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Este bonito pueblo de Extremadura está repleto de arquitectura renacentista y tiene una plaza mayor única

Este bonito pueblo de Extremadura está repleto de arquitectura renacentista y tiene una plaza mayor única
Torres, murallas, conventos y templos conviven en un casco histórico lleno de matices, donde la huella de órdenes religiosas y familias nobles sigue muy presenteEste pueblo aragonés que abandonaron hace 60 años por un embalse y que ha resurgido como enclave a visitar Al sur de la provincia de Badajoz, Llerena se presenta como una joya monumental que ha sabido preservar su legado histórico con admirable fidelidad. Esta localidad extremeña, declarada Conjunto Histórico-Artístico, es uno de los ejemplos más destacados del urbanismo renacentista en la península ibérica. Su riqueza patrimonial se despliega a través de un conjunto de espacios que han sido testigos de siglos de esplendor, con plazas porticadas, iglesias monumentales, palacios nobles y un recinto amurallado que evoca la fortaleza de su pasado. Con una población cercana a los 5.500 habitantes, Llerena fue durante siglos un centro neurálgico de poder religioso, político y cultural, lo que le valió el sobrenombre de “la pequeña Atenas de Extremadura”. Su evolución urbana y arquitectónica ofrece una imagen precisa de la importancia que tuvo en la Edad Moderna. Pasear por sus calles es adentrarse en un entramado de estilos y épocas que se suceden con fluidez. Desde la armonía de su Plaza de España hasta las torres que perfilan su silueta, la ciudad invita a una inmersión pausada en el tiempo. La presencia de antiguos conventos, iglesias con herencia mudéjar y residencias nobiliarias aporta una riqueza visual que hace de Llerena un destino único dentro del patrimonio monumental extremeño. Un templo entre estilos y siglos: la iglesia de Nuestra Señora de la Granada Uno de los elementos más representativos es la iglesia de Nuestra Señora de la Granada. Su origen se remonta a finales del siglo XIV, cuando el maestre de la Orden de Santiago promovió su construcción sobre una antigua ermita tras la reconquista. A lo largo de los siglos, el edificio ha sufrido ampliaciones y reformas que han ido superponiendo estilos arquitectónicos, desde el gótico y el mudéjar hasta el renacentista y el barroco. La fachada principal del templo, articulada en dos niveles, destaca por la combinación de una portada barroca con un segundo cuerpo mudéjar que presenta galerías, arcos de medio punto y pilares octogonales. Esta disposición se concibió como tribuna para los actos que tenían lugar en la Plaza de España. La torre, de cinco cuerpos, conserva la base mudéjar y fue culminada en estilo renacentista en el siglo XVI, rematada por una torrecilla que recuerda a una giralda. En su interior se conservan importantes capillas, como la de San Juan, vinculada a la familia Zapata, o la del Prior, con elementos clasicistas y de gran valor patrimonial. Plaza de España y legado monumental: palacios, conventos y murallas Muralla de Llerena. El epicentro social y arquitectónico de Llerena es su Plaza de España, también conocida como Plaza Mayor. Este espacio fue rediseñado en el siglo XVI como marco para el mercado franco de los martes, ganando su actual configuración porticada y ordenada. Tres de sus lados están delimitados por arquerías de medio punto, con columnas de granito y fachadas encaladas que reflejan una sobriedad elegante. En uno de sus extremos se encuentra el llamado portal de las Tiendas, también conocido como portal de la Cárcel, con doce arcos principales que dan acceso a dependencias históricas. En el lado opuesto, el portal de Morales mantiene nueve arcos similares, y en el centro de la plaza una fuente barroca que da un toque escultórico al conjunto. No muy lejos de este enclave se sitúa el palacio de los Zapata, construido a principios del siglo XVI por Luis Zapata, consejero de los Reyes Católicos. El edificio fue sede del Tribunal de la Inquisición a partir de 1570, lo que le confirió un papel central en la vida judicial de la región. Su fachada renacentista está compuesta por dos hileras de cinco arcos sobre columnas con capiteles decorados con motivos vegetales. El interior conserva un patio mudéjar de dos niveles, con veintiséis arcos distribuidos entre ambas plantas. Otro punto de interés es el convento e iglesia de Santa Clara, fundado a comienzos del siglo XVI por Isabel Delgado. De los ocho conventos que llegó a tener la ciudad, es el único que aún permanece activo. La iglesia, de nave única, cuenta con bóvedas decoradas con frescos que representan escenas marianas y franciscanas, además de una cúpula con motivos pintados. El perfil histórico de Llerena se completa con su recinto amurallado. Construido entre finales del siglo XIV y principios del XV, se estructura en forma ovalada con torres cuadradas y almenas que protegían el núcleo urbano. Aunque solo se conserva parte del trazado original, aún se mantienen en pie tres de las cuatro puertas principales: Villagarcía, Reina y Montemolín, esta última con una capilla renacentista anexa fechada en 1577.
eldiario
hace alrededor de 22 horas
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