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Probamos el SQ16 de QJ motor, un ligero scooter urbano de fórmula inigualable

El mercado de las motocicletas vive un momento histórico. Nunca antes habían convivido tantas marcas ni tampoco los catálogos habían estado tan repletos de modelos. Cada segmento es un hervidero y cada migaja del pastel hay que pelearla. Una coyuntura en la que cada vez cuesta más encontrar vehículos excesivamente especiales, innovadores, diferentes o con fórmulas sorprendentes. QJ Motor , la firma perteneciente al gigante chino Qianjian Motorcycles que aterrizó en España en 2023 de la mano del histórico distribuidor Motos Bordoy, acaba de generar algo parecido con su último lanzamiento, el SQ16, un scooter urbano que, al menos entre los medios asistentes hace unos días a su presentación nacional llevada a cabo en la ciudad condal, causó cierta estupefacción… Veamos entre sus potenciales clientes. Y el motivo de esa sorpresa viene dado porque la marca asiática ha elaborado un scooter capaz de combinar un motor de 15 CV de refrigeración líquida y 4 válvulas, un equipamiento al que prácticamente no le falta de nada y que incluye, entre otras cosas, llave de proximidad, control de tracción o Start&Stop, y un precio por debajo de los 3.000 euros. Una fórmula sin parangón que puede llevar a QJ a seguir calando en el mercado español, acercándose a su objetivo prometido tras su llegada en 2022 de alcanzar las 10.000 unidades matriculadas en 2027 y el 5% de cuota de mercado. Van por buen camino y en 2024 llegaron a las 3.500 uds. y el 1,5 IPM (mejor resultado de la marca en toda Europa). El desembarco de QJ Motor en España está sucediendo sin prisa pero sin pausa, «respetando la velocidad que toca en la implantación de la marca», tal y como explicaba Alessandro Bifano, director de marketing de Motos Bordoy , y el catálogo actualmente ya está compuesto por más de 20 vehículos, cinco en el segmento de los scooter. El último en llegar, el SQ16, el nuevo modelo de acceso a la gama de QJ cuyo primer gran reclamo se encuentra en el recibo de compra: 2.899 € (con seguro gratis el primer año, top case de serie y 6 años de garantía sin coste), un precio de adquisición que podría parecer normal para un scooter 125… Hasta que empiezas a repasar el listado de cualidades que combina y lo comparas con otros competidores similares, como el Honda SH125i (4.190€) o el Piaggio Medley 125 (3.899 €), que también se impulsan con motores en el techo de caballaje de la categoría. Se puede decir que el SQ16 tiene todos los elementos clave para codearse con las propuestas de marcas de clase alta, pero con una inversión de unos 1.000 € inferior. Cierto es que hay otros rivales de precio y características similares al SQ16, como el SYM Symphony 125 o el Voge SR16, pero sus mecánicas se quedan en torno a los 12 CV. Eso sí, el SQ16 no se cuelga la etiqueta de premium. Es un scooter sencillo en su calidad de fabricación, con un correcto nivel de acabados que, obviamente, está en sintonía al desembolso económico que requiere. Y su estética es muy europea, con una carrocería de líneas elegantes -disponible en tres colores, blanco, negro y plata- que deja todo el protagonismo en manos del gran grupo óptico ubicado en el cuerpo frontal de la moto. Toda la iluminación en el SQ16 utiliza tecnología led. Las dimensiones son contenidas, es un ruedas altas compacto, enfocado claramente a usuarios que valoren por encima de todo la ligereza y estrechez para desenvolverse en el tráfico diario de una gran ciudad. A pesar de esas medidas reducidas, un conductor corpulento -como es mi caso, mido 1,86 m. de estatura- no es mal recibido en el habitáculo: el espacio para las piernas es suficiente, y éstas no interceden en ningún momento con los movimientos del manillar. La plataforma plana ayuda mucho en este sentido: los scooters con suelo plano son los urbanos por excelencia, pues son los más prácticos, accesibles y cómodos para el día a día. La altura del asiento se sitúa a tan sólo 799 mm. En el retroescudo encontramos el clásico gancho escamoteable para colgar o sujetar bolsos, mochilas, bolsas de la compra… Un eventual pasajero también tiene el espacio necesario, y dos reposapiés anchos. El almacenamiento bajo el asiento se ciñe a un casco integral o modular y algunos pequeños objetos más, pero la marca regala al comprador un baúl trasero con capacidad para un segundo casco. El color de este top case es el mismo de la carrocería, y su llave para abrirlo es el «espadín» escondido en la smart key del vehículo, un práctico detalle. De todos los elementos de equipamiento con los que puede contar un scooter 125 en la actualidad, al SQ16 no le falta prácticamente ninguno. Es un «top in class» en este sentido. Cuenta con llave inteligente o de proximidad , tan práctica en el uso diario; con doble toma USB tipo A y C, en el contraescudo, para recargar el móvil en cualquier momento; con instrumentación LCD digital; y hasta ofrece el sistema Start&Stop desconectable que detiene el motor en los semáforos. En términos de ayudas a la conducción, el asiático dispone de un sistema ABS de doble canal e incluso un control de tracción desconectable, un nuevo argumento de venta en favor de la seguridad que, aunque pocas veces será utilizado en el uso urbano, siempre suma. A prueba Sus 134 kg de peso en orden de marcha lo convierten en un peso pluma, el 2º más de la categoría, y esto le otorga una gran maniobrabilidad tanto en movimientos en parado como en circulación en el tráfico urbano al alcance de usuarios y usuarias de cualquier talla. Se cuela por cualquier callejuela o entre coches parados, y los espacios reducidos no son un problema para el SQ16. Rodando con él por las atascadas calles del centro de Barcelona, el asiático nos demostró su gran personalidad ratonera, facilidad de conducción y capacidad para filtrarse para avanzar en el caos urbano. El sistema de paro al ralentí Start&Stop funciona como debe, y a los tres segundos aproximadamente de detenernos en un semáforo, por ejemplo, el motor deja de funcionar; con un leve giro del acelerador arranca nuevamente para reiniciar con suavidad la marcha. El sistema es desconectable y es el único en su categoría que ofrece esta tecnología. Si algo pudimos destacar en nuestra toma de contacto fue la buena estabilidad que generan ambas ruedas de 16 pulgadas (dimensiones 100/80 delante y 120/80 detrás) y lo bien que amortigua el tren trasero, regulable en precarga. Cuenta con una horquilla telescópica y un freno de disco de 240 mm, mientras que en la parte trasera recurre a un monoamortiguador hidráulico y a un freno de disco de 220 mm, contando ambos con sistema ABS. El motor funciona con suavidad, y ofrece aceleraciones vivas. Recordemos que se trata de un motor monocilíndrico de 125 cc con refrigeración líquida y tecnología SOHC de 4 válvulas, y esto siempre es un punto a favor en cuanto a eficiencia, consumo, rendimiento y suavidad. Entrega 15 CV de potencia a 8.750 rpm y ofrece un par máximo de 12 Nm a 6.500 rpm . Se trata del propulsor de un ruedas altas de menos de 3.000 euros más potente. El depósito de gasolina es de 8 litros, el más voluminoso de su segmento. Entre los aspectos a mejorar, la ausencia de una guantera para guardar pequeños objetos, el tejido del asiento no es muy antideslizante, o la visibilidad del dashboard que, en un día soleado, genera algunos reflejos. Los frenos trabajan bien, sobre todo el trasero, sorprendentemente eficaz.

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