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Ver la Alhambra de Granada desde el aire es posible: este es su precio

Granada es preciosa se la mire por donde se la mire, y eso incluye, por supuesto, hacerlo desde lo más alto. Cualquiera que haya subido hasta la ermita de San Miguel Alto y vea a sus pies la Alhambra, a los pies de ésta la ciudad entera y, más al fondo, la vega, sabrá que es así. Lo cierto es que, cuando el viajero llega hasta la ermita de San Miguel Alto –así llamada porque hay otra iglesia dedicada al mismo santo y que está en el barrio del Albaicín, más abajo, y a la que en consecuencia los granadinos se refieren como la de San Miguel Bajo- cuando alcanza esa privilegiada posición, decíamos, se plantea si hay algo más o ha llegado a la cumbre . Pues sí que hay algo más. Para ir más arriba, en realidad, la opción que le queda a ese viajero es subirse a algún aparato que lo eleve todavía más. Como un globo aeroestático, por ejemplo, un medio de transporte poco usual y que posibilita dar un paseo a no mucha velocidad, lo que permite, a su vez, recrearse con mil y un rincones de ensueño . Pues esa posibilidad, ese globo, existe. Subirse en él es una experiencia que se puede vivir por algo más de 200 euros, y quienes la han vivido aseguran dos cosas: es inolvidable y no provoca el vértigo que algunos dan por hecho de antemano que van a pasar y que por eso mismo, por esa autoconvicción, los deja en tierra. Los que saben de esto explican, en ese sentido, que una vez dentro de la barquilla, esa sensación no se produce, porque ya no se está unido al suelo . No es, para entendernos, como atravesar un puente colgante. Es más: la sensación casi unánime es que el viaje es relajante, que, muy lejos de provocar estrés, lo aleja. La provincia de Granada es una de las pioneras de Andalucía en viajes en globo. Hay varias empresas que operan ese servicio en la comarca del Altiplano, normalmente con base en Guadix , y eso permite conocer desde todo lo alto el Geoparque, una zona a la que también llaman Badlands y que, por su paisaje agreste y casi desértico, ha sido comparado a la Capadocia de Turquía. En Granada capital hay menos globos, pero la posibilidad de sobrevolarla existe. Glovento Sur es la compañía que con más regularidad organiza esas excursiones, normalmente desde finales de otoño hasta el inicio de la primavera. Según explican sus promotores, es en ese periodo cuando se dan las condiciones meteorológicas adecuadas. Los globos, que en general están capacitados para transportar entre 8 y 16 viajeros, inician su recorrido a primera hora de la mañana precisamente desde una zona ya mencionada, las inmediaciones de San Miguel Alto. Y las emociones fuertes comienzan casi de inmediato , porque eso queda bastante cerca del recinto monumental de la Alhambra y más aún del histórico barrio del Sacromonte, en la colina que está justo enfrente. A tiro de piedra –mejor no tirar nada, es una forma de hablar- queda también a la vista otro barrio con solera, el Albaicín, donde el viajero puede permitirse el lujo de contemplar a quienes se agolpan en puntos de alta densidad turística como el mirador de San Nicolás. El Realejo, en el centro, es otra zona que merece mucho la pena y es digna de ver desde abajo y desde arriba. Y así sigue el paseo pasando por lo alto de la imponente catedral y el resto de la Granada renacentista y barroca, para, bajando paulatinamente y siempre de forma suave, llegar hasta la vega, donde se producirá el aterrizaje . En hacer ese recorrido entero se invierte aproximadamente una hora , un tiempo en el que, por supuesto, el viajero podrá hacer todas las fotos y vídeos que vea oportunos y también degustar un desayuno. Eso también se hace en los aviones, pero las ventanas impiden gozar de unas vistas tan envidiables. La aventura en globo se ofrece desde 220 euros por persona, aunque también hay viajes especiales : por ejemplo, uno que puedan disfrutar dos recién casados, lo que da una dimensión más romántica al asunto. Hay también desplazamientos más largos, de hasta cuatro horas de duración, que incluyen una comida y que, obviamente, ya suponen un desembolso mayor. Un regalo para el cumpleaños, una petición expresa a los Reyes Magos, un obsequio a esa pareja que va a contraer matrimonio que ya se ha referido, un homenaje porque se llega a los cincuenta, o simplemente un porque sí. Cualquier excusa es buena , si se mira bien, para seguir el cuarto precepto que, según aseguran, debe cumplir un ser humano. Los otros tres son plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro.

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