiempo. Los salvajes ataques a Pedro Sánchez -de esos que incluyen la aniquilación fascista de la persona- son anteriores a conocerse el caso Santos Cerdán. Es una labor programada en la que la fachosfera opera ya sin la menor cortapisa dentro del programa “el que pueda hacer que haga” decretado por Aznar. El promotor y sus seguidores siguen trabajando en total impunidad. Y esto va de libertades, de democracia, del bienestar de una sociedad completa que no se deja imbuir en su totalidad por la sucia campaña del golpismo de derecha extrema. Había que haber sido mucho más contundentes desde hace tiempo. No hay más que leer titulares del clan para entenderlo: “Perfiles de combate para el asalto final a La Moncloa”. “Ascenso de los 'duros' para dar la 'batalla final' a Sánchez: 'Es ahora o nunca'”. No va ni de elecciones, va de “asalto final”. Un cantante de medio pelo y cierto éxito arengaba hace un par de días a su exquisita audiencia para corear “Sánchez, hijo de puta” y la pocilga mediática anda a calzón quitado con los insultos. Lo de Pedro J. y su Español es sangrante a diario, Carlos Herrera, La Razón casi al completo y El Mundo. Y este jueves Susana Griso se permitió corregir que el amigo de Feijóo no era un narcotraficante cuando navegaban juntos, sino un contrabandista. De droga, entre otras cosas. Lavar a uno para hundir al otro. A juego todo con el nuevo equipo del propio Feijóo que, por cierto, se reserva para él solito la política exterior. Seguramente basado en su carisma, su historial ético y su dominio de los idiomas. Un equipo que viene a reventar más aún la convivencia, a hacer invivible el Congreso de los diputados para conseguir sus propósitos. Los dirigentes presentes y pasados del PP están de fiesta este fin de semana, demostrando una vez más que tienen, eso sí, una auténtico fervor por la ficción. Se les ve contentos a los tres tenores, se dirìa que han ido a mofarse de la audiencia y en particular del PSOE. No hay más que ver las intervenciones de Feijóo, Aznar y Rajoy en el Congreso que iniciaban este viernes. Los tres son maestros en mentir a niveles de máximos expertos. De hecho debe ser una condición inexcusable para el puesto. Ahí debe estar la clave de los nuevos nombramientos, eligen para los cargos de responsabilidad a quienes más destacan en la práctica a pesar de la gran competencia que se da entre sus filas. Y lo asombroso es que hay gente, mucha, muchísima, que les cree. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (c), junto a sus antecesores en el cargo y ex presidentes del Gobierno José María Aznar (izda) y Mariano Rajoy, durante el XXI Congreso Nacional del PP, este viernes en el recinto ferial Ifema de Madrid. EFE/Javier Lizón Cosas de la vida, mientras digería todo este conglomerado de impactos con música de fondo, la lista programada me ha obsequiado con “Entrada de los gladiadores”, la obra más notable del compositor checo Julius Fučík. Es perfecta, el PP podría entrar en el Congreso, ya puestos en la nueva dinámica, redondeando el espectáculo al son de esta marcha militar compuesta en 1897. Gladiadores y gladiadoras irrumpiendo en el hemiciclo a batirse con los diputados e incluso con los leones de piedra de la entrada. He leídoun poco más de esta pieza tan reconocible en otro contexto y, sí, la marcha militar derivó luego en música circense para dar entrada a los payasos.

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