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Es el pueblo más infravalorado de Galicia y tiene las vistas más épicas de la Costa da Morte

Es el pueblo más infravalorado de Galicia y tiene las vistas más épicas de la Costa da Morte
Sus rutas peatonales recorren acantilados, calas aisladas y enclaves naturales protegidos, mostrando un litoral poco transformado que permanece al margen del turismo intensivoParece el Caribe, pero es Almería: la preciosa playa de aguas turquesa de nombre poco alentador Camariñas, una localidad situada en el noroeste de Galicia, forma parte de la comarca de Terra de Soneira, dentro de la provincia de A Coruña. El municipio, que limita con Muxía, Vimianzo y el océano Atlántico, se ubica en un entorno que ha permanecido relativamente ajeno a las dinámicas turísticas masificadas. A pesar de formar parte de un tramo costero conocido por su espectacularidad, la Costa da Morte, Camariñas ha mantenido un perfil bajo en comparación con otras localidades vecinas. Tradicionalmente vinculado a la pesca, el marisqueo y la artesanía, el municipio ha comenzado a ser reconocido por sus valores naturales y paisajísticos. Aun así, no ha alcanzado una gran proyección turística. Este hecho ha contribuido a conservar muchas de sus playas y rutas costeras en un estado de baja intervención, lo que permite al visitante recorrer el territorio con escasa presencia humana, especialmente fuera de la temporada alta. Camariñas forma parte de la Red Natura 2000 y cuenta con zonas consideradas Lugares de Interés Comunitario (LIC) y Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Esta clasificación refuerza la necesidad de protección ambiental y permite entender el enfoque con el que el municipio ha abordado el desarrollo de su oferta turística. Las iniciativas municipales y comarcales han apostado por rutas peatonales, conservación del paisaje y señalización respetuosa con el entorno. Todo ello facilita un modelo de turismo más pausado, con un enfoque centrado en la naturaleza y el litoral. Un litoral diverso y accesible entre senderos, calas y arenales abiertos al Atlántico El litoral camariñán presenta una geografía irregular y escarpada en varios puntos, alternada con arenales y calas de distinto tamaño. Una de las formas más frecuentes de recorrer esta franja costera es a través de rutas señalizadas que permiten la aproximación tanto a playas accesibles como a parajes menos intervenidos. La más representativa es la Ruta Litoral de Camariñas, de unos 24 kilómetros, que discurre desde el puerto de Camariñas hasta la localidad de Camelle, pasando por enclaves naturales como Santa Mariña, Arou, Reira o Cabo Vilán. El trazado atraviesa espacios incluidos en la Red Natura 2000 y está pensado para realizarse a pie, con una duración media estimada de entre cinco y seis horas, en función del ritmo y paradas. El recorrido está clasificado con una dificultad media, dado que combina senderos llanos con tramos más exigentes, sobre todo en áreas próximas al Cabo Vilán y el Monte Branco. Uno de los puntos más destacados de la ruta es el Faro Vilán, inaugurado en 1896. En la actualidad, funciona como centro de interpretación del entorno y cuenta con un pequeño espacio expositivo sobre la historia de los naufragios en la Costa da Morte. Desde este enclave se pueden observar formaciones rocosas y acantilados característicos de la zona, así como parte del arenal de Reira. Faro de Cabo Vilán. Además de esta ruta principal, Camariñas dispone de otros caminos locales, algunos de los cuales se adentran en áreas forestales y conectan con pequeñas calas. El acceso a muchas de estas playas se realiza exclusivamente a pie, lo que condiciona el tipo de visitantes y permite conservar su estado natural. Las playas del municipio varían significativamente entre sí, tanto en extensión como en condiciones del mar. Muchas de ellas carecen de servicios asociados, como chiringuitos o duchas, lo que refuerza su carácter poco masificado. Otras cuentan con ciertas dotaciones, como pasarelas o señalización sobre las condiciones del baño, especialmente en las zonas de mar abierto, donde el oleaje puede ser intenso. Una de las playas más conocidas es Arou, ubicada en la aldea del mismo nombre. Se trata de un arenal resguardado, de aguas más tranquilas, que ha sido distinguido con la Bandera Azul en varias ocasiones. Su proximidad al núcleo urbano y la facilidad de acceso la convierten en una opción adecuada para visitas familiares. En el interior de la ría se encuentra Lingunde, una cala de menor tamaño, resguardada del viento y con pasarelas de madera que facilitan la entrada. Al estar ubicada en una zona menos expuesta, sus aguas presentan menor oleaje que las playas abiertas al océano, lo que la hace popular entre quienes buscan un baño más seguro. Por otro lado, las playas de Reira, que abarcan varios arenales encadenados, se extienden entre el Cabo Vilán y el Monte Branco. Se caracterizan por su estado natural y su oleaje constante. El acceso es exclusivamente a pie y no cuentan con servicios, lo que limita su uso a personas que buscan una experiencia más cercana al paisaje salvaje. En la misma zona se encuentra Trece, un enclave de alto valor ecológico por ser hábitat de la caramiña (Corema album), planta en peligro de desaparición en otros puntos de Galicia. El acceso a esta playa está restringido para vehículos, lo que contribuye a su escasa ocupación. Dentro del núcleo urbano de Camariñas, la playa de Area da Vila ha sido utilizada tradicionalmente por los vecinos. Sin embargo, en los últimos años ha sufrido restricciones puntuales para el baño debido a la calidad del agua. Este factor ha reducido su uso recreativo, aunque se mantiene como punto habitual de paseo y descanso.

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