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El jardín botánico más grande de España ocupa 27 hectáreas y está en este rincón de Canarias

El jardín botánico más grande de España ocupa 27 hectáreas y está en este rincón de Canarias
Este espacio concentra buena parte de la flora de la región biogeográfica de la MacaronesiaJusticia para el árbol de Robin Hood: una tala, una sentencia y varios proyectos para recuperarlo En 1952, el botánico sueco Eric Sventenius albergaba un sueño que parecía imposible: reunir en un solo lugar toda la riqueza botánica de las Islas Canarias y más allá. Lo que comenzó como una idea fantasiosa con los años terminó convirtiéndose en una realidad. Así surgió el Jardín Botánico Viera y Clavijo, conocido como Jardín Canario, el mayor de España y uno de los mejores del mundo.  Este jardín botánico ocupa 27 hectáreas y está situado al borde del barranco del Guiniguada, al nordeste de la isla de Gran Canaria, que puede presumir de tener un lugar único en el mundo. El recinto alberga especies vegetales exóticas y más de quinientas plantas endémicas, algunas de ellas en peligro de extinción. El visitante puede perderse en cualquiera de los espacios o senderos con los que cuenta: bosque termófilo, plazas de las palmeras, jardín macaronésico ornamental, bosque de laurisilva, fuente de los sapos y jardín del mundo, entre otros. Hay mucho que descubrir y seguramente no le dará tiempo a verlo todo en una jornada y tendrá que volver al día siguiente para completar su experiencia.  27 hectáreas para perderse En las 27 hectáreas del Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo se concentra buena parte de la flora de la región biogeográfica de la Macaronesia, que va más allá de especies autóctonas canarias. En este término se incluye lo relativo a los archipiélagos de Azores, Madeira e Islas Salvajes, Canarias, Cabo Verde y una región de la costa atlántica de Marruecos conocida como el enclave macaronésico continental. Entre los lugares destacados del Jardín Canario, está el Jardín de las islas, un coto de siete mil metros cuadrados repleto de pinos, dragos y palmeras. También es admirable la plaza de las palmeras, dedicada a la palmera canaria (Phoenix canariensis), una especie endémica emblemática del archipiélago.  Ficus socotrana No hay que olvidar el jardín escondido, un pequeño invernadero creado para reproducir diversas especies tropicales que necesitan unos altos índices de humedad para poder subsistir. Entre ellas, encontramos juncos, papiros, bambú o distintas especies de helechos.  Por último, muchos no se pierden el bosque de laurisilva, un espacio entre espectacular y sentimental, que recoge una amplia muestra de las especies que forman La Laurisilva, en retroceso en los últimos tiempos pero igualmente espectacular. Además, en este espacio está enterrado Sventenius, que quiso descansar en el bosque que un día ideó, pero que otros naturalistas terminaron.  Normas para una visita respetuosa Desde la organización, recuerdan que los visitantes deben respetar y cuidar la flora que viene a admirar. Y lanzan una serie de recomendaciones, recogidas en su página web:  No realizar fotos con flash, porque podrían dañar las piezas de valor artístico y cultural. Utiliza las papeleras. Tener cuidado con la mochila o el bolso para no golpear ningún objeto. Permanecer en silencio o hablar en voz baja para no molestar a los demás. 

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