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Tiene más de 150 años y es el faro que marca la línea imaginaria en la que se unen el Atlántico y el Cantábrico

Construido en el cabo de Estaca de Bares, en Galicia, este faro es una de las maravillas geográficas más importantes de la península ibéricaSolo mide 14 metros pero es el faro más elevado de Europa y está... en Almería Hay casi 200 faros repartidos por toda nuestra geografía, gracias a nuestros 8.000 kilómetros de costa. Pero entre ellos destaca uno, el del cabo de Estaca de Bares, en Galicia, como una de las maravillas geográficas más importantes de la península ibérica, siendo universalmente reconocido como el punto más septentrional de toda nuestra geografía. Este emblemático enclave, situado en el municipio de Mañón, en la provincia de A Coruña, no es solo un hito geográfico fundamental, sino la puerta de entrada a un paisaje de fiereza natural y misticismo. Estaca de Bares es un emblema de la costa coruñesa. Su mayor peculiaridad reside en que establece la frontera imaginaria donde confluyen y mezclan sus aguas el océano Atlántico y el mar Cantábrico. Es decir, que el faro hace de punta que se adentra en el mar para realizar esta división geográfica. Aunque tradicionalmente Estaca de Bares está establecida como “árbitro” separador, también los hay quienes otorgan dicho papel al cercano cabo Ortegal. El emplazamiento del faro, en cualquier caso, es impresionante y estratégico. Se sitúa en la meseta de Ventureiro, sobre un montículo a más de 90 metros sobre el nivel del mar. Esta elevación se prolonga para formar la propia punta de la Estaca de Bares. A nivel técnico, la altura focal del faro es de 101 metros aunque la altura de su soporte solo sea de 10 metros. Sus precisas coordenadas geográficas lo definen en la latitud 43º 47′ 23.6″ N y longitud 7º 41′ 17.9″W. El faro del cabo de Estaca de Bares es un monumento a la ingeniería marítima con una rica historia, siendo el primer faro de la costa coruñesa. Entró en funcionamiento oficialmente el 1 de septiembre de 1850, por lo que ya ha cumplido más de 150 años. La torre de piedra que alberga la linterna se construyó en 1859, destacando que su escalera de hierro fue fundida en Sargadelos. Posteriormente, en 1939, el sistema se modernizó con la electrificación y la instalación de una sirena y un radiofaro. Tras funcionar inicialmente con aceite, parafina y petróleo, y presentar una luz blanca giratoria, en 1948 se instaló nueva maquinaria para emitir destellos cada diez segundos. Hoy, la instalación no solo guía, sino que también alberga una estación meteorológica y una estación transmisora de correcciones diferenciales DGPS para la navegación marítima. El alcance luminoso de todo faro es vital para la seguridad marítima, proyectando su luz en este caso hasta los 46 kilómetros, lo que equivale a un alcance de entre 25 y 35 millas náuticas. Su gestión actual corresponde a la Autoridad Portuaria de Ferrol–San Cibrao. El acceso al faro se realiza a través de un ramal de siete kilómetros que se desvía de la carretera de la costa que conecta Vivero con Ferrol, comenzando en el puerto del Barquero. Aunque el interior del faro no está abierto a visitas, el entorno exterior se puede recorrer libremente, permitiendo a los visitantes disfrutar de la zona de paseo y el paisaje natural aislado. Desde el faro, un sendero lleva a un mirador que ofrece vistas espectaculares del mar y del propio cabo. Aves y militares Además, es notable que este sea uno de los pocos faros que aún permanecen habitados, contando con una vivienda adosada destinada al farero. No obstante, los visitantes deben tener en cuenta que no hay servicios cerca del entorno directo del faro. Goza de una inmensa fama internacional debido a su valor natural, siendo un paso obligado para cientos de miles de aves migratorias y sedentarias. De hecho, el enclave es considerado uno de los mejores puntos de observación de aves en toda Europa, contando con una estación ornitológica permanente ubicada en Muíños. Aquí confluyen rutas migratorias que provienen del Atlántico, el Mediterráneo y el Ártico, ofreciendo la oportunidad de avistar especies como el alcatraz común e incluso cetáceos en las aguas más próximas. Su posición estratégica no solo ha atraído a aves, sino también a intereses militares a lo largo de la historia. Muy cerca del cabo se conservan las ruinas de bases estadounidenses y británicas que operaron para vigilar este punto, siendo abandonadas a finales del siglo pasado. De hecho, la antigua base militar americana Loran estuvo en funcionamiento hasta 1991. Otro vestigio de control marítimo es el antiguo semáforo de Bares, que usaba un juego de banderas y el código internacional de señales para enviar avisos a los barcos; hoy este edificio ha sido transformado en un hotel, ofreciendo una vista panorámica preciosa de la ría de O Barqueiro.  El faro de Estaca de Bares proyecta su luz hasta los 46 kilómetros, lo que equivale a un alcance de entre 25 y 35 millas náuticas Además, la zona cercana alberga el puerto de Bares (O Coído de Bares), que es el puerto en activo más longevo de Galicia y contiene también el dique más antiguo de la península ibérica. Aunque se ha debatido si su origen es prerromano (fenicio) o romano, su uso estratégico es evidente. En cualquier caso, lo que hay que tener en cuenta es que se trata de un lugar muy marcado por la fuerza de la naturaleza. Zona de bastante viento, de fuerte oleaje, su casi permanente clima ofrece humedad y niebla, lo que le confiere un halo de misterio al lugar. Sin embargo, la gran cantidad de lluvias es responsable de que la vegetación ostente un intenso color verde, creando un paisaje totalmente relajante.  En definitiva, se trata de un faro de obligada visita para cualquier viajero curioso al que le llame la atención la fuerza del mar. Y es que Estaca de Bares es un sitio mágico y místico, donde la fuerza imponente de la naturaleza se hace tangible. Los viajeros que visitan el lugar encuentran que las vistas son impresionantes e increíbles, un rincón donde la vista se pierde en el horizonte. Para aquellos que buscan exploraciones más profundas, Estaca de Bares forma parte de varias rutas, incluyendo la Ruta 181 y la Ruta de Costa de las Rías Altas. 

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