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Una locura innecesaria de final amargo

Una locura innecesaria de final amargo
No está acostumbrada ni la Real Sociedad ni su gente a estos trotes de final de verano, aunque ya van tres veranos, con intensidad in crescendo, de estar con muchos deberes por hacer hasta la última hora del mercado de fichajes, o incluso más allá de la medianoche del día límite. Es evidente que hay cosas que se podrían haber hecho mejor o que directamente se hicieron mal, o para algunos fatal, para que el club txuri urdin llegase al 1 de septiembre con dos puntos de nueve en Liga, un entorno enrarecido, una plantilla con ‘overbooking’ claro, dos fichajes aún por anunciar y mínimo cinco operaciones de posibles salidas en marcha. Los consejos de los padres con los estudios no eran en vano: no dejes todo para el final. Si lo haces, hay riesgo de que no te dé para solucionar todo. Y es el caso de la Real. Erik Bretos cierra con una nota que no puede ser aprobada su primer mercado al frente de la dirección deportiva, heredando un auténtico marrón de la era de Roberto Olabe, en la que él también participó activamente. Cambió de perfil de incorporaciones, y al menos tres de los fichajes son de los que convencen, por precio y nivel, pero sin saber si eran lo que el equipo más necesitaba. Dio salida a cinco canteranos, y también a varios descartes, alguno como Becker pasada la medianoche, ingresar dinero por Traoré pero se termina teniendo que quedar con Odriozola y Sadiq, que no los quería y estaban sin dorsal, y que son un fracaso total como gestión y una patata caliente, y con 26 jugadores en total, sin Europa. Una barbaridad. Ahora le toca dar explicaciones pero esta locura era innecesaria.
mundo deportivo
hace 10 días
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