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Esta ermita románica gallega está junto a una playa preciosa y solo se puede acceder en bajamar

Esta ermita románica gallega está junto a una playa preciosa y solo se puede acceder en bajamar
No siempre ha sido posible llegar a este islote: en el año 2010 un temporal arrasó con parte de las escaleras, dejando a la isla y la ermita incomunicadasEsta joya del románico está en el norte de España y es famosa por sus paredes inclinadas Oculta en Ferrol se encuentra una ermita que solo se puede visitar cuando la marea está baja. Encaramada sobre la pequeña isla de Illa do Medio se encuentra la ermita de Santa Comba, que ha sido testigo de cómo el mar se tragó el acceso hasta este emplazamiento, que ahora solo es posible a través de unas escaleras cuando el mar lo permite. No siempre fue así. Según las excavaciones arqueológicas realizadas por la Universidade da Coruña y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) entre 2001 y 2006, recogidas en un artículo publicado en Gallaecia: revista de arqueoloxía e antigüidade, alrededor del siglo III a.C. este emplazamiento alojó un castro, un pequeño poblado fortificado de época prerromana, que fue abandonado en el siglo I d.C. Este territorio no volvió a ser ocupado hasta el año 868, época de la que datan los primeros documentos sobre la existencia de una iglesia en la zona. El edificio religioso es un excelente ejemplo del románico y lugar de peregrinación desde el siglo XII hasta nuestros días, en una romería que tiene lugar el último domingo de julio. Su construcción es humilde y sencilla, lo que le ha permitido resistir a los envites del mar y del tiempo. Está compuesta de una austera planta rectangular, de una sola nave, resguardada por un tejado a dos aguas. Tal y como detalla Turismo de Galicia, el acceso a esta isla se hace partiendo desde Ferrol, tomando la carretera dirección Covas-Esmelle. Tras recorrer siete kilómetros de este tramo, hay un desvío señalizado hacia las playas, al que le sigue otro cartel que indica el camino hasta Santa Comba. Una vez allí hay un aparcamiento donde puedes dejar el coche. Te recibirán unas vistas a la ermita, erigida sobre el islote. El acceso hacia este edificio religioso solo será posible en momentos de bajamar, y aun así no será una tarea fácil, puesto que a los pies de la isla se forman pozas que entorpecen el camino a las escaleras. Mitad de hormigón y mitad de madera, en el ascenso deberás extremar la precaución por el riesgo de resbalarte debido a la humedad que se puede acumular en la superficie. No siempre ha sido posible llegar a este islote. En el año 2010 un temporal arrasó con parte de las escaleras, dejando a la isla y la ermita incomunicadas. Vecinos y devotos no renunciaron a acudir a este emplazamiento, y colocaron una cuerda para trepar por el tramo más bajo del acantilado. Finalmente, en 2018, se emplazó la nueva instalación de hormigón, muy criticada por no estar adaptada a personas con movilidad reducida. Una isla de leyenda Ermita de Santa Comba, en Ferrol Antaño, se teoriza que la isla de Illa do Medio formaba una península con otras dos: la Illa de Fóra y la Illa do Toxo. “La hipótesis más habitual plantea que las tres islas actuales conformaban en origen una península, pero los trabajos realizados hasta la fecha no han permitido obtener una confirmación objetiva, con metodología científica, de este supuesto”, apuntan desde la investigación. En el periodo en el que las islas fueron una se edificó el castro, que más tarde fue conquistado en época del dominio romano, junto al resto del territorio que forma la actual Galicia. Los romanos construyeron un templo que más tarde fue cristianizado y también fue renovado tras el fin del dominio musulmán. Aunque hay referencias de que hubo una iglesia en el año 868, no constan documentos que mencionen a la ermita de Santa Comba hasta el año 1100. Años más tarde el edificio religioso experimentó varias reformas en los siglos XIII, con la incorporación del arco mudéjar, y en el XVI. La edificación de la ermita también fue objeto de especulación. La leyenda relata como unos marineros llegaron a la Illa do Medio en una barca de piedra, y decidieron edificar la iglesia en esta zona, bien porque les gustaba, bien porque se salvaron de una tormenta y terminaron allí. Un relato que podría no ser autóctono de Galicia, sino que podría haber sido traído de ultramar. “La dispersión geográfica de la leyenda en zonas distantes indicaría que no es oriunda de Galicia, sino de Bretaña o de Irlanda, desde donde habría llegado en época altomedieval”, explica el artículo en Gallaecia: revista de arqueoloxía e antigüidade. Con o sin atribuciones legendarias, lo cierto es que hay un bloque de piedra instalado cerca de la ermita, hueco por dentro, con una forma que recuerda vagamente a una barca. El portal de Turismo de Galicia apunta a que se trata de un sarcófago de piedra de época castreña —finales de la Edad de Bronce. La playa de Santa Comba Panorámica de la Playa de Santa Comba Para acceder a la ermita deberás pasar primero por la playa de Santa Comba, un arenal de un kilómetro y medio de longitud, que aloja preciosas dunas que se extienden por el territorio. Se trata de una playa ventosa, con oleaje fuerte, por lo que es muy recomendada por los amantes del surf y otros deportes náuticos. Por su emplazamiento, alejado de la civilización, se considera una playa semivirgen- En el margen izquierdo de la playa se sitúa el Cabo Prior, que forma un promontorio que se extiende por unos cuatro kilómetros, interrumpiendo la línea de costa. Ha provocado históricos naufragios, como el del inglés Highland Warrior en 1915, al chocar con los 'Cabalos do Prior', unas rocas puntiagudas cercanas al cabo.

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