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La pareja de Ayuso contradice a Miguel Ángel Rodríguez y sus propios mensajes para negar su confesión de fraude fiscal

La pareja de Ayuso contradice a Miguel Ángel Rodríguez y sus propios mensajes para negar su confesión de fraude fiscal
La declaración de Alberto González Amador como testigo, obligado a decir la verdad, choca frontalmente con lo afirmado por el jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso y los mensajes que cruzó con él en la mañana del 12 de marzoLa pareja de Ayuso dice al juez que no ordenó a Miguel Ángel Rodríguez filtrar el correo del fiscal sino que le dijo: “Haz lo que veas” Alberto González Amador declaró este viernes durante algo más de una hora en el Tribunal Supremo como testigo, obligado a decir la verdad sobre el correo con el que confesó dos delitos fiscales en febrero de 2024. Sus explicaciones para cerrar la puerta a cualquier filtración que no saliera de la Fiscalía, según fuentes del caso, llevaron a la pareja de Isabel Díaz Ayuso a incurrir en contradicciones e inconsistencias: afirma que se enteró de su propia confesión por la prensa y sus explicaciones no coinciden ni con sus propios mensajes ni con la declaración de Miguel Ángel Rodríguez. El empresario estaba llamado a declarar a las diez y media de la mañana, comparecencia impuesta por la Sala de Apelaciones del Supremo en los compases finales de la investigación. De hecho, estaba previsto que su testifical fuera el punto y final de la investigación antes de decidir si el fiscal general y la fiscal provincial de Madrid van a juicio por revelación de secretos. Pero instantes antes de empezar la declaración, el juez Ángel Hurtado hizo un anuncio: Carlos Neira, el abogado que firmó y envió la confesión de González Amador, también declarará como testigo. La declaración de la pareja de Isabel Díaz Ayuso ha discurrido en una dirección: él no filtró su propia confesión. No lo hizo porque, según la versión ofrecida este viernes ante el juez Hurtado, ni siquiera sabía que había confesado un fraude fiscal de 350.000 euros y se había ofrecido a pagar medio millón y aceptar ocho meses de presidio. Según su relato, después de negar varias veces ante Hacienda que hubiera defraudado dinero usando facturas falsas, encargó a su abogado Carlos Neira cerrar el caso cuanto antes y con el menor “ruido” posible. Del pacto se enteró por la radio. El juez, en un momento dado, llegó a preguntar al empresario si mantenía la confianza en Neira como abogado, a lo que González Amador contestó afirmativamente. La sorpresa del instructor es compartida por varias fuentes del caso. Según esta declaración, Carlos Neira –un abogado sobradamente conocido entre fiscales y Abogados del Estado de Madrid por llegar a acuerdos en casos como este– habría hecho la guerra por su cuenta y, sin consultar el cliente, se habría ofrecido a aceptar ocho meses de cárcel y pagar medio millón de euros sin consultar. Sin saber, por ejemplo, si puede pagar esa cantidad o si está dispuesto a manchar su expediente con una pena de prisión aunque no tenga que cumplirla. González Amador no sabía, según ha dicho, que su letrado había mandado un email al fiscal Julián Salto y a un Abogado del Estado buscando una conformidad. Una parte de su declaración que choca no solo con forma habitual de los abogados a la hora de relacionarse con sus clientes cuando se juegan la cárcel, sino con otras pruebas del caso. Por ejemplo, con el propio email que mandó su abogado ese dos de febrero de 2024. “Estudiado el asunto y de común acuerdo con Alberto González, les comunico que es voluntad firme de esta parte alcanzar una conformidad penal”, decía la parte más informal del email. El archivo adjunto, que especificaba los meses de cárcel y la multa que –supuestamente– estaba dispuesto a pagar su cliente, también daba a entender que el empresario había dado su visto bueno al acuerdo: “Alberto González Amador acepta íntegramente...”, comenzaba ese escrito. Es un desconocimiento que también contrasta, al menos parcialmente, con los mensajes que Miguel Ángel Rodríguez aportó a la causa. Los que cruzó con González Amador en la mañana del 12 de marzo, poco después de que elDiario.es desvelara el caso de fraude fiscal en exclusiva. Rebotó al jefe de gabinete de su pareja un mensaje que le había enviado, a su vez, su letrado Neira: “Buenos días Alberto, he recibido correo del fiscal. Parece que todo sigue en pie. Le voy a llamar al fiscal para ir concretando. La idea mía es que al final solo haya un condenado y multa mínima”. González Amador, según fuentes presentes en el interrogatorio, solo ha acertado a balbucear cuando el Abogado del Estado que defiende al fiscal general le ha preguntado que a qué creía que se refería su propio letrado cuando hablaba de “un condenado y multa mínima” si no era un pacto. Porque en su declaración, y en las versiones que tanto él como su entorno han dado públicamente, ese cruce de correos de su abogado y el fiscal Julián Salto en marzo de 2024 no tenía que ver con una conformidad. “Recomendó a su cliente una posible conformidad” El fiscal Julián Salto compareció como testigo el pasado mes de enero y, entre otras cosas, explicó al juez que todo eso fue un “intercambio de emails” sin “ningún tipo de validez”. Fuentes del caso consideran que la declaración de González Amador, dando a entender que él nunca dio su visto bueno a esa confesión más allá de querer una solución silenciosa, avanza en esa dirección: no se vulneró ningún secreto dado que la pareja de Ayuso nunca suscribió ni supervisó esa iniciativa de ninguna manera. Con lo que sí encaja la declaración de González Amador es con el relato público que tanto él como su entorno esgrimen desde el principio: él no es ningún defraudador confeso, tal y como defiende en dos decenas de pleitos civiles, porque ni ante Hacienda ni ante nadie ha reconocido haber defraudado 350.000 euros con facturas falsas. Y nunca consintió ninguna filtración de ese documento porque, afirma ahora, ni siquiera lo conocía. Esta afirmación tampoco cuadra con lo asegurado por sus propios abogados en la causa abierta en el Tribunal Supremo contra el fiscal general. El pasado mes de diciembre, en un extenso escrito en el que su defensa pedía varias diligencias e imputaciones, los abogados decían que Neira sí le había recomendado, de forma explícita, una conformidad: “Carlos Neira recomendó a su cliente explorar una posible conformidad como vía de terminación discreta y rápida del procedimiento”. Su letrado actual repitió este dato en otros escritos posteriores. El “haz lo que veas” a Miguel Ángel Rodríguez Alberto González Amador explicó en el Supremo sus conversaciones con Miguel Ángel Rodríguez en esos días de crisis: entre el 12 de marzo, cuando elDiario.es publica la primera información del caso, y la tarde del 13 de marzo, cuando su confesión trasciende a los medios de comunicación. Según la versión ofrecida como testigo, él no le pasa el correo del fiscal Julián Salto a Miguel Ángel Rodríguez hasta la noche del día 13 de marzo, después de que El Mundo publicara que la Fiscalía le había ofrecido un pacto, cuando había sido al revés. También detalló que no le pidió explícitamente que lo filtrara para contrarrestar a los medios que estaban contando la realidad del caso: “Haz lo que veas”, afirmó que le dijo entonces al jefe de gabinete de la presidenta regional. Las pruebas y otras testificales matizan o contradicen esta parte de su declaración. Ante el juez, el pasado mes de enero, el propio Miguel Ángel Rodríguez contestó “sí” tres veces cuando la Abogacía del Estado le preguntó explícitamente si González Amador le había “autorizado” filtrar ese correo del fiscal Salto de marzo de 2024. Y detalló, tanto en su declaración como en los mensajes que aportó, que no se lo había mandado esa misma noche como ha testificado el empresario. Se lo pasó muchas horas antes, aunque el permiso para difundirlo no llegara hasta la noche del 13 de marzo para contrarrestar a los medios que contaban la realidad de su pacto incipiente. “El señor González Amador me mandó la fotografía de ese email el día 12 [de marzo] a las 9 de la mañana”, dijo Miguel Ángel Rodríguez al juez. Y así lo ratifican los pantallazos de WhatsApp que aportó poco después al Supremo. Y fue muy específico al explicar cuánto tiempo lo tuvo en su poder hasta que lo difundió, en un chat con periodistas, dando una versión falsa de lo sucedido: “No hice nada con ese email, nada, hasta 38 horas después”. Mensaje remitido por Alberto González a Miguel Ángel Rodríguez en la mañana del 12 de marzo En su declaración como testigo, González Amador afirmó otra cosa que no es cierta. Aseguró que un periodista de elDiario.es le llamó un día antes de la publicación de la primera información de su caso, algo que sí sucedió: la llamada que se hace a todos los aludidos por una información antes de publicarse. Lo que no ocurrió es lo que añadió el empresario: que en esa llamada, el periodista de elDiario.es reveló datos de su expediente de Hacienda. González Amador rechazó atender a este medio y el reportero no reveló ningún dato, en contra de lo afirmado hoy por González Amador, quien estaba obligado a decir verdad como testigo. La declaración de González Amador, que también ha servido para que el empresario ratifique su querella y explique que pasar a ser considerado un “defraudador confeso” le ha supuesto un “destrozo” económico por haber perdido clientes y trabajos, es uno de los pasos finales de la investigación. El juez Hurtado tomará declaración la semana que viene a su abogado Carlos Neira, que tendrá que elegir entre dos opciones: si Alberto González Amador está mintiendo o si tiene por costumbre ofrecer medio millón de euros y ocho meses de cárcel sin consultarlo antes con su cliente. También declararán cuatro periodistas que afirman haber tenido información de este pacto hasta 36 horas antes que Álvaro García Ortiz. Después, y si no hay más movimientos, Hurtado tendrá que decidir si hay material suficiente para sentar en el banquillo, por primera vez en la historia del país, al fiscal general del Estado.
eldiario
hace alrededor de 8 horas
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