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El pollo de la UEFA

El domingo, en la final de la Nations League entre España y Portugal, sucedieron dos hechos entre el público que quizá hubieran merecido una mayor atención mediática. Por un lado, la trágica muerte de un aficionado que se precipitó desde la tribuna al sector de prensa. Pasó durante el primer tiempo de la prórroga, pero en ningún momento del directo la desgracia trascendió a nivel televisivo. Tampoco se paró el partido. Sorprende porque en otras circunstancias en las que se ha producido una indisposición grave entre el público, se para el juego y, sin mostrarlo, el relato desemboca en un cierto suspense sobre la resolución y continuidad del partido por respeto al aficionado. A pesar de que un espectador cayera dramáticamente desde lo alto de la grada y falleciera, la organización del partido no lo consideró relevante. Por otro lado, las cámaras mostraron, en un plano muy cerrado y explícito, una bandera preconstitucional. Juan Carlos Rivero reaccionó rápido y con contundencia: “Esa bandera ya no vale, felizmente”. Pero es inaudito e incomprensible que, con las extremas precauciones de la UEFA por no mostrar nunca lemas, símbolos, pancartas y demás proclamas políticas, sí incluyera ese plano. La realización internacional no es excusa. En Alemania, donde exhibir una bandera nazi es un delito, resulta desconcertante que no se cumplan con los mismos estándares a la hora de enseñar la bandera con el pollo negro. Los protocolos son claros. También sorprende la escasa repercusión mediática. En Alemania habría sido un escándalo que, durante un partido de fútbol, la televisión mostrara un aficionado con una bandera del régimen de Hitler, pero en España existe una inquietante condescendencia ante los símbolos de la dictadura. Se convierte en anécdota. Teniendo en cuenta el rigor que aplica la UEFA a clubes, aficionados y televisiones, debería cumplirlo también. Lo esperpéntico es que el lunes, en ‘Más vale tarde’, Cristina Pardo se refiriera a este caso con cierta ligereza: “Ha habido un nuevo lío de banderas en eventos deportivos este fin de semana: en el fútbol con la bandera del aguilucho y en el tenis, en la final de Roland Garros, con una bandera republicana”. Lo de la bandera preconstitucional no es ningún lío, ni confusión, ni degradado. Ni la gravedad es la misma.

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