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Es conocida como puente tibetano pero esta vertiginosa pasarela de madera, a 100 metros de altura, está en Cantabria

Es conocida como puente tibetano pero esta vertiginosa pasarela de madera, a 100 metros de altura, está en Cantabria
Se trata de todo un atractivo para los amantes de la aventura, que lo recorren en el pueblo de La Hermida, en el corazón del Parque Nacional de los Picos de EuropaLa ruta de senderismo más recorrida de toda España nace en Huesca No apta para los que sufren de vértigo, existe una pasarela de madera construida a más de 100 metros de altura y que, a pesar de que se encuentra en pleno corazón de los Picos de Europa, concretamente en Cantabria, es conocida como puente tibetano. Según algunos expertos, se trata del mayor desfiladero de Europa, de ahí las impresionantes vistas. Son muchos los aficionados a los deportes de aventura que han recorrido la vía ferrata de La Hermida, localidad donde se encuentra el puente y que se ha consolidado como un destino fundamental para los aficionados a las vías ferratas en España.  El pueblo de La Hermida está estratégicamente situado en plena naturaleza, uniendo las localidades de Panes (Asturias) y Potes (Cantabria), en un enclave inmejorable rodeado por las montañas del Parque Nacional de los Picos de Europa. La gran atracción de esta vía es, sin duda, la presencia de su impresionante puente colgante. Esta instalación de aventura, que recorre la vertiente norte del monte Ajero, es considerada la primera y, para muchos, la mejor vía ferrata de todo el Cantábrico. Por su gran altura, estas construcciones de madera son conocidas como puentes tibetanos, que facilitan el descubrir desfiladeros espectaculares y contribuyendo a que sean admiradas por muchos turistas.  La pasarela ofrece unas vistas insuperables tanto del desfiladero como del río Deva La vía ferrata en la que uno cruzará la pasarela de madera está situada justo enfrente del conocido balneario de La Hermida, ofreciendo al escalador unas vistas insuperables tanto del desfiladero como del río Deva que fluye a sus pies. El itinerario más popular, conocido y habitual es el recorrido de los puentes, apreciado por su carácter deportivo y las vistas espectaculares que ofrece. Aunque recorrer la vía ferrata de La Hermida cuenta con múltiples opciones de recorrido, incluyendo una ruta más larga de casi 6 kilómetros que lleva hasta la Cueva de Ciloña, es la sección de los puentes la que atrae a la mayoría de los aventureros. Este tramo, cuando se realiza en su extensión más popular, tiene una longitud total de algo más de 900 metros, superando un desnivel de más de 400 metros. La aproximación al tramo vertical es mínima, y tras una primera fase de ascenso por muros y senderos boscosos, la aventura se intensifica. El primer desafío aéreo llega al alcanzar la Cueva l'Diosu, donde el aventurero se tiene que preparar para cruzar un primer puente tibetano. Este puente es de cuatro cables de acero, con una longitud aproximada de 30 metros. En esta estructura, el cable inferior sirve para apoyar los pies, mientras que los cables laterales actúan como pasamanos a la altura del hombro y el cable superior es la línea de vida para el aseguramiento. Una vez superado, se llega a la segunda estructura, el gran puente colgante de tablas. Este segundo puente tibetano es una pasarela formada por peldaños de madera, y es notable por su extensión, ya que mide unos 95 metros de longitud. Este puente se ubica a cien metros de altura, de ahí que la caída al vacío sea de más de 100 metros. En su día llegó a ser considerado como el más largo de España. Medidas de seguridad La experiencia de cruzar este puente es, lógicamente, el momento más emocionante e intenso de la aventura de recorrer la vía ferrata de La Hermida. De hecho, los puentes tibetanos suponen un desafío mental significativo, garantizando una intensa sensación de verticalidad y proporcionando vistas inigualables. A pesar de la altura, el diseño de la vía ferrata ofrece seguridad. En términos de dificultad, esta vía está catalogada como K3 o de dificultad técnica media. No obstante, el tramo posterior al primer puente es el más exigente, clasificado como K4, al ser una travesía horizontal ligeramente desplomada. Los guías profesionales recomiendan ir acompañados de expertos, sobre todo en el caso de aventureros sin mucha experiencia. Para acometer la ruta de Los Puentes, el equipo básico (casco, arnés, disipador y vagas) se debe complementar con una cinta alargadora, idealmente de unos 80 centímetros, si se decide ir solo. Esta pieza de equipo adicional es crucial para el gran puente de madera, ya que permite asegurarse correctamente y facilitar el poder recorrer el puente con seguridad. La escalada en esta vía se realiza siempre amarrado a una llamada línea de vida que previene la caída. El tiempo requerido para el tramo vertical y el cruce de los puentes es de alrededor de tres horas y media, mientras que la duración de todo el recorrido, ida y vuelta, puede alargarse hasta las 5 horas.  El camino de regreso, eso sí, incluye un sendero con fuerte pendiente a través de un monte de encinas, para luego salir a la carretera que desciende desde Bejes hasta el pueblo de La Hermida. El recorrido finaliza en un entorno natural y salvaje, que pone punto y final a una experiencia de adrenalina pura, dejando recuerdos grabados y la satisfacción de desafiar los límites en un paisaje incomparable como es el corazón de los Picos de Europa, uno de los numerosos parques nacionales de nuestra geografía que generan cada año miles de visitas gracias a su estado de conservación y toda la riqueza natural que atesoran.

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