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Por qué hay tanta gente que quiere vivir el solsticio de verano en Stonehenge

Por qué hay tanta gente que quiere vivir el solsticio de verano en Stonehenge
Polo de atracción para seguidores de creencias druídicas, cada vez hay más gente, incluso disfrazada, que acude a bailar y cantar durante la noche y el amanecer del fenómenoSe acerca el solsticio de verano pero, ¿sabemos qué significa exactamente? El inminente solsticio de verano que viviremos en nuestro hemisferio norte el próximo 21 de junio se ha convertido en una fecha soñada para aquellos que lo celebran con toda intensidad, una cita que incluso provoca viajes a lugares donde el acontecimiento se vive de manera extraordinaria. Es el caso del monumento megalítico de Stonehenge, cerca de Amesbury, en el condado inglés de Wiltshire. Y es que con el paso de los años cada vez más personas son las que no quieren perderse la celebración del día más largo y la noche más corta del año. Británicos, pero también que llegan desde otros países. Los que asistan podrán rememorar antiguas ceremonias paganas, acceder de una manera generosa al complejo e incluso aprovechar para caminar entre las piedras, algo que no está permitido el resto del año. Para los neófitos de la cuestión, es bueno saber que durante, el solsticio de verano, el Sol sale a la izquierda de la Heel Stone y atraviesa justo el eje central del conjunto de rocas. Y que hay llegar con tiempo para coger un buen sitio, ya que en los últimos tiempos se ha convertido prácticamente en un lugar de peregrinación. Misticismo, música... y disfraces El complejo, durante las horas de celebración del solsticio, se impregna de un ambiente de fiesta y misticismo, música, cánticos y bailes incluidos. Otro elemento que suele sorprender a quien acude por vez primera es que muchos asistentes acuden disfrazados: de druida y de ninfa, sobre todo, los elementos suelen ser túnicas, capas, bastones, joyas de estilo celta, coronas hechas con flores y hojas, además de barba o melenas en el caso de los hombres. Stonehenge se convirtió hace tiempo en un polo de atracción para los que se declaran seguidores de las creencias druídicas, muy relacionadas con el paganismo. Y el solsticio de verano es uno de los momentos mágicos dentro de esas creencias. De ahí, por ejemplo, los altares con velas que se generan los días en torno al fenómeno. El momento álgido de tanta fiesta ocurrirá durante las horas que separan el anochecer del día 20 del amanecer del día 21, amanecer que da salida al día de más luz del año, aunque no de más calor. Los solsticios de invierno y verano anunciaban las mejores temporadas de siembra y cosecha, de ahí que los agricultores festejasen el momento alrededor de las estructuras de Stonehenge, que fueron levantadas alineadas con los ejes de los solsticios.

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