cupure logo
laslosquecochemásparaunaveranodeleste

Fiat Pandina: modesto, pero con gracia

Fiat Pandina: modesto, pero con gracia
Sobre la base del antiguo Panda Cross, la marca italiana ofrece ahora este modelo juvenil y desenfadado que cuenta con etiqueta Eco y un atractivo precio de 17.600 euros Camino de cumplir ya 45 años de andadura comercial, el Fiat Panda sobrevive contra viento y marea en un mercado que cada vez demanda menos coches pequeños y sencillos como los que abundaban hace unas décadas. Pero el precio sigue una variable central en toda decisión de compra, de modo que el Panda mantiene su interés para una fracción del público que aún busca lo que tradicionalmente se entendía como un modelo urbano. Aclaremos rápidamente que hablamos de un vehículo distinto del Grande Panda que Fiat lanza precisamente en estas fechas. Mientras este mide cerca de cuatro metros de largo y pertenece al segmento B, el Panda a secas sigue anclado en el segmento A con una longitud de 3,68 m. Su maletero, de 225 litros ampliables a 870 al abatir los respaldos traseros, es el que cabe esperar de un coche llamado a usarse casi exclusivamente en ciudad, útil para cargar la compra y poco más. El Fiat Pandina hereda las formas y acabados del Panda Cross. La actualización del modelo llega con una bifurcación en dos variantes. La primera se denomina Classic: pelada de equipamiento y homologada para cuatro ocupantes, cuesta 14.950 euros y es, gracias al sistema de hibridación ligera que incorpora, una de las etiquetas Eco más asequibles del mercado. Por poco más de 17.600 euros se ofrece una versión más pintona y de aire alegre y juvenil parecida al antiguo Panda Cross y que se conoce a partir de ahora como Pandina, apelativo cariñoso italiano que equivaldría al español Pandita. Hemos probado esta última declinación del incombustible modelo de Fiat, que, además de las ayudas a la conducción obligatorias por ley -introducidas también en el Classic-, dispone ya de cinco asientos y de pantalla central de 7 pulgadas. A ello se suman los faros antiniebla delanteros, luces diurnas de led, llantas de acero de 15 pulgadas, vidrios traseros sobretintados, barras de techo longitudinales en negro, tapicería con monograma Pandina y tejido sostenible Seaqual en las plazas delanteras. El interior se caracteriza en general por unos materiales que, siendo sencillos, pasan por vistosos y parecen bien ensamblados. El salpicadero del Panda resulta aparente en su simplicidad. Como mayores carencias del Pandina debemos mencionar que el volante no pueda regularse en profundidad y que el asiento del acompañante no solo no se pueda variar de altura sino que además esté situado en una posición elevada en exceso. Como sucede con otros coches dotados de aire acondicionado en vez de climatizador, resulta muy molesto, debido al ruido, hacer uso de las velocidades más altas de ventilación, y el resultado a la hora de bajar la temperatura del habitáculo deja que desear. Siguiendo con las precisiones necesarias para no confundir el Panda/Pandina con el Grande Panda, hay que recordar que la hibridación ligera empleada aquí no tiene nada que ver con la que el grupo Stellantis está montando en los últimos tiempos, en variantes de 110 y 145 caballos, tanto en el modelo italiano como en el Opel Frontera, el Citroën C3 o el Jeep Avenger, entre otros. En este caso hablamos del motor clásico del Panda, de tres cilindros y 70 caballos, combinado con un cambio manual de seis marchas y asistido por un sistema microhíbrido de 12 voltios. El marco legal en España permite que ambas tecnologías, así como la hibridación completa, compartan una misma categoría, la de los modelos dotados de etiqueta Eco, y eso explica que un coche tan básico como el Panda dé acceso, por relativamente poco dinero, a un distintivo muy codiciado en la actualidad, sobre todo para quienes viven en poblaciones grandes. Los asientos delanteros son cómodos y vistosos gracias al monograma impreso en el respaldo. Mejor en ciudad Dicho esto, es cierto que el sistema mild hybrid cumple con lo que se le pide a un vehículo urbano. Se mueve con relativa agilidad en ciudad y alrededores, aunque su 0 a 100 km/h en casi 15 segundos llama la atención en estos tiempos, y hasta es posible plantearse desplazamientos de no muy larga distancia con ciertas garantías de seguridad en lo que a respuesta del motor se refiere. Eso sí, conducir por carretera con el Pandina supone en cierto modo retrotraerse a épocas pasadas, en varios aspectos. Por ejemplo, es obligado circular pendiente de la velocidad engranada y reducir con más frecuencia de la que hoy es habitual para realizar adelantamientos o afrontar repechos. En caso de que estos sean pronunciados, puede que nos toque bajar una o dos marchas y coronar la pendiente a poco más de 100 km/h. La sexta, en parte debido a su largo desarrollo, solo podremos engranarla en terreno favorable o directamente cuesta abajo. Mención del modelo en la parte inferior de las puertas traseras. Uno de los aspectos más positivos del sistema de impulsión del Panda es que gasta poco en casi cualquier circunstancia. La media que hemos obtenido nosotros sumando a los tramos urbanos, como siempre hacemos, otros de carretera y autovía donde hay que pisar con decisión el pedal derecho para circular adecuadamente, se ha situado por debajo de los 5,5 litros. Obviamente, los poco más de 1.000 kilos del coche -otra cifra también de otro tiempo- son primordiales al respecto. Detalle de la carcasa de los retrovisores laterales en color amarillo. Como ya destacamos cuando se presentó en Madrid, Fiat aplica con todas las consecuencias en el Pandina su filosofía No more Grey, lo que significa que la paleta de colores disponible para la carrocería se compone solo de colores vivos, ya sea amarillo (sin sobreprecio), blanco, negro, rojo o azul, que cuestan 400 euros. Como opción de personalización se ofrece un techo negro en contraste por 200 euros adicionales. Además, las carcasas de los retrovisores pueden estar pintadas en el color de la carrocería o, para las unidades blancas y negras -como la que nos ha tocado en suerte-, en amarillo, todo a fin de dotar de un extra de picante a un coche que ante todo quiere ser desenfadado y alegre.

Comentarios

noticias de automóviles