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Las casas escarbadas en las montañas donde vivían los amazigh

Las casas escarbadas en las montañas donde vivían los amazigh
Descubre los antiguos ksar de los pueblos bereberes y su legado arquitectónico único en el MagrebTres rutas desde Ouarzazate para descubrir las maravillas del Sur de Marruecos En las montañas del Magreb, donde los Amazigh (también conocidos como bereberes) han habitado durante siglos, se encuentran unas viviendas únicas que representan la adaptación perfecta de estas comunidades al entorno agreste. Estas casas, excavadas en las montañas, forman parte de una arquitectura ancestral que se ha transmitido de generación en generación, creando lo que se conoce como ksar o ksour. A través de estas estructuras, los Amazigh lograron la autosuficiencia y la protección contra los elementos, creando pequeñas fortalezas habitacionales que han resistido el paso del tiempo. ¿Qué es un ksar? El término ksar proviene del árabe magrebí qser, que significa “castillo” o “fortaleza”. Sin embargo, su origen se remonta a las lenguas bereberes, donde la palabra utilizada es ighrem para el singular y igherman para el plural. El ksar no es solo una vivienda, sino una ciudad fortificada. Aunque en muchos casos la palabra se asocia a una fortaleza, los ksar en el Magreb son también comunidades enteras, con viviendas, almacenes colectivos, mezquitas, y otros espacios comunes. Los ksars son más comunes en oasis o en localidades montañosas, lo que les confería una ventaja estratégica: la defensa natural proporcionada por las montañas, además de los muros y las torres. Estos pueblos fortificados se construían principalmente de adobe, un material aislante que resistía las altas temperaturas del desierto y protegía a los habitantes de las inclemencias del clima. Arquitectura de los ksar: defensa y la comunidad El ksar de los Amazigh, en su mayoría, está compuesto por casas solapadas, formando una red de viviendas interconectadas por pasillos y calles estrechas. En el interior, se pueden encontrar estructuras comunes, como graneros colectivos, horno comunitario, mezquitas y tiendas. El diseño compacto y la distribución de los edificios facilitan la cohesión comunitaria, mientras que las murallas de protección y las torres de los rincones garantizan la seguridad del pueblo. Un ejemplo representativo de un ksar en el Magreb es el ksar de Ait Benhaddou, un destacado patrimonio de la humanidad de la UNESCO. Este ksar se encuentra en Marruecos, junto al río Ounila, y es famoso por su arquitectura de adobe, sus torres defensivas y la disposición de sus viviendas. Aunque se han realizado restauraciones a lo largo del tiempo, Ait Benhaddou sigue siendo un testimonio de la vida tradicional de los pueblos Amazigh. El significado cultural y funcional de los ksar Los ksar no solo son importantes desde el punto de vista arquitectónico, sino también desde una perspectiva cultural. Los Amazigh, habitantes originales del Magreb, han utilizado estos espacios como centros de producción agrícola, comercioy cultura. Además de las viviendas y los graneros, muchos ksar contaban con baños tradicionales y otras infraestructuras esenciales para el bienestar de la comunidad. En muchos casos, los ksar eran el lugar de residencia de las familias más prominentes dentro de las tribus o pueblos, y la jerarquía social se reflejaba en la proximidad a la plaza central o en la magnitud de las viviendas. A través de los siglos, estas fortalezas se han convertido en símbolos de resistencia y supervivencia, que aún hoy se mantienen como un recordatorio de la profunda conexión entre los Amazigh y su tierra. Ksar: un legado que todavía perdura Hoy en día, algunos de estos ksar siguen habitados, mientras que otros han sido abandonados o restaurados como atracciones turísticas. Sin embargo, el tesoro que representan estas construcciones perdura en la memoria colectiva de los pueblos Amazigh y en las leyendas que acompañan a los visitantes. Estas estructuras, algunas más pequeñas y otras de gran magnitud, son el reflejo de una forma de vida resiliente, adaptada a las exigencias del entorno montañoso y desértico. En Marruecos, Argelia y Túnez, los ksar están diseminados por regiones de difícil acceso, desde las montañas del Atlas hasta las estribaciones del desierto del Sahara, y muchos de ellos siguen siendo patrimonio de las comunidades locales que los habitan o cuidan como parte de su legado cultural. Una visita a los ksar, lección de historia y resiliencia Los ksar de los Amazigh en el Magreb son mucho más que simples construcciones de adobe; son símbolos de un pueblo que ha sabido adaptarse y sobrevivir en uno de los entornos más hostiles del planeta. Estos pueblos fortificados ofrecen una ventana al pasado de las culturas nómadas y agrícolas de la región, y su visita es una experiencia única para los amantes de la historia, la arquitectura y la naturaleza. Si estás planeando un viaje al Magreb, no dejes pasar la oportunidad de explorar estas impresionantes construcciones. Visitar un ksar es sumergirse en la historia, la cultura y el alma de los Amazigh, quienes, a través de sus viviendas trogloditas, siguen mostrando su fortaleza y sabiduría ancestral.
eldiario
hace alrededor de 16 horas
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