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Cinco destinos para disfrutar de los pases de Interrail de Renfe en toda Europa

Desde monumentos históricos hasta entornos naturales y plazas emblemáticas, estas ciudades europeas permiten descubrir patrimonio cultural, arquitectura, museos y paisajes urbanos en cada etapa del viajeRenfe lanza una campaña con un 25% de descuento en pases Interrail para viajar por Europa Viajar en tren por Europa permite combinar la comodidad de un transporte eficiente con la posibilidad de recorrer distintos destinos en un mismo itinerario. Los pases de Interrail de Renfe ofrecen esta oportunidad, facilitando el acceso a ciudades grandes y a poblaciones menos conocidas, y permiten planificar recorridos que integren patrimonio histórico, cultura y paisaje sin necesidad de depender de vuelos o traslados largos. La ventaja de este tipo de viajes es que cada ciudad se puede explorar de manera concentrada, con los principales puntos de interés ubicados en áreas accesibles a pie. Desde catedrales y castillos hasta plazas, museos y parques urbanos, la red ferroviaria conecta de forma práctica lugares que combinan historia, arquitectura y entornos naturales, ofreciendo alternativas tanto para estancias breves como para recorridos más extensos por Europa central y sur. Dubrovnik, Croacia El casco antiguo de Dubrovnik conserva su arquitectura histórica, con casas de piedra blanca, tejados de teja roja y calles de mármol, lo que le valió ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La ciudad está organizada de manera compacta, por lo que se pueden recorrer los principales puntos de interés a pie, integrando varios monumentos en una sola ruta sin necesidad de grandes desplazamientos. Al entrar al casco histórico, lo primero que se encuentra la mayoría de los visitantes es la Puerta de Pile, que era la entrada principal de la antigua República de Ragusa. Se sitúa sobre un puente de piedra que cruzaba el foso original de la muralla y su estructura exterior tiene forma de torre renacentista, coronada con la estatua de San Blas, patrón de la ciudad. Desde ahí se puede empezar a recorrer las murallas, plazas y edificios históricos del centro. Otro punto relevante es la Fuente de Onofrio, construida en 1438 por Onofrio della Cava. Formaba parte de un acueducto subterráneo que traía agua desde un río cercano y cuenta con dieciséis mascarones por los que brota agua potable. Todavía hoy es un hito urbano dentro del casco antiguo y, junto con la Puerta de Pile y las murallas, permite organizar una visita completa por la ciudad. Budapest, Hungría El Parlamento de Budapest, situado a orillas del Danubio, es uno de los edificios más representativos de la ciudad y figura entre los parlamentos más grandes del mundo. Su fachada de estilo neo-gótico se complementa con un interior en el que se destacan la escalera principal, la Antigua Cámara Alta y la Sala de la Cúpula, donde se conserva la corona de San Esteban, considerado el símbolo nacional de Hungría. Parlamento de Budapest. A poca distancia, el Puente de las Cadenas conecta los distritos de Buda y Pest, siendo el primero que unió permanentemente ambos lados de la ciudad. Construido en el siglo XIX, este puente se ha consolidado como un emblema urbano, facilitando el tránsito peatonal y vehicular mientras proporciona vistas directas del Danubio. El castillo de Buda, situado sobre la Colina de Buda, aporta la perspectiva histórica de la ciudad. Su origen se remonta al siglo XIII y ha albergado a lo largo de los siglos residencias reales, fortificaciones y museos. La cercanía del castillo con otros puntos de interés permite organizar recorridos compactos. Como, Italia Como, en el norte de Italia, concentra gran parte de su patrimonio histórico en un casco urbano compacto junto al lago que lleva el mismo nombre. Su centro permite recorrer a pie los principales puntos de interés, combinando arquitectura y paisaje lacustre, lo que hace más sencillo planificar rutas sin necesidad de desplazamientos largos. El edificio religioso más relevante es la catedral de Como, un templo católico de estilo gótico cuya construcción comenzó en 1396 y se terminó en 1770 con la finalización de la cúpula. Cerca de ella está la basílica de San Fidel, otro espacio de culto histórico, mientras que el Templo Voltiano, construido en 1927 en estilo neoclásico frente al lago. El lago de Como organiza buena parte de la actividad urbana y turística. Sus orillas permiten paseos que combinan patrimonio y paisaje, y los miradores o rutas que se adentran en los alrededores. Colonia, Alemania La Catedral de Colonia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es el principal referente del casco histórico y uno de los monumentos más visitados del país. Su construcción se extendió desde 1248 hasta 1880, y aunque sufrió daños durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, la estructura principal se mantuvo en pie, lo que permitió restaurarla y conservarla como espacio cultural y religioso. Cerca de la catedral se encuentran otros puntos de interés que también merecen una visita, como el Museo Ludwig, con una de las colecciones de arte contemporáneo más importantes de Europa, y el puente Hohenzollern, construido entre 1907 y 1911, que conecta ambas orillas del Rin y se utiliza tanto para trenes como para peatones. La cercanía de estos espacios facilita recorrerlos sin necesidad de desplazamientos largos. Colonia, Alemania. El centro histórico incluye la plaza Fischmarkt, que antiguamente estaba dedicada a la venta de pescado, y el Kölner Rathaus, considerado el ayuntamiento más antiguo del país. Las calles de la Altstadt conservan iglesias medievales, casas con fachadas tradicionales y museos, ofreciendo un recorrido compacto que permite organizar la visita a Colonia como parte de un itinerario más amplio por Alemania y Europa central. Liubliana, Eslovenia El Castillo de Liubliana se encuentra sobre una colina a 367 metros de altura en pleno centro de la ciudad. El lugar ha estado habitado desde finales de la Edad de Bronce y de Hierro, y en la Alta Edad Media se levantó la primera fortaleza de madera. Desde arriba se pueden ver la ciudad y el río Ljubljanica, lo que ayuda a situarse y entender cómo se organiza el casco histórico. Entre los puentes que cruzan el río destacan el Puente de los Dragones, inaugurado en 1901, y el Puente de los Carniceros, que debía su nombre a que servía para transportar la carne desde los mataderos hasta el mercado. Estos cruces conectan barrios y calles peatonales, facilitando recorrer el centro y acceder a plazas y edificios históricos de forma cómoda. La Plaza Prešeren es el punto de encuentro principal y concentra varios elementos de interés: el Monumento a France Prešeren, la Iglesia Franciscana de la Anunciación y la Farmacia Central, conocida también como Palacio Meyer por su fachada neorrenacentista. Además, el Parque Tivoli, con cinco kilómetros cuadrados, es el más grande de la ciudad y contribuyó a que Liubliana fuese reconocida como Capital Verde Europea.

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