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La sencilla excursión hasta un lago glaciar a más de 2.000 metros de altitud en el Pirineo Aragonés

La sencilla excursión hasta un lago glaciar a más de 2.000 metros de altitud en el Pirineo Aragonés
Un paseo bien señalizado permite acceder a un ibón rodeado de montañas, con posibilidad de ampliar la caminata hacia collados cercanos y otros lagos de la zonaUna ruta entre gargantas y acantilados para disfrutar del otoño en el mayor espacio natural protegido de Aragón En los Pirineos aragoneses se encuentran varios lagos formados por glaciares que dan forma al paisaje de montaña. Entre ellos se encuentra el ibón de Escalar, situado en la provincia de Huesca, en el municipio de Jaca, y cercano a la estación de esquí de Astún. Su ubicación a gran altitud lo convierte en un destino habitual para quienes quieren dar un paseo por la montaña sin necesidad de recorrer rutas demasiado exigentes. El entorno que rodea al ibón combina valles, pendientes y pequeños barrancos con arroyos que alimentan el río Aragón. La altura del lago hace que el clima pueda cambiar rápidamente, por lo que es recomendable planificar la excursión y llevar ropa y calzado adecuados. A pesar de estas condiciones, el recorrido es accesible y está bien señalizado, lo que permite que caminantes con distinta experiencia puedan acercarse al lago de manera segura. Además, desde el ibón de Escalar es posible enlazar con otros puntos cercanos, como el ibón de Truchas o el collado de los Monjes, ampliando la excursión si se desea. Esto convierte a la zona en un buen punto de partida para explorar la montaña aragonesa, ofreciendo paisajes variados y rutas bien señalizadas sin necesidad de aventurarse por terrenos complicados. El área que rodea al ibón de Escalar forma parte de espacios naturales gestionados por la administración aragonesa, donde se promueve la conservación del paisaje y la biodiversidad. En la zona se pueden observar especies vegetales adaptadas a la alta montaña, así como aves y pequeños mamíferos que habitan los valles y barrancos. La presencia de flora y fauna autóctona hace que las caminatas no solo ofrezcan un contacto con el paisaje, sino también con la riqueza ecológica del Pirineo. La ruta hasta el ibón de Escalar El recorrido completo desde Astún hasta el ibón de Escalar y de regreso tiene una extensión de aproximadamente 4,3 kilómetros y un desnivel acumulado de 360 metros, lo que lo sitúa dentro de las excursiones breves y moderadas de la zona. El acceso al ibón comienza al final de las instalaciones de la estación de esquí de Astún, donde se toma una pista de grava que cruza por debajo del telesilla de Truchas. La senda sigue realizando curvas hasta un punto donde los caminantes pueden optar entre continuar por la pista principal o desviarse por un camino de tierra que acorta ligeramente el trayecto. Ambas alternativas convergen en una pequeña balsa ubicada en el barranco del Escalar, marcando el inicio del tramo final hacia el lago. Desde la balsa, la ruta se mantiene constante junto al barranco, siguiendo un camino que bordea la margen izquierda del cauce hasta llegar al ibón. En los primeros metros, el terreno es amplio y con desnivel moderado, facilitando el avance. A medida que la senda asciende, la pendiente aumenta ligeramente, y en primavera pueden aparecer pequeños arroyos y zonas húmedas, por lo que se recomienda calzado impermeable. Más adelante, la superficie se vuelve rocosa, aunque los hitos indican claramente el recorrido a seguir. Este tramo no requiere habilidades técnicas, y permite avanzar con seguridad hasta alcanzar el ibón de Escalar, situado a 2.078 metros de altitud. Dependiendo de la luz, el color de sus aguas varía entre el anaranjado y un azul más intenso, y desde su orilla es posible observar las montañas próximas, como las de Candanchú. Quienes deseen continuar la excursión tienen varias opciones: se puede bordear el ibón, recorrer el trayecto hacia el ibón de Truchas, situado a aproximadamente 1,5 kilómetros por un terreno llano con altitud de 2.144 metros, o dirigirse al collado de los Monjes, a 600 metros de distancia y con un desnivel de 80 metros, que ofrece vistas sobre el valle de Ossau. Estas alternativas permiten alargar la caminata sin alejarse de rutas señalizadas ni incrementar significativamente la dificultad del recorrido principal.

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