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En este pequeño pueblo de Soria que está bañado por el río Duero puedes hacer una ruta senderista junto a cascadas

En este pequeño pueblo de Soria que está bañado por el río Duero puedes hacer una ruta senderista junto a cascadas
Un itinerario circular recorre frondosos bosques, saltos de agua escondidos y antiguos caminos forestales en uno de los entornos más sorprendentes de la provincia castellanaCaminar por Mordor: la ruta de senderismo que tienes que hacer si eres fan de 'El Señor de los Anillos' En lo más profundo de la comarca de Pinares, en la provincia de Soria, se encuentra Covaleda, un pequeño municipio rodeado por los ecos eternos del río Duero y el susurro de los bosques. Este rincón castellano, ubicado en un entorno natural privilegiado, esconde entre sus senderos una de las rutas más atractivas para quienes buscan aventura y desconexión: la Ruta de las Cascadas. Este recorrido, que transcurre entre saltos de agua y paisajes de cuento, se ha convertido en un reclamo para quienes desean sumergirse en la esencia más pura del monte soriano. El entorno de Covaleda ha sido modelado por la acción paciente del agua, que a lo largo de los siglos ha esculpido cañadas, barrancos y pequeñas cascadas. Aquí, el pinar autóctono se funde con robledales y hayedos, creando un ecosistema vivo en el que el caminante puede sentir el pulso de la naturaleza en cada paso. Las estaciones marcan con intensidad el paisaje: el otoño tiñe los árboles de tonos ocres y rojizos; en primavera, el deshielo alimenta los arroyos y cascadas que brotan con fuerza renovada. La ruta senderista que atraviesa este enclave es circular, moderadamente exigente y ofrece múltiples recompensas visuales. Lejos del ruido urbano, Covaleda se presenta como un destino que invita a explorar sin prisas, a contemplar cada rincón del bosque y a descubrir las cascadas ocultas entre la vegetación. Ideal tanto para senderistas experimentados como para familias en busca de un paseo con encanto, el itinerario combina accesibilidad con espectacularidad paisajística. Una ruta entre bosques, agua y piedra El punto de inicio de esta senda natural se encuentra junto al Puente Soria, una estructura del siglo XVII que sirve como portal simbólico al recorrido. Desde allí, el sendero cuenta con una longitud aproximada de siete kilómetros que se adentra en un paisaje dominado por el pino silvestre, el roble, el acebo y la haya. En el trayecto, los visitantes encontrarán hasta tres cascadas principales: la del arroyo Lechoso, la del río La Ojeda y La Chorrera, cada una con sus propias particularidades y rodeadas de rincones que invitan a detenerse. El trazado presenta un desnivel acumulado de unos 280 metros, lo que permite disfrutar del recorrido sin una exigencia física elevada. El tránsito por pasarelas de madera, pequeñas laderas y zonas de piedra húmeda convierte la marcha en una experiencia variada y dinámica. Uno de los puntos más singulares es el Paso del Peñoncito, un rincón estrecho y sombreado donde el sonido del agua resuena con fuerza, amplificando la sensación de inmersión en la naturaleza. En la Fuente El Pico, punto estratégico del recorrido, los senderistas pueden hacer una pausa, refrescarse y disfrutar del paisaje antes de continuar. Más allá de la ruta: patrimonio y conexión con otros senderos Para quienes desean prolongar la experiencia o continuar explorando la zona, Covaleda cuenta con accesos al GR-86, un sendero de largo recorrido que cruza la provincia de Soria y conecta con parajes como Bocalprado o el entorno de Duruelo de la Sierra. Esta opción convierte la Ruta de las Cascadas no solo en un destino de una jornada, sino en una puerta de entrada a un sistema más amplio de caminos que atraviesan parajes de enorme belleza y valor ecológico. Aunque el itinerario puede completarse en cualquier época del año, primavera y otoño son los momentos más recomendables para recorrerlo. En estos periodos, el caudal de las cascadas alcanza su punto álgido y el entorno luce un cromatismo vibrante. Durante el invierno, las bajas temperaturas transforman algunos tramos del recorrido: las cascadas pueden aparecer parcialmente congeladas, y la nieve decora los árboles, ofreciendo una imagen completamente distinta pero igualmente atractiva. Covaleda, además, conserva un interesante patrimonio cultural que complementa su oferta natural. La iglesia parroquial de San Quirico y Santa Julita, de finales del siglo XVII, es un ejemplo relevante de arquitectura rural. A pocos kilómetros, la ermita de la Virgen del Campo y el puente de Santo Domingo, ambos declarados Bien de Interés Cultural, recuerdan el peso histórico del lugar.
eldiario
hace alrededor de 6 horas
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