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Las cifras lo dejan claro: los giros a la izquierda provocan la mayoría de los accidentes en intersecciones y quizás habría que empezar a buscar soluciones

Las cifras lo dejan claro: los giros a la izquierda provocan la mayoría de los accidentes en intersecciones y quizás habría que empezar a buscar soluciones
Maniobra conflictiva - La mayoría de las colisiones en intersecciones se deben a cruces en los que un vehículo intenta girar frente a otro que circula con preferencia, lo que provoca impactos laterales con consecuencias especialmente gravesEstas son las nuevas señales de tráfico que llegarán a las carreteras a partir del 1 de julio Un coche intenta doblar a la izquierda en una avenida con tres carriles. Otro vehículo se acerca en sentido contrario con preferencia de paso. En medio, una pausa tensa, una decisión mal tomada y un impacto lateral. Este tipo de colisión, conocida como choque en ángulo, se produce con frecuencia en cruces urbanos y es una de las más peligrosas. La clave está en el giro a la izquierda. En ciudades estadounidenses como San Francisco ya se han puesto en marcha restricciones horarias que impiden girar a la izquierda en determinados tramos durante las horas punta. En algunos cruces se han instalado señales visibles con horarios definidos, mientras que en otros se opta por eliminar directamente esa maniobra en todo momento. Esta medida, lejos de ser puntual, forma parte de una estrategia que pretende mejorar la fluidez del tráfico y reducir el riesgo de colisiones graves. Las cifras revelan que el giro a la izquierda es el más arriesgado de todos los habituales El profesor Vikash Gayah, especialista en ingeniería civil en la Universidad Estatal de Pensilvania, explica en una entrevista recogida por The Conversation que estos giros “obligan a cruzar el sentido contrario y eso genera un conflicto directo con los vehículos que vienen de frente”. Según apunta, este cruce de trayectorias, unido a la necesidad de calcular con rapidez cuándo girar, eleva de forma considerable la probabilidad de choques laterales con consecuencias graves. Aunque su análisis parte del contexto estadounidense, la observación resulta aplicable también en muchos cruces mal diseñados. Los datos respaldan esa percepción. Tal como recoge el medio estadounidense, aproximadamente el 40 % de todos los accidentes de tráfico tienen lugar en intersecciones. Dentro de ese porcentaje, el 61 % involucra a vehículos que están intentando girar a la izquierda. En proporción, se trata de la maniobra con más riesgo en relación con su frecuencia de uso. El 61 % de los accidentes registrados en cruces con semáforo involucran a conductores que intentaban girar a la izquierda Además del riesgo de impacto con otros coches, este tipo de giro también multiplica las posibilidades de atropello. Cuando el conductor espera una oportunidad para cruzar, suele estar pendiente únicamente del tráfico que se aproxima en dirección contraria. Eso dificulta que detecte a personas que cruzan en paralelo por el paso de peatones. Según Gayah, este descuido habitual “también puede provocar accidentes graves con viandantes que están atravesando la calle”. En España, el diseño urbano suele ofrecer soluciones más seguras. Carriles específicos para el giro, semáforos en flecha y fases exclusivas en los cruces ayudan a reducir los conflictos. Aun así, en avenidas sin espacio suficiente, los vehículos que esperan para girar pueden entorpecer el paso del resto. Cruzar el carril contrario multiplica los errores de cálculo y aumenta la posibilidad de impacto Como alternativa, algunas urbes han optado por rediseñar ciertos cruces o por priorizar el uso de rotondas en zonas específicas. Sin embargo, Gayah aclara que este tipo de estructuras “funcionan bien cuando el volumen de tráfico es moderado”, ya que en horas de máxima circulación pueden saturarse y bloquear el paso de todos los vehículos. Además, su instalación requiere ampliar los cruces, lo que en algunos barrios supondría eliminar aceras o modificar construcciones colindantes. Eliminar directamente los giros a la izquierda permite ganar tiempo y reducir el consumo de combustible La opción más sencilla para reducir riesgos y aumentar la velocidad media de circulación en zonas densas es suprimir los giros a la izquierda mediante señalización directa. Según el estudio citado, aunque eso obligue a recorrer una distancia ligeramente superior, el ahorro de tiempo medio por viaje compensa ese desvío. En palabras de Gayah, “cada cruce en el que se elimina el giro a la izquierda permite que pasen más coches y eso reduce el tiempo de espera global”. El resultado es un desplazamiento más fluido y eficiente, con menos paradas y menos consumo de combustible. De hecho, tal como señala el profesor, sus investigaciones han demostrado que “los vehículos acaban consumiendo entre un 10 % y un 15 % menos por trayecto” cuando se eliminan estos giros. El motivo es que se evitan las pausas prolongadas en intersecciones y se mantiene mejor la velocidad media. Aunque este tipo de cambios genera reticencias al principio, en los lugares donde se han aplicado de forma sistemática han contribuido a mejorar la circulación y reducir los incidentes. La maniobra más común para cambiar de dirección se está convirtiendo en una fuente evidente de problemas que muchas ciudades empiezan a afrontar con medidas concretas.

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