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La bonita historia de amor que esconde un hórreo asturiano construido... en Pamplona

La bonita historia de amor que esconde un hórreo asturiano construido... en Pamplona
La vida de Trini y José Luis junto al hórreo más fotografiado de Asturias: “Tenemos muchas anécdotas y todas buenas” Cualquier experimentado viajero asocia la palabra hórreo a Galicia o Asturias. Una construcción más que habitual en aquellas tierras del Cantábrico que siempre despiertan la curiosidad (y el ‘selfi’) de todo aquel que lo descubre y contempla de cerca. Sin embargo, unos cuantos kilómetros al este de la “cuna” de los hórreos, concretamente en Pamplona, hay uno construido que aguarda una bonita historia de amor. De amor… y de morriña por la “tierrina”. La particular construcción de este hórreo arranca en la segunda mitad del siglo XX cuando Eugenio Arraiza, investigador y promotor cultural navarro, mandó construir en la capital este hórreo para tratar de aliviar la morriña de su mujer, asturiana.  Pero la intención del bueno de Eugenio no se quedó ahí, ya que trató de “esconder” la sorprendente construcción-regalo tapándola con una lona, mientras acababan las obras, para que su mujer no lo descubriera y así hacer más grande la sorpresa. De hecho los expertos que han estudiado el caso del promotor navarro y su mujer asturiana aseguran que ella pensaba que estaban construyendo un cobertizo. Una fecha especial El hórreo-regalo está situado en el meandro de Aranzadi, a menos de un kilómetro del centro de la capital navarra. Hay otros hórreos construidos en la comunidad, declarados patrimonio de interés cultural en 1993, aunque el de la capital es el que aguarda la historia más singular. De hecho el hórreo encargado por Eugenio Arraiza, una vez acabado, le fue entregado o descubierto a su mujer en una fecha especial: el mismísimo día de su cumpleaños. Un regalo, por tanto, a lo grande.  En sí el hórreo es un edificio de, lógicamente, dos alturas. Destaca una hermosa buhardilla en el tejado y un pórtico al que se accede a través de tres arcos de medio punto abiertos en el centro de la fachada.  Los hórreos se construyeron como un elemento complementario a la casa y que servía para guardar todo lo que el campo suministraba, como despensa o incluso de habitación. Almacenar o dormir en alto ayudaba a evitar la humedad y la entrada de animales.
eldiario
hace alrededor de 6 horas
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