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McLaren 750S: lo simple, bien hecho, llevado al extremo

Poco antes de que estallase en llamas la zona de Jamuz, un amigo y yo fuimos a darnos un homenaje al legendario asador leonés, Bodega el Capricho. El lugar es fantástico: adornado con sencillez y sobriedad en un lugar al que hay que ir conscientemente para llegar al restaurante. Allí, se especializan en una cosa: la carne a la brasa. Su dueño, José Gordón, ha llevado a lo que era un humilde asador a las cotas más altas del reconocimiento internacional –su restaurante ocupa la posición número 6, y la primera de España, del ranking mundial de The World's Best Steak Restaurants– y lo ha conseguido a través de un cuidado de todos los aspectos que borda en la obsesión. Aunque existen otros establecimientos en nuestro país donde la cuenta puede salir considerablemente más dolorosa, comer allí no es barato. Y parte de lo que se paga es el mensaje: los años de trabajo duro por labrarse una reputación y las cosas bien hechas tienen un precio. ¿Qué tiene que ver esto con un superdeportivo de 750 caballos? Préstame tus ojos un momento. El McLaren 750S es uno de los últimos modelos de la serie Supercars del fabricante inglés. Salió al mercado en 2023 para sustituir su 'home-run', el excelente 720S. Y desde su cuartel general en Woking sabían que no podían venir con cualquier intento a medias. Así que construyeron el McLaren de producción más ligero y más potente hasta la fecha. El motor sigue basándose en el V8, pero ahora entrega más potencia directamente a las ruedas traseras y esta, unida a sus 1.277 kilos de peso, hace que se conduzca como un bisturí sobre el asfalto. El 750S no es barato. Su precio parte de los 284.000 euros, pero se pueden configurar mucho más allá y añadir opciones de pintura y, para los fanáticos de la velocidad y los tiempos de vuelta, de fibra de carbono que harán que disminuya su peso y el de tu cuenta bancaria. Estéticamente, es muy similar a su antecesor, pero los cambios son de calado. Aunque no se vean, McLaren afirma que un 30% de las piezas del 750S son nuevas en comparación con el 720, y mantiene el mismo bloque, pero con mejoras. Por dentro, es sobrio y sencillo y solo hay una prioridad: transmitirle sensaciones al conductor –algo que consigue mejor que competidores en un rango de precio mayor–. El volante no tiene botones, solo la presencia de unas levas de fibra de carbono con un tacto enormemente satisfactorio y, por no tener, no tiene ni Android Auto. Los usuarios de Apple sí que pueden conectar su móvil, pero solo a través de un cable, si quieren tener acceso a su música a través de un excelente sistema de sonido Bowers & Wilkins. Quién querría poner música por encima del sonido de su V8 basado en el legendario F1 sigue por determinarse, pero la posibilidad existe. Este motor es capaz de alcanzar los 100 km/h en menos de 3 segundos, lo que parece que se está convirtiendo en la cifra estándar de la industria para los deportivos que se precien. El McLaren 750S es, pues, un superdeportivo que se encuentra en lo alto de la cadena trófica de las máquinas de conducción. Cuando se usa de manera tranquila se consiguen consumos de 14 litros a los 100, lo cual es impresionante si se tiene en cuenta que existe un V8 tras tu cabeza que es una tentación constante para acelerar. Aviso: esta tentación es difícil de resistir. Cuando se trabaja de manera obsesiva durante décadas para mejorar marginalmente algo que ya es bueno de por sí, se consigue el reconocimiento internacional, se consigue el éxito comercial y se consigue crear algo memorable que va más allá de lo tangible. Y eso se paga.

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