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Se cumplen 20 años de la famosa torre de Barcelona que nadie llama por su verdadero nombre

Se cumplen 20 años de la famosa torre de Barcelona que nadie llama por su verdadero nombre
De icono arquitectónico a punto de encuentro: la historia de la Torre Agbar y su reconocimiento internacionalNi la Torre Agbar ni la Sagrada Familia: este es el edificio más alto de Cataluña Barcelona celebra este 2025 los 20 años de la Torre Agbar, uno de los edificios más icónicos de la ciudad que, paradójicamente, pocos conocen por su nombre oficial. Desde su inauguración en 2005, la torre se ha convertido en un símbolo del skyline de la ciudad, visible desde distintos puntos de Barcelona, y un referente de la arquitectura contemporánea. Aunque, seamos sinceros, Agbar no fue el nombre que se le puso en una primera instancia, sino un mote que eligió la gente y que ha conseguido sustituir al verdadero. El origen de un icono contemporáneo La Torre Glòries, como realmente se llama, situada en el distrito tecnológico de Poblenou, fue proyectada por el arquitecto francés Jean Nouvel en colaboración con el estudio b720 Fermín Vázquez. Su diseño rompió con los esquemas de la ciudad condal, inspirándose en la forma de un géiser de agua y en la arquitectura modernista catalana que caracteriza la ciudad. Con sus 38 plantas y 144 metros de altura, la torre fue concebida para albergar oficinas y convertirse en un referente de innovación empresarial y tecnológica. Su característica fachada de vidrio y aluminio permite un juego de luces único, que se ha convertido en un espectáculo urbano nocturno gracias a la iluminación LED. Más que una torre: símbolo de Barcelona A lo largo de estos 20 años, la torre ha sido bautizada popularmente de mil maneras: “el lápiz de Barcelona”, “la bala de colores” o “la torre de luces”, pero rara vez se utiliza su nombre oficial, Torre Agbar. Este desconocimiento no ha mermado su impacto: el edificio sigue siendo una de las construcciones más fotografiadas de la ciudad. El monumento ha sido escenario de eventos culturales, exposiciones de luz y festivales urbanos, consolidándose como un símbolo de modernidad y un punto de referencia arquitectónico en toda Europa. La revolución arquitectónica de Jean Nouvel El proyecto de Nouvel se inspiró en la típica chimenea industrial catalana, reinterpretándola en clave futurista y sostenible. La torre se convirtió en un ejemplo de arquitectura bioclimática, con sistemas que regulan la temperatura interior y reducen el consumo energético. Su forma elíptica, que se estrecha en la base y se ensancha hacia la cima, permite que la luz natural se filtre en los distintos niveles de oficinas, mientras que su fachada pixelada de 60.000 piezas de aluminio y vidrio coloreado ofrece un espectáculo cromático visible desde distintos puntos de la ciudad. Un referente internacional Aunque inicialmente generó controversia entre los barceloneses, hoy la Torre Agbar es considerada un emblema urbano comparable a otros iconos europeos, como la Shard en Londres o la Torre Eiffel en París. Además, forma parte de las rutas turísticas de arquitectura contemporánea de la ciudad, donde profesionales y aficionados pueden conocer de cerca sus secretos constructivos. El vigésimo aniversario es la ocasión perfecta para recordar cómo un edificio innovador puede transformar la percepción de una ciudad y consolidarse en la memoria colectiva, incluso cuando su nombre real queda relegado al anonimato.

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