El mejor del mundo

No hay un criterio objetivo para señalar cuál es el mejor jugador del mundo. A veces la elección se deja arrastrar por la camiseta, más que por las condiciones del futbolista. ¿Por qué casi siempre cuando se citan a tres o cuatro de los que pueden ser los mejores jugadores todos son delanteros? No hay un baremo para evaluar con auténtico rigor quien es el número uno. Normalmente lo acaba escogiendo la gente, por unanimidad. Pero lo único inequívoco, seguro y que aporta un plus evidente para serlo es ganar títulos. El mejor del mundo no puede ser solo un malabarista o un excelente pelotero que no tenga a sus espaldas títulos potentes. ¿Puede serlo actualmente Lamine Yamal? Tiene la Eurocopa, que no es un título menor y en esta temporada ha conquistado la Supercopa y la Copa del Rey en un memorable partido frente al Real Madrid, pero para acceder a la primera plaza es necesario laLiga o la Champions, los títulos gordos. Lamine ya sabe, a pesar de sus 17 años, que debe ser decisivo en los partidos importantes. Eso también suma para elegir al mejor del mundo. No es extraño que se enfadara tras el 3-3 en Montjuïc ante el Inter y fuera incapaz de esbozar una sonrisa justo al acabar el encuentro. Los números uno son tipos muy competitivos. Pelé fue el mejor del mundo cuando eso se medía por las selecciones, ganando tres campeonatos del mundo, jugando el primero con 17 años. Indiscutible. Di Stéfano desbancó el extraordinario Kubala por las Copas de Europa, la competición en la que se impuso Cruyff luchando de igual a igual con un defensa impresionante como Beckenbauer. Maradona dio dos ‘Scudettos’ a un equipo en su día menor como el Nápoles y ganó el Mundial-86 de México prácticamente solo. Messi ha reinado 15 años (y a lo largo de la historia) con un Cristiano cerca. Leo fue el rey pero tuvo que ganar cuatro Champions y un Mundial. El pequeño Thuram dice que Dembélé y Mbappé son mejores que Lamine. Hay una manera de demostrarle que no: el póker de títulos este año a los que aspira aún el FC Barcelona. Seis finales para Lamine, que tiene razón cuando afirma que la edad es solo un número. Tiene el mundo a sus pies y puede lograr ser el mejor del mundo hoy. Sí, este año. Sin ser mayor de edad, siendo simplemente un gigante del fútbol.

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