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Desde Estados Unidos, contra el relato oficial

Desde Estados Unidos, contra el relato oficial
Mientras el mundo es incapaz de detener la masacre en Gaza, Trump juega a las guerras culturales, con provocaciones continuas que convierten en parte del paisaje su verdadera agenda. Todo es una locura, y así se normalizan las ideas más peligrosas El Nerón que gobierna el mundo no ha cumplido medio año siquiera al frente de Estados Unidos. Pero Donald Trump ya ha logrado algo increíble: que nada sorprenda, que cualquier barbaridad parezca posible. Normalizar el caos, el abuso, la guerra y la mentira como si fuera simple lluvia.  Hace unos días, por ejemplo, Trump decidió dar asilo político a unos “refugiados”; a personas que denuncian escapar de un “genocidio”. ¿De Palestina? ¿De Armenia? ¿De Birmania? No. De Sudáfrica. Mientras se condena a la hambruna a dos millones de gazatíes –y se asesina a varias decenas de miles–, el Gobierno de Trump decidió conceder el asilo político a medio centenar de ciudadanos de Sudáfrica. Blancos que aseguran huir de un “genocidio” contra ellos, por ser afrikaners.  Los datos, que ya es tremendo que haya que explicarlos. Sudáfrica sufre, desde hace décadas, una criminalidad brutal; consecuencia de la enorme desigualdad económica que nació en el apartheid y que aún permanece. Los blancos representan el 7% de la población, pero poseen tres cuartas partes de todo el territorio. El actual gobierno está intentando redistribuir la riqueza y está aprobando leyes para ello. Obviamente, con la oposición de los grandes terratenientes. Dicen que les matan “por ser blancos”. La realidad es la contraria: la mayoría de las víctimas de la criminalidad en Sudáfrica son personas negras. Sudáfrica es también –y no es casualidad– el país que ha denunciado ante la Corte Penal Internacional el principal y mayor genocidio en lo que llevamos de siglo: la matanza de Gaza.  Mientras el mundo es incapaz de detener esa masacre, Trump juega a las guerras culturales, con provocaciones continuas que convierten en parte del paisaje su verdadera agenda. Todo es una locura, y así se normalizan las ideas más peligrosas. Amenaza la soberanía territorial de Canadá, de Panamá, de Groenlandia… Extradita ilegalmente a inmigrantes y crea nuevos cazarrecompensas contra ellos. Pone en riesgo cientos de miles de puestos de trabajo –también en España– con su estúpida guerra arancelaria. Financia y tutela a toda la extrema derecha del mundo. Pacta con las peores dictaduras. Su estrategia es la batalla permanente: todo a la vez y al mismo tiempo. ¿Lo que pasa en Washington se queda en Washington? Ojalá. Pero la nueva Roma es la capital de Estados Unidos y lo que allí ocurre afecta a nuestras vidas. Es un momento histórico, por desgracia. Una época terrible donde lo imposible puede ocurrir, donde nada es descartable. En elDiario.es hemos decidido que no podemos seguir informando de Estados Unidos a través de agencias o colaboradores. Vamos a abrir una corresponsalía permanente en Washington. Enviamos allí a uno de nuestros mejores periodistas, Andrés Gil: cofundador de elDiario.es, subdirector de Internacional y que antes también fue corresponsal en Bruselas. Estoy seguro de que hará un excelente trabajo. Queremos aportar a nuestros socios y socias información de primera mano: sin el sesgo de agencias o medios anglosajones. Creemos que no hay otro tema más importante. Ni una sola de las noticias más terribles de este momento histórico –como lo que está pasando en Gaza, o en Ucrania– se puede contar sin antes explicar a Donald Trump y su nefasta influencia. Es una decisión que ya está tomada. Andrés ya está en Washington, buscando casa. Pronto empezará a mandar sus crónicas. Para los socios y socias de elDiario.es, escribirá también un boletín exclusivo.  No es una apuesta barata. Entre seguros médicos, vivienda, viajes y demás gastos extras, abrir la corresponsalía estadounidense nos cuesta cerca de cien mil euros. Es un dinero que no teníamos en el presupuesto y que supone un esfuerzo en nuestras cuentas. Pero creo que merece la pena. Si compartes nuestra preocupación por este mundo, ayúdanos. Si ya eres socio/a, te pido que aumentes tu cuota. A pesar de la inflación, no hemos subido el precio de la suscripción de elDiario.es en cinco años. Para que nadie se quede fuera por no poder pagar, hemos preferido mantener la cuota de siempre y que la subida fuera voluntaria; también ofrecer precios reducidos para las personas con menos recursos. Pero si te lo puedes permitir –solo si puedes– es un buen momento para hacerlo. 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hace alrededor de 16 horas
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