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La vivienda irrumpe en la agenda política

La vivienda irrumpe en la agenda política
La vivienda ha pasado a convertirse en una preocupación transversal en la opinión pública española, lo que puede convertirla en un elemento central de la agenda política en los próximos meses. El Gobierno puede capitalizarla para cohesionar sus apoyos, pero un desacuerdo político abriría grietas que la oposición podría explotar Vivimos un momento especialmente convulso a nivel internacional. La vuelta de Trump al escenario político, las tensiones comerciales y arancelarias, los conflictos en Ucrania y Gaza, o el compromiso del PSOE de aumentar el gasto en defensa están desplazando buena parte de la atención política hacia fuera de nuestras fronteras. Y sin embargo, mientras todo eso sucede, en España el principal problema que señalan los ciudadanos en los últimos meses no está fuera, sino muy dentro: la vivienda. Según el último barómetro del CIS de abril, la vivienda vuelve a situarse como el mayor problema en España por la ciudadanía. Un 28,8 % de los encuestados la menciona entre los tres principales problemas del país, por encima de las cuestiones de índole económica o del desempleo. La evolución de esta preocupación es tan llamativa como clara. A comienzos de 2020, apenas un 3 % de los españoles consideraba la vivienda como uno de los problemas más graves del país. Pero desde 2023, la preocupación ha crecido de forma acelerada. En diciembre de 2024 alcanzó por primera vez el primer puesto como problema prioritario, y desde entonces se ha mantenido ahí, reflejando una percepción social cada vez más extendida de que el acceso a una vivienda se ha convertido en un reto central para el país. Con esto, nos encontramos en niveles de preocupación que solo se habían registrado antes en 2007, justo antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, cuando más del 30 % de los ciudadanos también identificaban la vivienda como uno de los principales problemas del país. Gráfico 1: % de ciudadanos que identifican la vivienda como uno de los principales problemas del país El problema de la vivienda, por tanto, ha calado en la opinión pública y parece haber adquirido arraigo. Lo que quiero plantear aquí es que no estamos ante una preocupación meramente coyuntural. Ayer el PSOE ha presentado una batería de propuestas sobre el tema y todo apunta a que la vivienda puede ocupar un lugar central en la agenda política en los próximos meses. En primer lugar, porque no hay indicios de que el acceso a la vivienda vaya a facilitarse a corto plazo. Los precios del alquiler continúan al alza, las hipotecas empiezan a abaratarse de nuevo, y la proliferación de pisos turísticos sigue. En segundo lugar, porque esta preocupación se ha extendido de forma muy transversal en la sociedad. Lo vemos en el siguiente gráfico, que muestra el porcentaje de españoles que identifican la vivienda como uno de los tres principales problemas del país, desglosado por edad. A menudo se ha descrito la vivienda como un problema que afecta principalmente a los jóvenes, especialmente en relación con las dificultades para emanciparse. Y, sin duda, esta dimensión del problema es real. En un informe de Esade EcPol y la Fundación Friedrich Naumann Madrid, elaborado por Jorge Galindo y por mí, mostrábamos que más de una cuarta parte de las personas de entre 30 y 34 años aún vive con sus padres. Grafico 2: % de españoles que identifican la vivienda como uno de los tres principales problemas del país por edad Sin embargo, desde la perspectiva de la opinión pública, este ya no es solo un problema generacional. El gráfico revela que la percepción de que la vivienda es un problema se mantiene constante en todos los tramos de edad, siendo solo algo menor entre las personas mayores de 75 años. Lo más interesante es que el problema es señalado incluso por aquellos grupos que no lo consideran especialmente relevante para su situación personal. Por ejemplo, mientras que un 39,5 % de las personas entre 25 y 34 años afirma que la vivienda es uno de los problemas que más les afecta, solo un 15,1 % de los encuestados de 45 a 54 años, y un 17,2 % de los de 55 a 64, la sitúan entre los problemas que más les afectan directamente. No obstante, un 30,8 % y un 29,3 % de estos dos grupos, respectivamente, sí consideran que es uno de los principales problemas del país. Todo esto sugiere que la cuestión de la vivienda ha ganado tracción en la opinión pública y que su centralidad en el debate político podría ir en aumento. La transversalidad del problema de la vivienda también se refleja en que su percepción como una cuestión de primera magnitud es elevada independientemente de la clase social con la que se identifican las personas o del tipo de municipio en el que residen. No parece tratarse de un problema exclusivo de las grandes urbes, sino de una preocupación compartida en todo el territorio. De hecho, es especialmente señalado por quienes se consideran parte de la clase media, lo que refuerza aún más su relevancia para la competición política. Sabemos que, en términos generales, cuando un tema se instala con fuerza en la opinión pública de la clase media, su potencial para condicionar la agenda política es alto. Esta transversalidad sugiere que la presencia del problema de la vivienda en el debate político no será efímera. Ahora bien, ¿será suficiente para que se articulen nuevas propuestas capaces de abordarlo de forma efectiva? Eso dependerá, en buena parte, del interés de los partidos políticos por activar esta agenda. Si analizamos qué votantes muestran mayor sensibilidad hacia este tema, la vivienda aparece como una preocupación compartida dentro del electorado de los partidos que integran la actual coalición de investidura. No solo entre los votantes del PSOE y Sumar, sino también entre sus principales socios parlamentarios —con la única excepción del PNV— más de un 30 % de sus votantes identifican la vivienda como uno de los principales problemas del país. Incluso entre los votantes del PP la preocupación es significativa, alcanzando un 21 %. Solo en Vox, esta cifra desciende notablemente hasta el 5 %. Gráfico 3: Problema de la vivienda por voto en 2023 Con todo ello, todo apunta a que el problema de la vivienda puede ocupar un lugar preponderante en la agenda política en los próximos tiempos. Su irrupción viene respaldada por una opinión pública amplia y diversa. En un contexto de gobernabilidad compleja como el actual, se abren dos posibles escenarios sobre el papel que esta cuestión puede jugar políticamente. Por un lado, la vivienda podría convertirse en un eje vertebrador de la mayoría parlamentaria. Se trata de un tema que genera un consenso significativo entre los votantes del PSOE, de Sumar y de buena parte de sus socios parlamentarios. Si el gobierno logra articular propuestas políticas claras y ambiciosas en este terreno, puede reforzar la cohesión interna de la coalición y proyectar un mensaje alineado con las preocupaciones reales de la ciudadanía. Las propuestas presentadas ayer irían en esa línea. En este escenario, la agenda de la vivienda serviría no solo como respuesta a una demanda social, sino como un elemento estabilizador para la coalición. Por otro lado, si las divergencias internas en el gobierno o con sus socios impiden avanzar propuestas concretas, el tema de la vivienda puede convertirse en una oportunidad estratégica para la oposición. La transversalidad del problema lo convierte en un terreno fértil para señalar ineficiencias, tensiones o bloqueos dentro del Ejecutivo. En este escenario, la oposición podría explotar el malestar ciudadano y presentarse como una alternativa más resolutiva frente a un gobierno dividido o paralizado en uno de los asuntos que más preocupan a la población.
eldiario
hace alrededor de 16 horas
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