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Jordiana guardaba la primera inscripción real de Ramsés III: descubierta más de 3.000 años después

Jordiana guardaba la primera inscripción real de Ramsés III: descubierta más de 3.000 años después
Una inscripción hallada en Wadi Rum revela por primera vez la presencia real egipcia en territorio jordano hace mileniosRuta por el Egipto antiguo de Madrid: exposiciones, templos y esculturas curiosas En medio de las paredes rojizas del desierto de Wadi Rum, un equipo de arqueólogos ha revelado un hallazgo que reescribe parte de la historia de Egipto y su relación con los territorios del sur del Levante. Se trata de la primera inscripción real de Ramsés III descubierta en Jordania, una prueba inamovible que confirma la expansión del faraón más allá del Nilo y abre una nueva ventana al Egipto del siglo XII a.C. La piedra que habló tres mil años después La inscripción ha sido localizada en un bloque rocoso difícil de alcanzar, cerca de la frontera entre Jordania y Arabia Saudí. En ella, dos cartuchos reales confirman la autoría: el nombre de nacimiento de Ramsés III y su título de trono, lo que demuestra que esta presencia egipcia no fue simbólica, sino oficial y legitimada. El hallazgo, que ha sido presentado con apoyo del egiptólogo Zahi Hawass, es fruto de una investigación liderada por arqueólogos jordanos con colaboración saudí, y supone la primera inscripción faraónica tallada en roca fijadescubierta en territorio jordano. Más allá de Egipto: la ruta del cobre El contexto del descubrimiento sugiere que la inscripción no fue una simple marca de paso. La zona donde se encuentra, una región estratégica del desierto con acceso a fuentes de agua y rutas comerciales, era clave para el control del comercio de cobre, un recurso vital en la Edad del Bronce. En plena crisis regional por la caída de civilizaciones como los hititas y micénicos, y con Egipto acosado por los Pueblos del Mar, Ramsés III reforzó su red de influencia económica y militar más allá de sus fronteras tradicionales. Esta inscripción es la primera prueba material de esos esfuerzos en el actual territorio jordano. Wadi Rum, cruce de imperios El desierto de Wadi Rum no es solo un espectáculo natural. En la antigüedad fue un paso obligado de caravanas que enlazaban Egipto, Arabia y el Levante. El hallazgo de esta inscripción refuerza la idea de que, en tiempos convulsos, Ramsés III buscó asegurarse el control de las rutas comerciales, esenciales para la estabilidad del Imperio Egipcio. Aunque Jordania no formó parte del Imperio, este vestigio prueba que su territorio sí fue clave en la geoestrategia faraónica. Una huella duradera en piedra que ahora permite entender mejor la dimensión real de aquella expansión. Una roca, muchos enigmas A diferencia de otros hallazgos egipcios móviles —amuletos o cerámicas trasladadas a lo largo de siglos—, esta inscripción permanece tallada en su emplazamiento original, un detalle crucial para confirmar su autenticidad arqueológica. Por ahora no se han encontrado artefactos cerca, pero el equipo ya trabaja en una segunda fase de exploración en los alrededores. El Ministerio de Turismo de Jordania ha calificado el descubrimiento como “una aportación cualitativa” al patrimonio del país, y no es para menos: esta roca inscripta no solo pone a Jordania en el mapa de la epigrafía faraónica, sino que suma una pieza clave a la historia de las rutas comerciales y militares del antiguo Egipto. Un pasado que aún se está escribiendo El legado de Ramsés III, marcado por guerras, conspiraciones internas y grandes obras, sigue dando sorpresas. Esta inscripción no cambia solo lo que sabíamos del faraón, sino también lo que creíamos saber sobre la profundidad del contacto entre Egipto y la península arábiga. Tres milenios después, el desierto vuelve a hablar. Y esta vez, en voz de uno de los faraones más poderosos de la historia.
eldiario
hace alrededor de 8 horas
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