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El pequeño pueblo medieval con un imponente castillo y calles empedradas en el que harás un viaje en el tiempo

El pequeño pueblo medieval con un imponente castillo y calles empedradas en el que harás un viaje en el tiempo
Enclavado en la provincia de Girona, este pintoresco pueblo medieval cautiva con su fortaleza, sus murallas y su arquitectura tradicional, ofreciendo a los viajeros una inmersión en la historiaLa Capilla Sixtina española está en un pueblo segoviano de tan solo 100 habitantes No es Cudillero, pero se le parece: el bonito pueblo marinero de Galicia al que hacer una escapada En la comarca catalana del Baix Empordà se encuentra Peratallada, un pueblo medieval que parece detenido en el tiempo. Este pintoresco enclave está situado en la provincia de Girona, a medio camino entre Barcelona y la frontera francesa, lo que lo convierte en una parada ideal para aquellos que buscan un viaje en el tiempo. Sus calles empedradas, su imponente castillo y sus robustas murallas no solo son testigos de siglos de historia, sino que transportan a quienes lo visitan a una época de caballeros, fortalezas y secretos ocultos entre sus piedras. Conocido por su excelente conservación, se ha ganado el reconocimiento como uno de los pueblos más bonitos y mejor preservados de España. El nombre de Peratallada, que significa “piedra tallada” en catalán, hace referencia a la piedra en la que está construido gran parte del pueblo, especialmente las murallas y algunos edificios. Fundado en el siglo X, Peratallada ha sido un punto estratégico a lo largo de la historia. A lo largo de los siglos, el pueblo ha sabido resistir invasiones, guerras y el paso del tiempo, sin perder su esencia medieval. Su sistema defensivo, compuesto por murallas, fosos y el castillo, ha sido clave para la preservación de su carácter fortificado, que hoy es uno de sus mayores atractivos. Lo que distingue a Peratallada no es solo su arquitectura, sino también su vida local. Este pueblo no solo conserva su patrimonio, sino que también mantiene vivas sus tradiciones y costumbres. Al caminar por sus calles empedradas, uno puede sentir la atmósfera medieval que envuelve el lugar, mientras disfruta de una experiencia auténtica, donde el pasado se fusiona con el presente. Un castillo medieval como testigo del pasado El castillo de Peratallada es uno de los elementos más emblemáticos de este pueblo medieval. Situado en lo alto del núcleo urbano, el castillo domina el paisaje y la historia del pueblo. La fortaleza, que data del siglo X, ha sido un testigo mudo de la evolución de Peratallada y ha resistido las inclemencias del tiempo. Su estructura original se conserva en gran parte, aunque ha sido remodelada a lo largo de los siglos. En su interior destaca la torre del homenaje, que es la parte más alta y visible del castillo, y que durante la Edad Media servía como residencia de los señores feudales. El castillo no solo servía como residencia, sino también como fortaleza. Su foso excavado en la roca, que rodea gran parte del pueblo, forma parte de su sistema defensivo, diseñado para proteger a sus habitantes de los ataques. A lo largo de los siglos, el castillo de Peratallada ha sido la pieza central de la vida medieval del pueblo. Desde sus murallas, se pueden admirar vistas panorámicas del paisaje circundante, lo que hacía aún más estratégica su ubicación. Foso del Castillo de Peratallada. Además del castillo, la iglesia de Sant Esteve, situada cerca del centro del pueblo, también merece una mención especial. Construida en el siglo XII, esta iglesia románica es uno de los edificios más antiguos de Peratallada. Su arquitectura sencilla complementa la atmósfera medieval del lugar. En su interior, alberga un sepulcro gótico que data de 1348, lo que revela la importancia de las familias nobles locales en la historia del pueblo. La belleza de las calles empedradas y la vida local El verdadero encanto de Peratallada radica en sus calles empedradas, sus plazas medievales y sus casas de piedra. Pasear por este laberinto de callejones es una experiencia única que permite a los visitantes sumergirse en la atmósfera medieval del lugar. Las calles de Peratallada son estrechas, sinuosas y adornadas con arcos de piedra que evocan tiempos pasados. Plaza de les Voltes en Peratallada. Uno de los lugares más emblemáticos de Peratallada es la Plaza del Castillo un amplio espacio empedrado rodeado de edificios históricos que ha sido el epicentro de las principales celebraciones y eventos del pueblo a lo largo de los siglos. Hoy en día, sigue siendo el corazón del pueblo, un lugar donde los visitantes pueden disfrutar de su ambiente animado, rodeado de tiendas de artesanía, cafeterías y restaurantes que ofrecen una muestra de la gastronomía local. Otra de las plazas más características de Peratallada es la Plaza de les Voltes, que, como su nombre indica, está formada por un conjunto de arcos de piedra que dan acceso a pequeños comercios y viviendas. En esta plaza se respira un ambiente tranquilo, ideal para los que buscan relajarse y disfrutar de la belleza de la localidad. Desde aquí, se puede acceder al camino que lleva hacia las murallas del castillo, que, como una muralla defensiva, rodean el pueblo y le otorgan su carácter medieval.

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