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Una buena entrevista para un país que no existe

Una buena entrevista para un país que no existe
Se habló de temas esenciales, pero este es un país “en guerra" (sucia) con un ejército político y mediático dispuesto a tumbar al Gobierno y quizás es demasiado pedirle a la ciudadanía que escuche, reflexione y juzgue sobre lo expuesto, con el ruido que desencandenan  Fue una buena entrevista, tocando, sin concesiones, gran parte de los temas esenciales, pero para un país que no existe, aunque ojalá existiera. La televisión pública, TVE, prestó el servicio que debe al derecho a la información de los ciudadanos. La emisión ha recibido comentarios muy positivos y Pepa Bueno, elogios por su sobriedad y buen hacer. Pero este es casi un país “en guerra” (sucia) con un ejército político y mediático dispuesto a tumbar al Gobierno -con trampas- y quizás es demasiado pedirle a la ciudadanía, a toda ella, que escuche con calma, reflexione y juzgue sobre lo expuesto. No tiene apenas tiempo ni lugar para ello con el ruido que desencadenan. Terminada la entrevista de Pepa Bueno, en la 2 de TVE, La noche en 24 Horas de Xabier Fortes ofrecía el testimonio de una periodista de ABC, un destacado medio manipulador, diciendo que Sánchez había atacado a los jueces. Ha sido el tema estrella. El Mundo secundaba de inmediato la misma idea, y la bulosfera se llenaba de sinónimos que nos presentaban a un presidente del gobierno poco menos que derrumbando a bombazos la justicia. Una vez más, la “oposición” mediática era quien atacaba a Pedro Sánchez. Avanzada la mañana de este martes, el personal, como en un avispero perturbado en su paz, saltaba ya por los aires soltando un sinfín de improperios. Los jueces en España son dioses y no se admite la menor crítica. Un partido raro incluso ha presentado, dice, una querella contra Sánchez “por grave injerencia en la independencia judicial” En primer lugar, lo que hizo el entrevistado fue responder a una pregunta con datos y argumentos. Explicó que los procesos que afectan a su familia tienen su origen en denuncias de organizaciones de ultraderecha y muchas están basadas en recortes de periódicos -y es cierto-. Opinó en consecuencia que “hay jueces haciendo política”, la minoría, y apeló a que el CGPJ se defienda de “procesos defectuosos”. A mí me faltó que Pepa Bueno insistiera en aclarar el asunto del CGPJ, básico para entender lo que está ocurriendo. Es alarmante su silencio. Largo silencio ya. Por otro lado, no había sorpresa alguna: Sánchez y su esposa denunciaron a Peinado por prevaricación. Tampoco fueron atendidos, por cierto. No es de recibo con las irregularidades que jalonan esta instrucción, sin pruebas de delitos. Demasiado prudenfue en contra de lo que le critican. O las irregularidades en el proceso al fiscal general. Un gran jurista, Tomás de la Quadra-Salcedo, ofrece hoy una sólida argumentación de por qué es una auténtica anomalía que se le juzgue, de hecho hay incluso un voto particular (de tres) que se opone. “No toman en cuenta que ese investigado y su entorno son quienes primero han roto el secreto y la reserva al elegir la plaza pública para hablar de su proceso con imputaciones calumniosas. Y eso lo cambia todo”, dice. Y de cómo así conseguían “convertir un delito del novio en una presunta persecución política a la presidenta de Madrid”. También debió insistirse en este tema, en mi opinión. Un extenso espacio entre los interlocutores -poco habitual- marcaba la distancia. No era nada fácil esa entrevista y se saldó adecuadamente. Muy bien insistir en el cambio climático ante el creciente y suicida negacionismo. Y hablar de la vivienda, el auténtico talón de Aquiles de esta legislatura. Creo que hubo de ahondarse en si se va a afrontar de una vez el tema de la ultraderecha, la crispación y la violencia que ya se ha desatado, del racismo. No basta con criticar de pasada la voluntad de hundir al Open Arms de Abascal, a la que ya se acercan Feijóo y su PP. Hay ciudadanos muy preocupados con esta deriva. No es cuestión de escaños o de gobierno, estamos hablando de supervivencia de la democracia. Y del Estado del Bienestar, un caramelo para la especulación en la derecha ultra y en la ultraderecha. El momento es tan crítico como para que Vox haya convocado una manifestación frente al Centro de Primera Acogida de Hortaleza en Madrid, porque ha sido detenido un menor marroquí acusado de violar a una chica de 14 años. Todo un colectivo -vulnerable, además- por un individuo. El Delegado del Gobierno en Madrid la ha prohibido y Vox se ha negado a aceptarlo. Previamente y tras la diana puesta por Ayuso en un tuit, dos jóvenes del Centro fueron apaleados por encapuchados al punto de tener que hospitalizar a uno de ellos. El periodista Moha Gerehou alertaba en ElDiario.es de que el curso político comienza con la derecha redoblando su apuesta por el racismo como estrategia para llegar a Moncloa. Vox abre también el Congreso de los Diputados a la red negacionista de la violencia de género que marca el paso a Milei. Será este jueves. Sobran los motivos para haber hablado de estos temas con el presidente del Gobierno aunque, por supuesto, no formen parte de la agenda del PP, ni de la mayoría de los medios a su servicio. La guerra continúa. Por eso una de las preguntas que me resultó improcedente, así planteada, fue la equidistancia en culpar a ambos partidos de la crispación. A ver, Sánchez está en el Gobierno, no necesita de la crispación que sí parece ser la principal baza del PP. El origen está claro y el desequilibrio entre ambos lados es brutal. Núñez Feijóo se ha apresurado a criticar a Sánchez. “Ha ido a la televisión pública a descalificar a jueces que investigan a los suyos”, ha escrito y, desconsolado al ver que no convocará elecciones aunque tenga que volver a prorrogar los presupuestos, ha añadido: “No es una anomalía democrática, es YA un peligro para España”. Tiene por qué callar. Castilla y León, Aragón y Extremadura siguen trabajando con los presupuestos de 2024. Y la Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares los aprobaron gracias a ceder a los recortes que pidió Vox en inmigración, lengua propia o leyes de Memoria Democrática que tumbaron. Ha sido un clamor en las redes pedirle que vaya él a sentarse con Pepa Bueno y responder a sus preguntas. Es lo que redondearía la información aportada este lunes. Pero Feijóo se ha apresurado a rechazar una entrevista en serio en TVE, ya salió escaldado de la que le hizo Silvia Intxaurrondo. Ni creo que ninguno de sus falaces portavoces se atreva a ir tampoco a mentir en directo. Faltó, por tanto, según creo, abordar el tema PP que tanto influye actualmente en la convivencia. No van, no responden, no existen. Pero lo que hacen, sí. Dos millones de audiencia sumados los canales de emisión, con un 18,5% de share, es un buen resultado de audiencia. Pudo ser más. El odio sembrado hacia Sánchez ha hecho mella. Es una campaña de puro fascismo que ataca a la identidad personal de sus objetivos a degradar. Pero no solo afecta al presidente del Gobierno sino a toda la sociedad, incluso a los que beben los vientos de las mentiras de esta derecha. Gente tan extremadamente puerca en sus acciones políticas no pueden ser buenos gobernantes. Y no lo son. Feijóo se pasó como 24 horas seguidas hablando, por lo que parecía en su continua difusión. Contando mentiras, para iniciar el curso. Todos los medios lo reproducían. El Principio de Transposición de Goebbels, el ideólogo y propagandista del nazismo, en todo su esplendor. Se han vuelto a aprovechar de una desgracia como los incendios, en la que su desidia ha sido fatal, como hicieron con la dana. Y hace falta mucha desfachatez para insistir en la presunta corrupción de Sánchez, cuando tienen una treintena de juicios pendientes de gran envergadura y tres condenas como partido. Pero tienen esa desfachatez. Para gritar que no sé qué van a hacer juntos en igualdad -nada menos en un PP-  y revocar todo el sanchismo que mal o bien no tiene nada que ver con sus rebajas de impuestos a los ricos y de servicios a todos los ciudadanos. Hoy el tema mediático ya pasa a ser Puigdemont. Siempre mantuve que era injusta la condena del procés, en un juicio que también dejó mucho que desear. Ese asunto debe ser resuelto. Máxime, por lo mucho que se ha venido degradando todo cuanto le acompaña. RTVE empieza a funcionar como debe, y las entrevistas serias a dirigentes que tienen en sus manos asuntos vitales para la ciudadanía han de ser algo habitual. Nadie del PP irá a sentarse con Pepa Bueno visto su rigor en la entrevista. La televisión pública está cambiando, por fin, pese a la oposición interna incluso. El Telediario de Pepa Bueno fue magnífico en líneas generales. Hay que seguir en esa línea, para informar a los ciudadanos de lo que necesitan saber. Y así un día una entrevista como la de este lunes a Pedro Sánchez sí será evaluada por una audiencia amplia que sabe distinguir entre las palabras y los silencios. Hay demasiados gritos ahora para que pueda hacerlo.

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