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El top 5 ciudades en España con arquitectura modernista

El top 5 ciudades en España con arquitectura modernista
De Melilla a Gijón, pasando por Ferrol o Linares: así se expandió el legado de Gaudí y su generación por todo el paísLa España modernista: 12 ciudades que te sumergirán en su historia a través de sus edificios Cuando se piensa en el modernismo en España, el imaginario colectivo nos lleva casi automáticamente a Barcelona. La ciudad condal es, sin duda, la gran capital del modernismo, con obras universales como la Sagrada Familia, la Casa Batlló o el Park Güell, que atraen cada año a millones de visitantes. Pero lo cierto es que la huella de este movimiento artístico y arquitectónico se extendió por todo el país, dejando joyas menos conocidas pero igualmente sorprendentes. Desde fachadas florales hasta edificios que desafían la simetría clásica, el modernismo español transformó muchas ciudades a finales del siglo XIX y principios del XX. Estas son cinco de las más destacadas, donde mirar hacia arriba es un ejercicio de asombro constante. Melilla: la joya modernista del sur que mira a África Pocos imaginan que Melilla, enclave español en el norte de África, es la segunda ciudad de España con más edificios modernistas, solo por detrás de Barcelona. Buena parte de estas construcciones son obra de Enrique Nieto, discípulo directo de Gaudí. Sus obras se reparten por el conocido Triángulo de Oro, donde destacan edificios como la Casa de los Cristales, la Casa Tortosa, la Casa Melul o la Cámara de Comercio. La abundancia de formas onduladas, balcones ornamentales y rejerías florales convierten las calles del centro en un auténtico museo al aire libre. Melilla modernista es una experiencia estética que desmiente muchos tópicos sobre esta ciudad. Ferrol: balcones acristalados y una burguesía con gusto La ciudad gallega de Ferrol conserva un conjunto modernista singular concentrado en el barrio de A Magdalena, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1983. Allí se puede seguir el rastro de Rodolfo Ucha Piñeiro, arquitecto que dio forma a la transformación urbana de la ciudad a principios del siglo XX. La Casa Antón, la Casa Romero, el Teatro Jofre o el edificio de La Pescadería son solo algunos ejemplos de este estilo decorativo, refinado y burgués que mezcla miradores acristalados, hierro forjado y maderas nobles. Una elegancia nostálgica que aún pervive en sus calles. Gijón: un paseo costero entre estilos curvos y fantasía burguesa En Gijón, el modernismo se despliega con naturalidad en calles como Corrida, Cabrales o el Paseo de Begoña. Aquí, el auge del comercio y la revolución industrial trajeron consigo una arquitectura de inspiración catalana que se adaptó a los gustos de la clase alta asturiana. Obras como el Casino de Asturias, la Villa Rosari, el antiguo Banco de Gijón, la Iglesiona o la Universidad Laboraldan cuenta de la variedad y el eclecticismo del modernismo gijonés. Entre el Cantábrico y los parques urbanos, esta ciudad ofrece un recorrido con carácter propio y rincones repletos de detalles florales y soluciones arquitectónicas originales. Teruel: mudéjar por fuera, modernista por dentro Teruel no solo presume de arquitectura mudéjar. También posee un rico patrimonio modernista, especialmente visible en torno a la Plaza del Torico y la Calle Nueva. El principal artífice fue el arquitecto Pau Monguió Segura, autor de obras como la Casa Ferrán, la Casa del Torico, o el antiguo Asilo. Su influencia se nota en el uso del hierro, las formas orgánicas y una paleta decorativa que transforma lo cotidiano en espectacular. La ciudad celebra cada año su Semana Modernista, una forma de revivir y poner en valor este patrimonio que combina romanticismo, burguesía y expresividad ornamental. Linares: una estación que parece un vagón invertido Linares, en la provincia de Jaén, vivió una transformación urbana gracias a la industrialización y al empuje de Alfonso XII. Fruto de ese crecimiento surgió un modernismo propio, marcado por el uso del ladrillo rojo autóctono y formas eclécticas. El edificio más emblemático es la Estación de Madrid, en el Paseo de Linarejos, cuya forma recuerda a un vagón al revés. Junto a ella, destacan construcciones como el Mercado de Abastos, el Pasaje del Comercio o la Casa de Los Córdoba. Un conjunto arquitectónico que da carácter a una ciudad que, aunque menos conocida, también forma parte del mapa del modernismo español. Una ruta imprescindible para amantes de la arquitectura Desde los balcones floridos de Ferrol hasta las puertas ornamentadas de Melilla, el modernismo español se revela como una corriente artística diversa y fascinante que transformó el paisaje urbano en toda la península y más allá. Lejos de quedar reducido a la obra de Gaudí en Barcelona, el estilo modernista encuentra nuevas lecturas en otras ciudades, demostrando que la creatividad arquitectónica no conoce fronteras.

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