cupure logo
laslosquecochemásparaunaveranodeleste

El sistema de etiquetas de la DGT, en revisión: estas son las claves del cambio

El sistema de etiquetas de la DGT, en revisión: estas son las claves del cambio
Los cambios que puedan derivarse de esta revisión no afectarán a los vehículos ya matriculados. En principio, solo se aplicarán a coches nuevos, lo que significa que los distintivos ya asignados no se modificaránLa DGT publica su nuevo marco legal para probar coches autónomos en España El actual sistema de etiquetas medioambientales de la Dirección General de Tráfico (DGT) será objeto de una revisión en profundidad. Así lo recoge una disposición incluida en la Ley de Movilidad Sostenible, impulsada a través de una enmienda transaccional de Sumar, ERC, Bildu y BNG. El objetivo es evaluar las deficiencias del sistema actual e incorporar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) como criterio adicional para la clasificación de vehículos. Las etiquetas medioambientales —Cero, ECO, C y B— determinan qué vehículos pueden acceder a determinadas zonas de bajas emisiones (ZBE), con implicaciones directas para millones de conductores. Sin embargo, organizaciones ecologistas llevan tiempo denunciando que el actual sistema es impreciso y, en ocasiones, engañoso. Los vehículos híbridos suaves (mild hybrid), propulsados por gas o con escasa autonomía eléctrica pueden acceder a distintivos ECO o Cero, aunque sus emisiones reales no siempre sean bajas. El quid de la cuestión Uno de los puntos más criticados es que la clasificación se basa en la tecnología de propulsión y no en las emisiones reales de CO2. Esto ha permitido que algunos vehículos de gran tamaño y consumo -incluidos deportivos de alta gama con mínima capacidad eléctrica- reciban etiquetas que les permiten circular por zonas restringidas. La revisión propuesta busca ajustar este desequilibrio y avanzar hacia una clasificación más coherente con los objetivos climáticos. ¿Cómo puede un coche contaminante tener etiqueta ECO? Para entender la raíz del problema, basta con observar el caso de algunos vehículos que, pese a su alto consumo y emisiones reales, lucen la etiqueta ECO. Imaginemos un SUV híbrido enchufable que pesa más de dos toneladas y está equipado con un potente motor de gasolina. Aunque dispone de una batería que permite recorrer poco más de 40 kilómetros en modo eléctrico, en la práctica muchos conductores no la recargan habitualmente. Como resultado, el coche funciona la mayor parte del tiempo como un vehículo convencional de combustión. Un caso práctico son vehículos como el BMW X5 xDrive45e o el Porsche Cayenne E-Hybrid que, a pesar de superar los 2.000 kg de peso y alcanzar potencias por encima de los 300 CV, obtienen etiqueta CERO por ofrecer algo más de 40 kilómetros en modo eléctrico.Otro caso llamativo es el del Lamborghini Sián, que cuenta con un pequeño sistema híbrido de 48V para asistir su V12 atmosférico, lo que en su día le permitió obtener una etiqueta que poco tiene que ver con una conducción sostenible. A pesar de este comportamiento real, este SUV cuenta con la etiqueta ECO gracias a que, sobre el papel, cumple los requisitos técnicos. Esta clasificación le permite acceder sin restricciones a zonas de bajas emisiones en ciudades como Madrid o Barcelona y beneficiarse de ventajas fiscales o de estacionamiento. Este tipo de situaciones han llevado a organizaciones ecologistas a calificar el sistema actual como “engañoso para los consumidores” y “poco eficaz para reducir la contaminación”. Un estudio que analice el sistema vigente Según el texto legislativo, el Gobierno dispondrá de un plazo de doce meses para presentar un estudio que analice el sistema actual y proponga modificaciones. El estudio estará a cargo de un grupo de trabajo interministerial, compuesto por representantes del Ministerio del Interior, Transportes y Movilidad Sostenible, Industria y Turismo, Transición Ecológica y Reto Demográfico, y Economía, Comercio y Empresa. También se prevé una consulta con las comunidades autónomas. Los cambios que puedan derivarse de esta revisión no afectarán a los vehículos ya matriculados. En principio, solo se aplicarán a coches nuevos, lo que significa que los distintivos ya asignados no se modificarán. Esta decisión busca evitar la inseguridad jurídica entre los propietarios actuales y permitir una transición ordenada. Con el ojo puesto en otros países La futura reforma de las etiquetas busca recuperar la credibilidad de un sistema que, si bien fue pionero, ha quedado desfasado ante la evolución tecnológica y las exigencias ambientales actuales. Las organizaciones ecologistas consideran que la inclusión del CO2 como criterio es un primer paso necesario para lograr una política más eficaz y justa. En paralelo, se espera que el estudio contemple también la experiencia de otros países europeos con sistemas similares. En algunos casos, la clasificación de vehículos se basa en emisiones verificadas y no solo en la tecnología de propulsión, lo que ha permitido un control más riguroso del impacto ambiental real de los coches.

Comentarios

noticias de automóviles