Esta hora trabajada de más se la dedico al PP y a Junts

La reducción de jornada (no esas 37'5 horas, queremos unas cuantas menos) no nos la va a traer un gobierno sin mayoría parlamentaria, ni aunque la aprobase el Congreso: la conseguiremos los trabajadores como se han ganado todos los derechos laborales a lo largo de la historia, peleándolos Entre los corredores populares, hay una práctica común para motivarte cuando ya no puedes más en una carrera: dedicar kilómetros. A la manera de las cucharadas de papilla con las que el niño abre la boca (“está por mamá… Esta por papá…”), el estímulo para no abandonar y llegar a la meta es pensar en gente querida a la que dedicar cada kilómetro restante, que recorrerás mientras piensas en tu hija, tu madre o tu amante. El sistema es válido para otros momentos de tu vida en que estás desmotivado, agotado o no ves el final: por ejemplo, la última hora de tu jornada laboral, cuando ya tu cerebro está frito y te duele la espalda, sabes que ya no vas a rendir mucho más, que será tu momento menos productivo del día, una hora perdida pero que hay que echar obligatoriamente para completar el horario. Los minutos de la basura en algunos trabajos, en otros la última vuelta de tuerca para exprimirle un poquito más de plusvalía al trabajador. Cuando te pase estos días, prueba a dedicar ese final de jornada, esa última hora interminable en que miras el reloj sin que avancen los minutos. Pero no a tu hija, tu madre o tu amante: dedícasela mejor al PP y a Junts, las derechas española y catalana que uniendo sus votos con la ultraderecha han tumbado la reducción de jornada. “Estas dos horas y media semanales que voy a echar de más van por vosotros, diputados de las derechas. De paso os dedico las horas extra, incluidas las no cobradas, gracias a que también habéis impedido la parte de la norma referida al control horario más estricto y sancionable. Y hasta puedo dedicaros las horas que también echaré en casa, los correos y whatsapps que tendré que responder fuera del horario laboral, porque el proyecto de ley incluía el derecho a la desconexión digital. ¡Van por vosotros todas mis horas de más!” Puedes dedicarles tus horas de más, tu cansancio, tu malestar, tu queme, tu corre que te corre para llegar a casa, tu tiempo restado a tus hijos, a tu vida social, a tu cuidado o a tu feliz holganza. Puedes dedicarles las horas de más que pasarás en el curro y que tampoco podrás emplear en defender tus derechos laborales. Por ejemplo, en exigir la reducción de jornada, sí, pero no esta tan modesta del gobierno sino otra más ambiciosa, más acorde a la evolución del trabajo en el último siglo y medio, más justa, más humana, más ecológicamente sostenible. No nos conformamos con restar dos horas y media semanales: queremos mayor reducción, queremos trabajar menos (ganando lo mismo, que para eso la productividad no ha dejado de aumentar en décadas), queremos repartir la riqueza, queremos una vida mejor. Y para conseguirlo necesitamos también tiempo, tiempo para movilizarnos, pues sabemos que la reducción de jornada (no esas 37'5 horas, queremos unas cuantas menos) no nos la va a traer un gobierno sin mayoría parlamentaria, ni aunque la aprobase el Congreso: la conseguiremos los trabajadores como se han ganado todos los derechos laborales a lo largo de la historia, peleándolos. No es por casualidad ni por gracia patronal que ya haya sectores cuyos convenios reducen la jornada a esas 37,5 horas. Son aquellos sectores donde hay más fuerza sindical. Mientras tanto, lo dicho: motivación, compañeros. Esta horita tonta va por ustedes, diputados del PP y Junts.