cupure logo
delsánchezcorrupciónconlosiránperdónisraelnuestrasmundial

Sánchez no sale de esta solo con un lavado de cara en el PSOE

Sánchez no sale de esta solo con un lavado de cara en el PSOE
Son ya dos secretarios de Organización imputados. Dos personas de su más estrecha confianza. Ni él mismo sabe hasta dónde llegará el escándalo: si hay o no ramificaciones de la trama en los territorios y si la organización que lideraba Ábalos o Cerdán operaba o no también para financiar actos de partido. Hasta los más sanchistas auguran un auténtico vía crucis lo que dure el mandato y temen que haya más escándalos La crisis es grave. Los hechos conocidos hasta ahora son inapelables. Y si Pedro Sánchez cree que con pedir perdón siete veces, anunciar una auditoría de las cuentas del partido y hacer una reestructuración profunda en la dirección del PSOE puede salir de este trance es que ha perdido la brújula. O que no tiene a nadie al lado que le hable con sinceridad absoluta. Con un jefe de gabinete dedicado a pensar en la España de 2050 y no en la de 2025, un partido descabezado y un núcleo duro cada vez más reducido, el presidente del Gobierno se enfrenta, con la credibilidad bajo mínimos, al más delicado de cuantos escenarios ha atravesado desde que comenzó allá por 2014 su carrera política. Son ya dos los secretarios de Organización del PSOE imputados. Dos personas de su más estrecha confianza. Y ni él mismo sabe hasta dónde llegará el escándalo. Si hay o no más ramificaciones de la trama en los territorios. Si la organización que lideraba Ábalos o Cerdán operaba, además de para llenar sus bolsillos, para financiar o no actos de partido. Si las cuentas del PSOE están o no, en definitiva, libres de sospecha. Empiezan a surgir demasiadas voces, incluso entre los más partidarios, que no ven dirección, ni estrategia, ni alineamiento, ni definición, ni consistencia en los equipos. No hablan de ministros. O al menos no de todos porque solo hay tres que cumplan los mínimos exigibles en política para afrontar el auténtico vía crucis que se avecina y en el que muchos temen que aparezcan nuevos escándalos. Si el presidente no está por la labor de disolver las Cortes, como ha dicho, el jefe de la oposición rehúye la moción de censura y los socios mantienen el apoyo al Gobierno, la derecha llevará aún más al extremo su ofensiva para que se instale que España vive un colapso institucional provocado por Sánchez. Y de ese marco no se sale con un simple lavado de cara en la dirección del PSOE aunque se presente como una profunda reestructuración de la Ejecutiva Federal. Los cambios son necesarios, sin duda, pero no solamente en la calle Ferraz que, desde hace años, ya era un páramo de pensamiento político, además de un refugio para quienes no únicamente han decepcionado a Sánchez sino a todo el partido. Si el presidente tampoco piensa someterse a una moción de confianza en el Congreso de los Diputados, ya pocos creen que la legislatura pueda llegar a término, y mucho menos con la propuesta tropical de Yolanda Díaz de redoblar la apuesta social. Nada tienen que ver las churras con las merinas. Sánchez se enfrenta a una legítima –por muy hiperventilada que sea– campaña de desgaste de la derecha después de la dimensión del escándalo conocido, pero también al placaje de quienes dentro de su propio partido hoy salivan ante el implacable informe de la Guardia Civil. El caso más palmario, y a la vez más cínico, es el de una Susana Díaz que se declara “descompuesta” ante el supuesto amaño de Santos Cerdán de las primarias en las que Sánchez se impuso a Madina. Hay que tener mucho cuajo, mucho impudor y muy poca memoria para erigirse en paladín de la limpieza de los procesos orgánicos cuando en aquella consulta a la militancia de 2014 la expresidenta de la Junta fue la principal valedora del hoy presidente del Gobierno y entonces aspirante a la secretaría general. Si de algo hubo sospechas en aquellos momentos era de la procedencia de los avales que sumó José Antonio Pérez Tapias para poder ser el tercer candidato en liza. “De Andalucía y casi de su puño y letra,” se decía en todos los círculos socialistas. En Almería se especuló con que se presentaron avales con la misma letra. Y nadie hizo o dijo nada. Se dieron todos por buenos. La primera, la propia Susana Díaz. Cuando la memoria flojea no siempre es por un deterioro cognitivo.
eldiario
hace alrededor de 16 horas
Compartir enlace
Leer mas >>

Comentarios

Opiniones