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El único castillo circular de España se encuentra en Mallorca

El único castillo circular de España se encuentra en Mallorca
Construido en el siglo XIV sobre una colina con vistas al mar, Bellver es la única fortaleza gótica de planta circular íntegra que se conserva en EuropaDe fortaleza islámica a residencia real: los mil años del Palacio de la Almudaina A poco más de tres kilómetros del centro histórico de Palma y a 112 metros sobre el nivel del mar, en una colina del bosque de Bellver, se alza una de las construcciones más singulares del patrimonio arquitectónico español: el Castell de Bellver. No hay otro igual en toda España. Su planta circular, su torre del homenaje exenta y su historia de usos cambiantes lo convierten en un símbolo no solo de Mallorca, sino de la arquitectura gótica europea. Considerado el único castillo gótico de planta circular íntegra que se conserva en Europa, Bellver destaca por su concepción estructural completamente redonda, algo inédito entre las fortalezas medievales del continente. Un diseño sin precedentes La gran particularidad del Castell de Bellver es su estructura circular, una rareza en los castillos europeos medievales, donde dominan las plantas rectangulares o cuadradas. Esta tipología le confiere no solo un carácter defensivo original, sino también un alto valor simbólico. Se cree que su diseño se inspira en fortificaciones del sur de Francia y posiblemente en modelos bizantinos. Su arquitecto fue, probablemente, Pere Salvà, que también trabajó en el Palacio de la Almudaina. La fortaleza fue encargada a principios del siglo XIV por el rey Jaume II de Mallorca, quien deseaba una residencia real que combinase la función de defensa con el disfrute del paisaje y el clima isleño. Su nombre, Bellver -“bella vista” en catalán- da buena cuenta del lugar privilegiado en el que se levanta. Castillo de Bellver Torre del homenaje y capilla interior El castillo se organiza en torno a un patio central también circular, con estancias abovedadas distribuidas en dos plantas. Uno de los elementos más sorprendentes es su torre del homenaje separada del edificio principal, conectada por un puente elevado. Este detalle no solo dificultaba el acceso en caso de ataque, sino que servía como refugio de último recurso. Dentro del complejo también se encuentra la capilla de Santa María, de estilo gótico, que ha sido restaurada y sigue en uso. El conjunto está construido con marès, una piedra caliza típica de Mallorca que permite el trabajo escultórico fino pero requiere una conservación constante debido a su fragilidad frente a la erosión. Castell de Bellver De palacio real a prisión política A lo largo de los siglos, Bellver ha tenido múltiples funciones. Nacido como residencia real de la dinastía mallorquina, con el paso del tiempo fue reconvertido en prisión militar. Allí estuvieron encarcelados, entre otros, Gaspar Melchor de Jovellanos, durante la represión absolutista, y más recientemente, republicanos durante la Guerra Civil. Su historia es, por tanto, también la de los avatares políticos del país. Hoy, el Castell de Bellver acoge el Museo de Historia de la Ciudad de Palma, con una colección que recorre la evolución de la ciudad desde la época romana hasta la actualidad. Una arquitectura que rompe tópicos La singularidad del Castell de Bellver cuestiona los tópicos sobre las fortalezas medievales como construcciones toscas y rígidas. Su forma circular no solo fue una decisión estética, sino también estratégica: mejor visibilidad, defensa continua sin ángulos muertos y mayor resistencia al impacto de proyectiles, según explican diversos estudios históricos. La reciente puesta en valor del castillo por parte del Ayuntamiento de Palma y su integración en itinerarios educativos y turísticos ha reactivado el interés por este enclave. No es solo una rareza formal: es un ejemplo de cómo la arquitectura también expresa poder, visión política y capacidad de adaptación histórica.

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