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Montoro, Cerdán, Solbes

Montoro, Cerdán, Solbes
Como indicadores de la presencia de la corrupción en el PSOE o en el PP, la comparación entre Cristóbal Montoro y Santos Cerdán no puede ser explicada desde ningún punto de vista. Es con la ejecutoria de Pedro Solbes con lo que tiene sentido establecer comparaciones El contrapunto de Cristóbal Montoro no es Santos Cerdán, sino Pedro Solbes, que es, sin embargo, la figura que ha brillado por su ausencia en todos los relatos que se llevan haciendo desde que se levantó el secreto del sumario por el juez de instrucción de Tarragona. Prácticamente todos los comentarios sobre las hazañas de Cristóbal Montero como ministro y como fundador de Estudio Económico (EE), tanto desde dentro del PP como desde fuera y en prácticamente todos los medios de comunicación, han yuxtapuesta dichas hazañas a las atribuidas a Santos Cerdán, como si hubiera un paralelismo entre ambas. Nada hay más lejos de la realidad. Todavía no me he enterado de qué conductas delictivas concretas se acusa a Santos Cerdán. De lo que he leído en los medios de comunicación y, sobre todo, de la lectura de los dos autos de los magistrados del Tribunal Supremo que han ordenado su prisión provisional comunicada, pero sin fianza, no se extrae ninguna conclusión inequívoca que permita atribuir indiciariamente a Santos Cerdán un acto delictivo concreto. Santos Cerdán está en prisión porque los jueces que han tomado la decisión no se han atrevido a no secundar el clamor mediático de las derechas españolas, pero no porque hayan justificado en el relato de hechos y en la fundamentación jurídica que la conducta de Santos Cerdán es merecedora de esa decisión. Pero me da igual; mejor dicho, no es relevante para lo que quiero decir en este artículo, la prisión provisional de Santos Cerdán. Es el paralelismo implícito entre las conductas de Cristóbal Montoro y Santos Cerdán lo que me ha llamado la atención. Independientemente de que en algún momento los magistrados que están entendiendo de la conducta de Santos Cerdán tengan a bien decirnos cuál o cuáles son las conductas delictivas del exsecretario de organización del PSOE que justifican su privación de libertad, lo que es seguro es que ninguna de ellas tendrá nada que ver con las conductas de Cristóbal Montoro como ministro o como fundador de EE. Contrapunto de Cristóbal Montoro podría haber sido Pedro Solbes, que lo precedió como ministro de Hacienda en los Gobiernos presididos por José Luis Rodríguez Zapatero en 2004 y 2008. Tanto por su trayectoria profesional antes de ser ministros –uno Técnico Comercial del Estado y el otro catedrático de Universidad– como por la cartera de la que tuvieron que ocuparse en los Gobiernos del PSOE y del PP respectivamente, tendría sentido contrastar la ejecutoria de ambos. Pedro Solbes podría haber hecho lo que después hizo, presuntamente, Cristóbal Montoro. Pero Santos Cerdán no lo podría haber hecho en ningún caso. Como indicadores de la presencia de la corrupción en el PSOE o en el PP, la comparación entre Cristóbal Montoro y Santos Cerdán no puede ser explicada desde ningún punto de vista. La ejecutoria de Pedro Solbes, con el epílogo de la de Elena Salgado, es con la que se encontró Cristóbal Montoro cuando es nombrado ministro de Hacienda por Mariano Rajoy. Es con esa ejecutoria en el momento en que estalla la Gran Recesión, que se prolonga durante la ejecutoria de Cristóbal Montoro, con la que tiene sentido establecer una comparación, a fin de comprobar hasta donde ha llegado la corrupción en ambos partidos. Aquí no hay “mordidas” ni “putas”, dijo Juan Bravo apenas se tuvo conocimiento de las hazañas de Cristóbal Montoro tanto dentro como fuera del Gobierno. Como si de esta manera se rebajara el nivel de la corrupción, cuando es, justamente, todo lo contrario. Desconozco si Santos Cerdán ha participado en alguna “mordida” o ha utilizado recursos públicos en “putas”, pero, en el supuesto de que así haya sido, es obvio que no es comparable una conducta de ese tipo con la “privatización de la potestad legislativa de las Cortes generales”, que es lo que organizó Cristóbal Montoro desde EE y desde el Ministerio. No es un problema de “y tu más”, sino de confundir lo que es una conducta delictiva concreta con el ejercicio delictivo de la acción de Gobierno en el proceso de formación de la voluntad general del Estado. Esta es la razón por la que me he acordado de Pedro Solbes en estas semanas, en las que he estado por razones familiares en Suiza. Aunque no tuve una relación intensa con él, si lo conocí lo suficiente como para preguntarme cómo estaría metabolizando el conocimiento de las hazañas de quien le sucedió en el Ministerio.
eldiario
hace alrededor de 14 horas
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