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Seat Ibiza Cupra, el coche que dio origen a una marca

Estamos en 1996. Esta temporada, Seat afronta un reto deportivo arriesgado: el Campeonato del Mundo de Rallies en la categoría 2 litros. Sobre la base del Ibiza II GTI 1.8 16v se ha elaborado un kit incorporado a cincuenta unidades para la homologación del coche. Con una victoria y seis podios, Seat se hace a final de temporada con el título. Es toda una gesta pues nunca hasta ahora un modelo en su debut lograba un título FIA, y Seat se convertía además en la primera marca española en conseguir un Campeonato Mundial. Y repetirá en 1997, con ocho triunfos y trece podios, y en 1998, con cinco vitorias y doce apariciones en el cajón … SEAT había ganado su apuesta y se lanzará a por el título absoluto… Pero eso ya es otra historia, la nuestra nos lleva a retornar a 1996. Ese año SEAT lanza su versión «civil» del Ibiza Kit Car para celebrar el título mundial. Y la bautiza «Cupra». ¿Cupra? Es un nombre que nace de la asociación de dos términos ingleses: «Cup» por Copa y «Racing» por competición…, la aspiración deportiva estaba clara. Y este primer Ibiza Cupra se basaba en la segunda generación del pequeño y emblemático modelo de la casa española, aparecida en el año 1993. No solo era un tema de imagen. Toda la experiencia de SEAT Sport en la competición, dejaba su huella en este modelo, más radical que el, hasta entonces, más deportivo de los Ibiza: el GTI, el primer coche del segmento B en montar un motor de 2 litros a nivel mundial. Solo disponible en la carrocería de tres puertas, bajo el capó delantero del Ibiza Cupra de 1996, latía un 2 litros atmosférico de cuatro cilindros y 16 válvulas que proporcionaba 150 CV, cifra poco habitual en esa época para un coche de un segmento tan pequeño. Y con los 1.100 kilos que pesaba (¡qué tiempos tan afortunados!) la relación peso potencia era de 7,33 kilos por CV, una cifra muy buena. Esto le permitía una aceleración de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos, y alcanzar una velocidad máxima de 216 km/h. Y claro está, un importante trabajo sobre el chasis, con suspensiones muy trabajadas, para sacar provecho de este potencial. Exteriormente, este primer Ibiza Cupra se distinguía por el color verde (al estilo del Kit Car del Mundial) si bien estaba disponible en otros colores, unas llantas específicas, y unos vinilos en que recorrían parte de las aletas delanteras y las puertas con el nombre de «CUPRA» en gran tamaño y, mas pequeño, «CUP RACING 2.0 16 valves» En 1999, se actualiza el Ibiza de la segunda generación, y sobre esta base nace un nuevo Ibiza Cupra en 2000, siempre en carrocería tres puertas. Exteriormente tenía más carácter que el primer Ibiza Cupra, con el frontal y una trasera actualizadas, que transmitían una imagen con mucho carácter. A esto se sumaban las llantas de cinco radios, las suspensiones rebajadas, la doble salida de escape y unos parachoques diferentes: se identificaba claramente del resto de versiones de la gama Ibiza. Pero había más. Sí, en efecto, bajo el capó se ha instalado el conocido motor 1.8 20VT, un cuatro cilindros turbo de 1.8 litros, y 5 válvulas por cilindro. Da 156 CV que, con lo 1.179 kilos del coche, se traduce en una relación peso potencia de 7,17 kilos por CV. Las prestaciones dan un paso adelante, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos y una velocidad máxima de 218 km/h. Opcionalmente montaba ESP (una primicia en su segmento). Y en el año 2000, aparecía el Ibiza Cupra R, el primero en emplear la denominación «R». Es el primero desarrollado por SEAT Sport, que hasta ahora había estado en la sombra. Arrancaban así las versiones especiales, algo que luego se extendería con el León. El motor era el 1.8 20VT pero con la potencia elevada hasta los 180 CV. Exteriormente se diferenciaba claramente por sus llantas OZ, pinzas Brembo, y logotipos y molduras de parachoques pintadas en el color de la carrocería a diferencia del anterior. Las prestaciones resultaban espectaculares gracias a una relación peso potencia de 6,2 kilos por CV: 0 a 100 km/h en 7,2 segundos y 225 km/h de velocidad punta. Las doscientas unidades del Ibiza Cupra R, eran el epílogo del primer SEAT Cupra, una versión que daría nacimiento a una saga de SEAT con mucho carácter, (Ibiza de tercera y cuarta generación, Córdoba y León) y muchos CV (hasta 300 en el caso del León III Cupra de 2017) que han dejado un recuerdo inolvidable a quienes nos pusimos a sus volantes. Pero lo que no podíamos imaginar es que aquellas versiones Cupra de SEAT, serían el germen de una marca. El 22 de febrero de 2017, SEAT anunciaba el lanzamiento de CUPRA, una nueva marca integrada en la compañía, y presentaba el que será su primer modelo, el CUPRA Ateca. Pero si bien tenía una personalidad especial, no dejaba de asociarse su imagen a la del SEAT del mismo nombre. En el Salón de Ginebra de ese mismo año se presenta, bajo el formato de prototipo, el primer CUPRA especialmente desarrollado para la marca, sin equivalente en SEAT. Bautizado como Formentor y, con apenas diferencias, en marzo de 2020, CUPRA lanza las fotos de la versión de producción, que se pondría a la venta en el último trimestre del año. De entrada, el Formentor llama la atención por su diseño. Inicialmente, contará con una amplia gama de motores, incluyendo un híbrido enchufable PHEV de 245 CV, y un bloque de gasolina de 310 CV y tracción integral. Luego llegarán las versiones de acceso de 150 CV, en gasolina y diésel y, a finales de 2021, el VZ5 (solo siete mil unidades), motor 2.5 TSI de cinco cilindros, 390 CV y 450 Nm de par, con tracción integral y una aceleración de 0 a 100 en solo 4,2 segundos… Y hace unos meses, CUPRA presentaba una puesta al día de este Formentor, con cambios exteriores como el frontal en forma de nariz de tiburón, el emblema de la marca sobre el capó, los faros Matrix LED triangulares y el logotipo CUPRA iluminado e integrado en el centro de la luz LED trasera infinita, con intermitentes dinámicos. Además este nuevo Formentor presenta novedades a nivel de suspensiones o de motores, como el de la versión de acceso eTSI, (etiqueta ECO de la DGT), que nos ha llevado en este viaje por la historia. Tiene un motor de gasolina de 1.5 litros y 150 CV combinado con la tecnología Mild Hybrid de 48V. Esta tecnología ha mejorado y ahora el coche se pone en movimiento mediante el sistema de 48V en exclusiva, lo que lo hace aún más suave en comparación con el anterior sistema, que incluía la batería de 48V y la de 12V. Según la marca, este motor permite acelerar de 0 a 100 km/h en solo 9 segundos, y obtener un consumo combinado de 5,6 litros a los 100 km (WLTP). El característico estilo deportivo CUPRA del interior se mantiene en el rediseñado Formentor. Las levas de cambio en el volante ahora se incluyen de serie en todas las versiones, y se han mejorado los materiales. Esto se aplica especialmente a la consola central, cuyas paredes laterales incorporan plástico espumado y cosido. Los controles tienen una nueva distribución. La pantalla multimedia aumenta de tamaño. La barra de control de volumen y temperatura, ubicada justo debajo, se retroilumina. El nuevo sistema operativo es rápido. Incluso mejora su uso con funciones de climatización siempre accesibles y accesos directos personalizables en la parte superior de la pantalla. Sin cambios en la habitabilidad, el Formentor acomoda perfectamente a sus pasajeros traseros: hay espacio para la cabeza, las piernas y los hombros. Además, los reposacabezas son mullidos. Al volante, entre la baja posición del asiento y la vista del capó esculpido con aletas elevadas, uno podría fácilmente creer que está a bordo de una berlina deportiva. Ambiente acentuado por los cómodos y gruesos asientos tipo baquet opcionales, con excelente sujeción lateral. El comportamiento dinámico se complementa a la perfección con movimientos de la carrocería bien controlados. La dirección precisa y consistente se puede ajustar en dos niveles, al igual que la gestión de recuperación de energía. Ofrece un nivel «bajo» que no afecta la sensibilidad del pedal de freno, así como un nivel «automático», que regula la fuerza de recuperación eléctrica según el tráfico y la configuración de la carretera. Esto provoca pequeñas variaciones en la consistencia del pedal al frenar, que no llegan a perturbar la sensibilidad como en los modelos híbridos enchufables. Este motor microhíbrido es el único que permite al Cupra Formentor mantener un peso por debajo de las 1,5 toneladas en vacío. Esto contribuye a ofrecer una conducción dinámica, a lo que también ayuda y mucho el centro de gravedad unos 10 cm más bajo que la media de sus rivales de segmento, los SUV compactos. Sin embargo, esto no impide optar por una amortiguación firme, a pesar de la suspensión adaptativa opcional, que se puede ajustar en quince niveles. El motor 1.5 eTSI es una alternativa a quienes den prioridad al consumo sobre las prestaciones. Entre su modo de funcionamiento bicilíndrico cuando la demanda de potencia es baja, las fases de marcha en rueda libre al levantar el acelerador, el aporte eléctrico durante la aceleración y la regeneración durante la frenada, el cuatro cilindros demuestra ser frugal. En una ruta con curvas y cuestas, a un ritmo pausado, es perfectamente posible mantener el consumo por debajo de los 6 litros a los 100 kilómetros. En autopista las medias en nuestra prueba estaban en los 7 litros a los 100 kilómetros. Los 150 CV ofrecen un rendimiento correcto. Sin embargo, la aceleración y la caja de cambios DSG de siete velocidades carecen de dinamismo en ocasiones. El modo Sport de esta transmisión de doble embrague aporta algo de respuesta. Sin embargo, tiende a mantener el régimen del motor alto en el cuentarrevoluciones, lo que obliga al uso de las levas para acallar el rugido del pequeño bloque de 1.5 litros. Suave y discreto en el uso diario, este motor encaja perfectamente en una versión de acceso. Para mayores sensaciones ya hay otras versiones de este Formentor, el primer cien por cien CUPRA, un nombre que nacía en 1996 asociado a un SEAT Ibiza.

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