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300 kilómetros separan a las dos primeras catedrales góticas construidas en toda la península

300 kilómetros separan a las dos primeras catedrales góticas construidas en toda la península
Las de Cuenca y Ávila, cuyas construcciones arrancaron con Alfonso VIII, son consideradas las primeras en erigirse de una larga lista de joyas de la arquitecturaLa Catedral del Mar que Ildefonso Falcones narró en sus novelas es real Es difícil cuantificar el patrimonio gótico que hay repartido por toda la península, joyas de una época de la arquitectura que en numerosas ciudades puede observarse y disfrutarse en obras de toda índole y todo tipo de tamaños. Es el caso de las catedrales góticas, imponentes y majestuosas y que fueron levantadas en ciudades como, entre otras, Burgos, León, Sevilla, Oviedo o Girona. Pero, ¿cuáles fueron las primeras en levantarse? Muchos expertos estudiosos coinciden en que las catedrales góticas de Cuenca y Ávila fueron, seguramente, las dos primeras que se construyeron, monumentos que quedan separados por apenas 300 kilómetros, por lo que no es imposible visitar y admirar ambas en un mismo día. La de Cuenca es, sin duda, el edificio más impresionante y más reclamado de la ciudad por los agradecidos visitantes que recibe la ciudad manchega. Fue levantada por orden de Alfonso VIII y consagrada definitivamente en 1208. Se comenzó su construcción en torno al año 1196, una vez que la ciudad fue reconquistada a los musulmanes. Edificio de estilo gótico, con influencias francesas traídas por la esposa de Alfonso VIII, Leonor de Inglaterra o Plantagenet, su construcción concluyó en una primera etapa en 1257, sesenta y un años después de su inicio, aunque continuaron realizándose trabajos en los siglos posteriores. El resultado fue de una longitud de 120 metros y 36 metros de altura en su área central interna, ocupando una superficie de 10.000 metros cuadrados. De planta de cruz latina, posee tres naves, con una amplia cabecera y ábside poligonal de siete lados, flanqueado por dos naves a cada lado que sirven de ingreso a la doble girola. Uno de los atractivos de la catedral conquense es subir por una pequeña escalera de caracol hasta el triforio, único en España, desde el que se puede disfrutar de las impresionantes vistas o apreciar detalles que quizás se pueden escapar sin tomar la altura necesaria. Templo y fortaleza La de Ávila, en cambio, fue erigida como templo y fortaleza, como un fuerte inexpugnable. Un paseo por el exterior deja claro el carácter militar del templo, con la torre Norte a la entrada, el Cimorro en el ábside y el perímetro almenado de las cubiertas. Su construcción arrancó sobre los restos de un primitivo edificio dedicado a El Salvador, siendo en el año 1172 cuando Alfonso VIII decide la ampliación de la fábrica anterior, encargando los trabajos al maestro de obras francés Fruchel. La construcción está formada por tres naves, crucero y cabecera semicircular de doble girola, con capillas entre sus contrafuertes, flanqueado a los pies por dos torres de planta cuadrada, la de la derecha inacabada y la izquierda rematada en merlones con saeteras, cubiertas mediante bóveda de crucería.

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