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Oposicionista desafiante

Oposicionista desafiante
La negativa del PP madrileño a colocar una placa en la Puerta del Sol, en memoria de las víctimas de la policía franquista, es solo otra muestra de esa forma demencial de hacer oposición al gobierno central consistente en rechazar cualquier medida, norma, petición u orden Me contó una amiga profesora que había tenido problemas con un alumno que volvía imposibles las clases: de pronto se negaba a hacer lo que le pedían, montaba berrinches, rechazaba normas y órdenes, se mostraba irascible y molestaba a todo el mundo. “Un caso de negacionismo desafiante”, me dijo mi amiga, y me dio curiosidad saber qué es eso. El negacionismo desafiante, llamado trastorno negativista desafiante, trastorno oposicionista desafiante, y también conocido como “trastorno de las ansias de libertad”, describe un patrón constante de irascibilidad, desobediencia hacia figuras de autoridad, negativa a cumplir peticiones o reglas, comportamiento hiriente hacia los demás y actitud vengativa. Los negacionistas desafiantes molestan intencionadamente a otras personas, dicen cosas crueles, culpan a otras personas por sus propios errores, y por todo ello causan graves problemas de convivencia. Se caracteriza este oposicionismo por la frecuencia de conductas de desobediencia, negativismo total, oposición a todo, rabietas, agresividad, problemas para controlar los impulsos, irritabilidad y resentimiento. Incluido en el Manual Diagnóstico y Estadístico de la American Psychiatric Association, aunque discutido por algunos autores, el trastorno se describe como un patrón continuo y prolongado en el tiempo de desobediencia, hostilidad y desafío hacia las reglas y las figuras de autoridad. Convivir con una persona negacionista desafiante no es fácil: se niega a todo, no sigue las normas, no obedece, reacciona con agresividad cuando se le pide algo. A menudo necesitan tratamiento. Aunque se da especialmente en niños y adolescentes, también se observa en adultos, en cuyo caso interfiere gravemente en la vida social y en su entorno. Ay, me he quedado sin espacio, perdón. Me lié a hablar del negacionismo desafiante ese, y se me ha ido la columna entera. Otro día les hablo de la última del PP madrileño: su negativa a permitir que el gobierno coloque una placa en la Puerta del Sol en memoria de los antifranquistas que allí fueron detenidos, torturados y asesinados durante décadas de dictadura. Otro día comento el negacionismo franquista del PP de Ayuso, que menosprecia y ridiculiza la memoria de las víctimas de la policía de Franco, y que va a recurrir las veces que haga falta a los tribunales para impedir la placa. Y cuando no le quede más vía judicial, buscará todo tipo de triquiñuelas y coartadas para obstaculizar su colocación, o retirarla una vez puesta. Otro día hablo de esa forma demencial de hacer oposición al gobierno central consistente en rechazar cualquier medida, norma, petición u orden: hoy es la placa de la Puerta del Sol, ayer era el registro de médicos objetores al aborto que establece la ley, otro día fueron la quita de deuda autonómica, la acogida de menores migrantes, las restricciones sanitarias en pandemia… No, no y no, y siempre con insultos y gracietas. Otro día lo comento.
eldiario
hace alrededor de 7 horas
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