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Las perversas víctimas de la gestión del PP

Las perversas víctimas de la gestión del PP
Las víctimas de la gestión del PP son malvadas: enferman, se asfixian, se ahogan, se pudren, mueren, por fastidiar al partido. Son ya tantos los casos, que evidencian un patrón de conducta de los populares: negar primero y culpar a otros, incluso a los más perjudicados Las víctimas de la gestión del PP son malvadas, muy desconsideradas: enferman, se asfixian, se ahogan, se pudren, mueren, por fastidiar al gran partido conservador de este país. Son ya tantos los casos que evidencian un patrón de conducta. Menos mal que en el último de los fiascos en los que han incurrido -el cribado de mamografías de Andalucía- los medios subsidiados por el partido han hallado una clave: la Asociación Amama -que denunció el caso- tiene vínculos con el PSOE. Han localizado fotos públicas con ellos. También las hay con el PP. Las tetas no condicionan el partido al que se vota. Es, sin embargo, otro dato para el diagnóstico de a qué nos enfrentamos en toda su amplitud. ¿Qué resta o añade al hecho de no haber sido informadas del resultado de unas pruebas con consecuencias fatales para un gran número de mujeres que sí tenían cáncer? Algunas murieron y otras han sufrido amputaciones de mama que pudieron haberse evitado afrontando el tratamiento de inmediato. Hace falta una gran perversión para inmolarse de esta forma por dañar al PP. Aunque igual no es eso lo que ha pasado, ¿verdad? En Andalucía, además, al ser tantas las afectadas, se les ha ocurrido acudir a sus historiales médicos para llevarlos incluso a consultas privadas, y se han encontrado algunos con las pruebas alteradas o sin la firma del especialista. Eso sí que ha sido una maldad intolerable, según siente la Junta con el presidente Moreno Bonilla en primer lugar. Los medios, con un ABC volcado a su favor, afirman que es un bulo, que es mentira, contra la evidencia de unos resultados que han sido borrados o cambiados en algún caso. La respuesta del gobierno andaluz a ello ha sido desde que han operado sobre las pruebas dos radiólogos distintos o que se produjo una saturación informática. Son ya múltiples los testimonios de diagnósticos no comunicados y de pruebas modificadas y que se muestran en medios comprometidos con la verdad, no con el PP. AMAMA ha presentado una denuncia en el juzgado por las presuntas irregularidades. Hay que decir una vez más, alto y firme, que la sanidad pública española sigue siendo un modelo de eficiencia por los resultados que consigue con los medios de los que dispone. Fue el matiz que se destacó en su consideración internacional como uno de los mejores sistemas de sanidad pública del mundo: la eficiencia. Nadie limpio de mente se atreverá a culpar a sus profesionales de estas y otras tropelías. Se precisa una verdadera vocación de servicio para trabajar a menudo con medios precarios, y podríamos dar incontables nombres de profesionales de la sanidad que se dejan la piel por sus pacientes, de nuevo con esa eficiencia que salva vidas. Probablemente es la vocación política lo que falla en muchos miembros de la gestión pública que igual hasta ignoran que la política es servicio a la sociedad, no a sus propios intereses y los de su partido. Lo mismo que el periodismo; así que, en ambos casos, cuando pervierten sus profesiones, las degradan. Oyendo a Moreno Bonilla, a Mazón -aún más si cabe-, a Ayuso, por citar ahora a los principales, se ve un prototipo casi pueril del que es pillado con las manos en la masa en un pufo y se empeña en negarlo y después en culpar a otros. ¡Incluso a las víctimas!, todos estos lo han hecho, todos. El suavón, el sinvergüenza y la descarada.  A punto de cumplirse un año de la DANA en la Comunidad Valenciana seguimos perplejos del grado de desfachatez al que ha llegado Carlos Mazón, el presidente desaparecido -comiendo, dijo- mientras sus convecinos se ahogaban: 230 muertos, la mayoría durante las horas en las que su gobierno retrasó el envío de la alerta. Culpa a fallos de otros organismos que no les avisaron, argumenta él y su equipo, cuando hasta la Universidad cerró desde por la mañana porque lo sabía. Acusan al gobierno de España, sin cuya concurrencia el balance hubiera sido todavía peor, y atacan vilmente a la jueza que aguanta a pie firme las presiones, porque también parece tener la vocación de servicio que exige la justicia… limpia. Lo de Mazón no tiene el menor pase. Es incomprensible que se atreva a cuanto se está atreviendo, pero quizás es quien mejor ha aprendido que echarse a la espalda los muertos y seguir tan campante le funciona al PP. No tiene más que mirar a Aznar, con la invasión y guerra de Irak, los atentados del 11M, los muertos del Yak 42, y sus etcéteras. También Ayuso ha insultado reiteradamente, y acusado a las familias de los ancianos muertos en las residencias a su cargo, bajo el protocolo de la vergüenza, de estar motivados por razones políticas. Como las demás víctima de gestiones del PP en situaciones similares, tras la muerte de sus familiares se muestran muy poco comprensivos con las altas labores a las que se dedica la presidenta de Madrid. No hubo dinero ni para respiradores mientras sus padres y madres se asfixiaban sin ser derivados a un hospital, pero sí lo hubo para gastarse 170 millones de dinero público (triplicando el presupuesto) en construir el hospital Zendal que no sirvió absolutamente para nada. Y ya el colmo ¿cómo se le ocurre a nadie molestar a Ayuso que viene de Estados Unidos, exultante, de celebrar su cumpleaños y su proyecto de Fórmula 1, con que hay un gran retraso también en practicar las mamografías en Madrid? Escama y mucho que las Comunidades del PP se nieguen a facilitar los datos de los cribados de mamografías, cuando esos datos son de las usuarias, no de ningún gobierno, según ha recordado hasta la Asociación Española contra el cáncer. El colmo ha sido este viernes cuando han abandonado la reunión de sanidad para hablar de los cribados porque la encuentran politizada. Huele a otra cosa. Apesta. Tampoco son solo las mamografías. Y es que la salud es un gran negocio por razones obvias: vitales. Las privatizaciones han causado grandes estragos. Es pura lógica: ninguna empresa privada trabaja por amor al arte, pueden hacerlo muy bien, pero el objetivo económico es prioritario. Factor esencial también es el trato y la remuneración a los trabajadores de la sanidad pública, la inestabilidad en el empleo en muchos casos con contratos temporales. ¿Tanto cuesta entender que son mucho más necesarios los radiólogos que los circuitos de Fórmula 1? ¿Los votantes siguen sin entender el problema? ¿Siguen exculpando a los principales culpables porque les “gustan” más y gritan e insultan mejor? Sus opciones no solo las pagan ellos, a veces son tan afortunados que ni les toca de cerca. Porque podíamos continuar por los incendios de Castilla y León y Galicia. Por la nociva degradación del Mar Menor de Murcia. Las víctimas gallegas “del Sovaldi” (el medicamento caro que no se usó para la Hepatitis C) son menos citadas. Un Alberto Núñez Feijóo de prometedores vuelos entonces supo taparlo en origen. Las gestiones nefastas en una serie de campos esenciales pueden darse en cualquier partido, pero se producen más en el PP por sus prioridades vocacionales. Y hay que recordar una y otra vez que cuestan salud y vidas. Una pena todo esto. Y más. La economía española va como un tiro y es un éxito llamativo cuando los gigantes alemán y francés se hunden como nunca antes, pero el gobierno sucumbe a dos problemas fundamentales: la vivienda -que tampoco arreglaría el PP, creador de la burbuja inmobiliaria- y la justicia. La renovación del Consejo General del Poder Judicial -tras el largo secuestro del PP- ha sido un notable fiasco. Sigue en manos conservadoras con lo que implica en el funcionamiento de la justicia que tantas otras disfunciones evidentes podría subsanar. Acaba de sufrir, además, un golpe interno. Los vocales conservadores junto al vocal Carlos Hugo Preciado de Sumar e Isabel Perelló, la Presidenta del CGPJ han impuesto su voluntad. De 11 comisiones quedan: 9 de mayoría conservadora y 2 de mayoría progresista. Como resultado, uno de los vocales progresistas ha dimitido y el resto ha firmado un duro comunicado. Fiarse del PP para renovar el Consejo, como hizo el PSOE, no se hace por casualidad. Siguen el PP y sus voceros con “la cruda realidad del bulo de las mamografías”, dicen. Y es que hay gente tan perversa como para enfermar de cáncer y ocultarlo hasta que se descubra el pastel, dejarse cortar un pecho e incluso morirse con tal de fastidiar al Partido Popular y que ya no pueda cumplir -al frente de los gobiernos- la loable misión de dedicarse a sus negocios e intereses.
eldiario
hace alrededor de 4 horas
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