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Contra las xenofobias, las extremas derechas y el centralismo

Contra las xenofobias, las extremas derechas y el centralismo
ERC desea izquierdas fuertes en todo el mundo, y por tanto nunca hará nada para alimentar las disputas intestinas en la izquierda española; pero tampoco consentirá que nadie use el autogobierno de Catalunya como peón retórico en dichas disputas Hace unos días, Ione Belarra defendió la oposición de Podemos al traspaso de competencias de inmigración a Catalunya argumentando que los Mossos tenían un problema de racismo que, aparentemente, no existiría en el caso de la Guardia Civil y la Policía Nacional española. Esto despertó críticas en todo el lado izquierdo del Parlamento catalán, desde Catalunya en Comú hasta el partido que tengo el honor de liderar, ERC. En lugar de reflexionar, matizar y corregir rumbo, Podemos ha optado por un sostenella y no enmendalla en que el blanco principal está siendo ERC. Creo que sus ataques se pueden resumir, principalmente, en tres puntos: (1) ERC no quiere luchar contra la extrema derecha y la xenofobia en Catalunya; (2) dicha xenofobia es una herramienta de los de arriba para dividir a los de abajo; y (3) somos unos desagradecidos porque Podemos fue el único partido que se opuso a la represión del independentismo post-2017. Empezaré por este último punto. Dejando de lado su carácter obviamente falaz, se basa en una afirmación falsa: el conjunto de Unidas Podemos compartió, a grandes rasgos, la actitud de Podemos ante la represión del independentismo. Teniendo en cuenta que buena parte de lo que fue UP está hoy en el mismo gobierno español que está negociando el traspaso de competencias en inmigración, llegamos al núcleo real de la posición de Podemos: una campaña de desquite contra sus antiguos socios electorales y de gobierno. ERC desea izquierdas fuertes en todo el mundo, y por tanto nunca hará nada para alimentar las disputas intestinas en la izquierda española; pero tampoco consentirá que nadie use el autogobierno de Catalunya como peón retórico en dichas disputas. En segundo lugar, es totalmente cierto que los poderosos usan la xenofobia para dividir a los de abajo. Pero eso también es cierto en el caso de la catalanofobia, que históricamente se ha empleado en dos sentidos: para dividir a las clases populares catalanas en razón de su origen (sin tener en cuenta que Catalunya es una sociedad mestiza, donde los “catalanes puros” simplemente no existen), y para crear un enemigo interior en España que distraiga a las clases populares españolas y salvaguarde los privilegios de sus élites. Catalunya, así como su policía, no son inmunes al racismo; pero tampoco lo es España, como demuestran la masacre de Melilla o la cantidad de devoluciones en caliente que tuvo lugar con Podemos en el Gobierno español. Cuando se pretende perpetuar el control de Madrid sobre Catalunya en tal o cual ámbito aludiendo al racismo, como si este existiese en Catalunya pero no en España, se está alimentando el estereotipo del “catalán cerrado e insolidario” que está en el núcleo de la catalanofobia. Y, además, se está ignorando que los Mossos pueden hacer las cosas verdaderamente bien, como demuestra que haya tenido que ser este cuerpo el que destape lo que posiblemente acabe siendo uno de los peores casos de corrupción de la historia de España: el caso Montoro. Catalunya y su policía no son ni perfectos ni mejores que nadie, pero tampoco peores. Y, desde luego, la solución a sus males e imperfecciones no está en que se les controle desde Madrid. Y con esto llegamos al punto inicial: no es solo que ERC esté combatiendo a las extremas derechas en Catalunya, sino que precisamente por ello representantes de ERC como Najat Driouech, Tània Verge o Gabriel Rufián están en el centro de sus campañas de violencia política. Por no hablar de los centenares de alcaldías y otros cargos locales de nuestro partido que a diario se enfrentan al populismo xenófobo a pie de calle, en los pueblos, barrios y ciudades de toda Catalunya. ERC nació luchando contra los restos de una dictadura fascista; sangró en el combate contra otra; y buscará siempre colaborar, en condiciones de respeto e igualdad, con todas las fuerzas democráticas en la lucha contra las extremas derechas de hoy. Pero nunca aceptaremos órdenes sobre como hacer las cosas en Catalunya por parte de lo que, a día de hoy, es fundamentalmente una fuerza política de base madrileña con una presencia anecdótica en nuestro país.
eldiario
hace alrededor de 22 horas
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