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El único pueblo de nuestro país que aúna el arte amazigh, griego y renacentista

El único pueblo de nuestro país que aúna el arte amazigh, griego y renacentista
Enclavado en Jaén se esconde un castillo bereber, un auditorio excavado en roca y una iglesia que parece del Renacimiento italianoLa Iruela y Orcera serán la Capital Española de las Montañas en 2025 En el corazón de la provincia de Jaén, entre montañas y olivares, se alza La Iruela, un pequeño pueblo que parece haber sido esculpido por la historia. Declarado conjunto histórico-artístico en 1985, este municipio es mucho más que una parada pintoresca en la ruta hacia la Sierra de Cazorla: es una fusión viva de tres mundos. Desde la herencia berebervisible en su castillo, hasta un auditorio al aire libre con ecos de la Grecia clásica y una iglesia renacentista que sorprende en cada detalle, La Iruela ofrece un viaje por siglos de civilización sin salir de una misma ladera. Aunque a menudo queda eclipsado por su vecina Cazorla, este rincón andaluz merece una visita pausada. Quien llega sin saber demasiado, se va con la certeza de haber descubierto uno de los pueblos con más personalidad y riqueza patrimonial del país. Un castillo estilo bereber suspendido sobre el abismo La silueta del castillo de La Iruela es visible desde casi cualquier punto del valle del Guadalquivir. Construido durante la dominación musulmana, el castillo se alza sobre un risco abrupto que lo convierte en una de las fortalezas más espectaculares de Andalucía. Sus muros, adaptados al terreno escarpado, hablan de épocas de resistencia y control estratégico del territorio. Tras la Reconquista, la fortaleza fue ampliada y usada por las órdenes militares, lo que le confiere un aire híbrido entre lo islámico y lo cristiano. Hoy, subir hasta su torre es una de las mejores formas de entender el paisaje: desde allí, el visitante se asoma a un mar de olivos y a las primeras estribaciones de la sierra. Un auditorio que mira a Grecia A los pies del castillo, el visitante se encuentra con una sorpresa inesperada: un auditorio al aire libre excavado en la propia roca de la montaña. Su forma semicircular recuerda a los teatros griegos y ofrece una acústica sorprendente que ha sido aprovechada para festivales y conciertos veraniegos. Este espacio escénico no solo conecta con el arte clásico, sino que se convierte en un símbolo del diálogo entre naturaleza, historia y cultura. Asistir a un espectáculo aquí, con el castillo iluminado al fondo y el cielo estrellado sobre la sierra, es una experiencia difícil de olvidar. Una iglesia renacentista en pleno corazón andaluz Como si faltara alguna joya por descubrir, la iglesia de Santo Domingo de Silos añade el tercer vértice a este insólito triángulo cultural. Aunque hoy permanece parcialmente en ruinas, todavía se perciben los rasgos del Renacimiento italiano en su estructura y ornamentación. Fue construida en el siglo XVI y, pese a haber sufrido daños por terremotos e incendios, conserva una elegancia sobria y armoniosa que contrasta con la verticalidad del castillo cercano. Pasear entre sus muros abiertos, donde crecen plantas silvestres entre las piedras antiguas, es una forma poética de comprender la superposición de estilos, épocas y formas de entender el mundo que se dan cita en La Iruela. Un pueblo que resume siglos de historia La Iruela no necesita artificios para deslumbrar. Basta con caminar por sus calles empedradas, asomarse a sus miradores o conversar con los vecinos para entender que este pueblo es un resumen en miniatura del cruce de culturas que define la historia de España. Arte islámico, espíritu clásico y herencia renacentista conviven en armonía en uno de los enclaves más fascinantes —y todavía poco conocidos— del sur peninsular. Un lugar donde cada piedra parece susurrar historias y donde el viajero no puede evitar preguntarse cómo es posible que algo así siga tan discretamente escondido.

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