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Tirar la basura

El Ayuntamiento de Getafe aprovecha la tasa de basura para poner nuevos contenedores, pero no serán cualesquiera, sino que tendrán una tapa con fichaje electrónico: se abrirán sólo con una tarjeta nominal. En la carta informativa que los vecinos han recibido, la justificación sería la de «mejorar nuestro impacto sobre el entorno, generando menos residuos y reduciendo lo que llevamos al vertedero». Evidentemente, la cantidad de residuos será la misma. En el mismo párrafo mezclan esta argumentación con propósitos perversos: «Nos permitirá conocer mejor nuestros hábitos de gestión de residuos». Es decir, saber quién separa la basura y quién no. En otras palabras, al hacer una tarjeta con nombre y apellido se entrometen en la vida privada del ciudadano sin preguntar si quiera, porque qué puede ser más privado que tirar la basura e ir al baño. Según el Ayuntamiento, resulta que esto ya no es privado. De esta manera se instaura y se impone un control de la vida diaria de los ciudadanos. Digamos que todavía no es absoluto, pero bien empieza. Una medida autocrática de control de tipo chino. Visten la medida de buenas intenciones, de 'sostenibilidad', para parafrasear una conocida muletilla comunista. Igual que proponen una bonificación mañana pueden imponer una multa por no tirar la basura en el cubo correspondiente o por no separar. No se nos ha preguntado si estamos de acuerdo con que las administraciones públicas utilicen nuestros datos personales para este propósito. Además, sería abusivo aprovechar cualquier trámite en el Ayuntamiento para recabar esta autorización junto con otros propósitos. Asimismo, sería interesante saber cuánto cuesta todo esto y, sobre todo, para qué, cuál es el propósito último y no confesado. Las medidas se llevan a cabo no con dinero suyo, sino de todos (o sea de nadie, en su concepción). Nos controlan y encima tenemos que pagar para esto. ¿Qué puede ser más absolutista? Anca Stefana Nitulescu . Getafe (Madrid) Según los tertulianos más brillantes, lo del islote de Perejil lo resolvieron José María Aznar y los 'yanquis', quienes tenían las cartas en la mano. Según los de a pie, también fueron los militares de alta graduación que sabían sus deberes y obligaciones. Un gran amigo era teniente general del Mando Aéreo Operativo y participó activamente en el acontecimiento. Por lo tanto, le creo a él mucho más que a cualquier otro. Aeronaves cargadas de armamento estuvieron listas para el ataque. Otras vigilaron con precisión toda la zona norte de Marruecos por si la baladronada, la fanfarronada, tenía detrás una masa al estilo de la Marcha Verde, y arriesgaron todos los efectivos que podían poner en vuelo en pocos minutos. Muchos presumen, pero pocos arriesgaron sus carreras como ellos: los militares, como siempre, con su valor, coraje y honor, y a pesar de su escasa remuneración económica. Rafael de madariaga . Murcia
abc.es
hace alrededor de 22 horas
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