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Morir de hambre mientras suena de fondo otro comunicado europeo

Morir de hambre mientras suena de fondo otro comunicado europeo
Se suceden los comunicados y declaraciones de gobiernos europeos "exigiendo" a Israel que permita la ayuda humanitaria a los palestinos, sin acompañarlas de ninguna medida de presión. Mientras, la población civil se enfrenta a una de las formas más lentas y crueles de muerte La muerte por inanición es una muerte dolorosa y muy lenta, coinciden todos los estudios al respecto. Morir de hambre lleva su tiempo, e implica un indescriptible sufrimiento al que el cuerpo intenta resistir y adaptarse. Pero tiene un límite: el cuerpo puede sobrevivir sin comer entre ocho y doce semanas antes del desenlace fatal. (“Ha llegado el momento de poner fin a la guerra en Gaza”, declararon a través de un comunicado los gobiernos de Francia, Alemania y Reino Unido el pasado viernes. Instaron a poner fin a la “catástrofe humanitaria” y señalaron que las necesidades básicas de la población civil deben “cubrirse sin demora”. “Israel debe cumplir con sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario”, declararon). Durante las primeras 24-48 horas sin ingerir alimentos, el cuerpo quema la glucosa almacenada. Una vez agotado el glucógeno, comienza la quema de grasa. La cetosis puede durar de días a semanas, el hígado metaboliza los ácidos grados y derivados, que reemplazan la glucosa como fuente principal de energía. La persona se siente deprimida, ansiosa, letárgica, retraída y con problemas de concentración. (Por su parte, el presidente Macron anunció que Francia reconocerá el Estado de Palestina: “Haré este anuncio solemne en la Asamblea General de la ONU el próximo septiembre”. Se mostró confiado en que “la paz es posible”, y dijo que “la urgencia hoy es que cese la guerra y se socorra a la población civil”). La tercera y última fase comienza cuando toda la grasa se ha quemado y el cuerpo, esquelético, usa sus reservas de proteínas finales: el organismo descompone sus propios músculos y otros tejidos para mantener funcionando sistemas vitales. El agotamiento muscular es rápido, las células descomponen sus propias proteínas en aminoácidos. Incluso el músculo del corazón se consume, quedando la persona lánguida. El pulso, la presión arterial y la temperatura corporal caen precipitadamente. (Un grupo de 25 países, entre ellos Francia, Reino Unido, España, Canadá, Australia o Japón, emitieron una declaración conjunta para exigir un alto el fuego inmediato en Gaza y que Israel cumpla el derecho internacional humanitario. Los firmantes advierten que el sufrimiento de los civiles “ha alcanzado nuevas cotas” y denuncian “la muerte inhumana de civiles, incluidos niños, mientras buscan necesidades básicas”. Exigen a Israel que elimine las restricciones a los envíos de asistencia). Cada vez más débil para moverse e incluso para comer, disminuye toda interacción. Actividades comunes como caminar o levantar objetos se dificultan, con mareos y desmayos frecuentes, así como irritabilidad y confusión mental. En las mujeres cesa la menstruación. A menudo las víctimas están demasiado débiles para sentir sed, y se deshidratan. La falta de nutrientes reduce la capacidad del cuerpo para absorber y digerir alimentos, agravando la situación. La mucosa intestinal se daña y el tránsito intestinal se ralentiza. Todos los movimientos se vuelven dolorosos por la atrofia muscular. (La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, al término de la reunión de los 27 sobre la situación en Gaza, dijo que “Israel tiene que dar más pasos concretos para mejorar la situación humanitaria sobre el terreno”. Después de que la reunión terminase sin acuerdo sobre medidas, Kallas explicó que Europa establecerá un sistema de monitoreo del reciente acuerdo con Israel sobre el acceso a la ayuda humanitaria). Al consumir el cuerpo sus propias proteínas esenciales para el correcto funcionamiento celular, la situación se deteriora rápidamente. La pérdida afecta a la función de órganos importantes: corazón, riñones e hígado sufren daños irreversibles. Debilitado el organismo, las infecciones y enfermedades son comunes, con diarreas y edemas, así como el crecimiento de hongos debajo del esófago que hacen doloroso tragar. Tras semanas sin comida, una vez el cuerpo ha quemado glucosa, ácidos grasos y proteínas, ya no queda nada que consumir. (Según Kallas, cada dos semanas entregará informes sobre la situación, y a partir de ahí la Unión Europea decidirá si da algún paso más o no. La alta representante europea indicó que la posibilidad de adoptar sanciones concretas contra Israel sigue siendo un elemento de presión contra el gobierno de Netanyahu). Los niños dejan de crecer y quedan raquíticos, con la mitad del tamaño que deberían tener. Una vez perdido el 40% del peso corporal normal, la muerte es casi inevitable. La causa más común de muerte es el paro cardíaco por la excesiva degradación del tejido y los desequilibrios electrolíticos. Si sobreviven, las personas sufren secuelas permanentes incluso si se reintroducen los nutrientes a tiempo.

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