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El paraíso existe, y está en Maldivas: así es la experiencia en uno de los mejores resorts de las islas

Dormir en una villa sobre el agua, nadar con mantarrayas en el Océano Índico, pasear en barco al atardecer, juguetear con los delfines y terminar el día con una cena Teppanyaki con cocina en vivo bajo las estrellas. Suena a fantasía, pero son solo algunas de las opciones que ofrece el InterContinental Maldives Maamunagau Resort . Durante varios días, ABC vive la experiencia de uno de los resorts más exclusivos del archipiélago: lujo descalzo, naturaleza intacta y una programación de actividades que transforma el viaje en una experiencia inolvidable en el atolón Raa, perteneciente a la isla de Maamunagau. Accedemos a una villa de dos plantas en la que se pueden alojar hasta dos adultos y dos niños. Enclavada en una laguna turquesa, es una oda a la privacidad y al confort . Diseñada con techos altos de madera, ventanales de suelo a techo y una estética natural que se funde con el entorno, cuenta con 150 metros cuadrados perfectamente distribuidos. El dormitorio principal, que se sitúa en la planta superior está presidido por una cama king-size con acceso directo a una terraza privada desde donde se ve la laguna privada. En el lado contrario, una bañera preside la estancia, ubicada frente a un enorme ventanal desde el que se puede ver al agua azul turquesa del océano mientras nos relajamos. El baño es amplio y lujoso: bañera de diseño con vistas al mar, ducha interior y exterior, y amenities ecológicos de alta gama. Cada detalle está pensado: zona de escritorio para trabajar (si alguien realmente quiere hacerlo en este paraíso), cafetera Nespresso, minibar completo, sistema de sonido Bluetooth, un salón que se abre hacia la terraza exterior con vistas al mar y un patio interior resguardado con vegetación que da a la zona del lago. Desde la terraza, basta con bajar unos escalones para sumergirse directamente en la piscina infinity, que se funde con el mar. Es un lugar donde puedes pasar horas sin necesidad de moverte, simplemente observando cómo cambia la luz sobre el agua. Y todo ello, con servicio de limpieza dos veces al día, atención personalizada y el silencio absoluto del entorno como banda sonora. Además, todas las villas cuentan con bicicleta para que puedas desplazarte por el complejo, formado por más de 81 villas, varios restaurantes, zona de Spa, gimnasio y varias zonas de playa donde puedes hacer snorkel. Hasta para los que no estamos acostumbrados a realizar actividades marinas, aquí puedes descubrir lo sencillo —y adictivo— que puede llegar a ser el snorkel. A escasos metros de la orilla, los arrecifes de coral despliegan un mundo submarino que parece sacado directamente de Buscando a Nemo. Peces de todos los colores, aguas cristalinas, y la sensación de flotar en un universo paralelo. Otra de las experiencias mágicas que ofrece el resort es la salida en barco al atardecer para avistar delfines. Ver cómo juegan con la embarcación, cómo saltan y giran, se convierte en uno de los momentos más relajantes y hermosos del viaje. Y la joya de la corona: nadar con mantarrayas en mar abierto . No se puede explicar lo que se siente al ver de cerca a estas criaturas majestuosas, de las que no necesitarás almacenar imágenes en tu teléfono móvil o en tu GoPro, porque se te quedarán grabadas en la memoria. El nivel gastronómico es impecable, como se espera de una cadena como InterContinental. La cena Teppanyaki, con cocina en vivo de inspiración asiática, es una experiencia deliciosa y divertida a la vez. Pero no es la única opción destacada . Hay un restaurante especializado en pescado y marisco con producto fresco y de altísima calidad, fruta tropical espectacular, y desayunos que combinan buffet internacional con carta del día, incluyendo incluso jamón serrano y paella para los nostálgicos del sabor español. En el pool bar se pueden probar decenas de cócteles, cervezas internacionales, vinos y champagnes. Todo servido con una sonrisa y con vistas al horizonte, al ritmo de la música que cada día ameniza el ambiente. El resort alberga una sede de Manta Trust .una organización internacional dedicada al estudio, la investigación y la conservación de las mantarrayas. Gracias al programa «Manta Treat», que solo se celebra un mes al año —en este caso, marzo—, pudimos participar en salidas al mar acompañadas por las expertas del equipo, liderado por Merall Hafeez, que compartieron con nosotros durante estos días su pasión y conocimientos sobre estas criaturas fascinantes. Durante los talleres, aprendes a distinguir entre la mantarraya oceánica y la de arrecife, a identificar su sexo por la forma de su abdomen y a entender su comportamiento en función de las condiciones meteorológicas, la luna o el número de barcos presentes. También descubrimos cómo se documenta cada avistamiento, incluyendo la hora, el estado del agua o la interacción con turistas, e incluso pudimos acompañar al equipo en un acercamiento a una jornada de investigación y trabajo. Es difícil no terminar profundamente sensibilizado sobre la importancia de preservar este ecosistema una vez lo disfrutas y eres consciente gracias a la experiencia de todo el equipo de Manta Trust y de conservación del hotel. La relación entre un resort de lujo y un proyecto de conservación como este demuestra que el turismo responsable no solo es posible, sino que es real . El InterContinental Maldives Maamunagau ha sabido integrar el respeto al entorno en cada detalle. Para una luna de miel, ofrece todo lo que una pareja podría desear : privacidad absoluta, escenarios románticos en cada rincón, cenas bajo las estrellas y experiencias únicas como nadar con mantarrayas o brindar al atardecer en un crucero privado. La estética fotogénica del resort, con sus villas sobre el agua y su entorno virgen, lo convierte en el escenario perfecto para crear recuerdos inolvidables. Pero también es un lugar pensado para familias: la tranquilidad de sus aguas, el control del entorno y la amabilidad del personal permiten que tanto adultos como niños disfruten sin preocupaciones. Los aficionados al ecosistema marino, al buceo y al snorkel encontrarán uno de los mejores accesos naturales al arrecife, mientras que quienes buscan simplemente desconectar podrán entregarse al ritmo lento de la isla, a los tratamientos del spa o a la contemplación del mar desde una hamaca. Incluso quienes viajan en solitario encontrarán aquí un refugio ideal para reconectar consigo mismos y volver con una versión renovada de su energía interior.

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